jueves, 21 de febrero de 2013

No hay problema



Kurt  lo había contactado  en Madrid cuando estaba visitando a su tía, le había dicho que tenía una reunión en Italia , como no entendía ni pepa de italiano y la reunión era de negocios, muy importante por demás, quería un traductor, pero, a su vez, un amigo en esa parada.
Hoteles de cinco estrellas, aviones en Busines y comidas en restaurantes finos terminaron de convencerlo de hacer este vuelo corto entre Madrid y Roma. Su excusa personal, una mentira piadosa, era poder ir a visitar Morcone, ese pueblito cerca de Nápoles donde su tatarabuela había nacido.
Curiosa la historia del Mediterráneo y de la humanidad, España, casi entera y gran parte del  sur de Italia fueron dominios musulmanes, él era descendiente de arabes y también de españoles y tanos. Una reiteración.
Los últimos dos días pasaban por la mente de Abdul como una película. La llegada a Roma el encuentro en el hotel con Kurt.  Su posible negocio, un grupo de inversionistas italianos, que además tenían cerrado una financiación blanda del banco europeo para montar un parque eólico en el sur de Italia, quería comprar los equipos a la empresa Sueca a la que pertenecía.
Al día siguiente saldrían a recorrer los lugares posibles, que los italianos habían previsto,para montar el parque .
A las 6 de la mañana un chofer en un auto alemán paso a buscarlos, el chofer era chofer y guía a su vez. La recorrida duraría dos días, el primer emplazamiento era 70 kilómetros al sur de Nápoles sobre el mar, el otro era en un lugar entre el Mediterráneo y el Adriático,  cerca de Ancona. 
Al mediodía siguiente Kurt estaba un poco desanimado, ambos lugares no eran adecuados, sobre el mar el sitio estaba muy expuesto a las brumas marinas que perjudican mucho por corrosión a los molinos eólicos. El segundo estaba en un pronunciado cañadón con vientos muy cambiantes y con antecedentes que a Kurt no le gustaban. Dispuesto ya a volver a Roma desechando ambos lugares  advirtió un llano que le gusto, elevado, plano, con vientos, reviso sus mapas de vientos, lluvias etc. en su compu y decidió que era buen lugar. Bajamos a caminarlo un poco, allí  constató que había una casa y le pidió al chofer que lo llevara. Fuimos atendidos  por un campesino que amablemente nos explicó que esa eran tierras en poder de su familia de tiempos pretéritos y que jamás había pensado en venderla.
Kurt se desanimó nuevamente y volvimos al coche, el chofer preguntó que había pasado y Kurt le explicó que el lugar era ideal, pero tenía dueño y este se había manifestado en contra de vender.
El chofer no arrancó, dijo esperen un momento, bajó y entró a hablar con el campesino. Al cabo retornó y dijo: “no hay problema” venden.
Kurt se sorprendió pero no dijo nada. De regreso a Roma  llamó a Estocolmo y a los inversionistas con quienes combinó una reunión a las 48 hs. Me debía un par de paseos y decidimos tomarnos un día florentino.

Abdul miraba casi absorto la colina vaticana, la mesa en la que estaba sentado era larga y elegante, con esa elegancia que los italianos , con plata, saben dar a sus cosas.
El edificio de oficinas donde estaba era de propiedad del Vaticano, tema ineludible de la previa había sido la renuncia de Ratzinger. Era notorio que los anfitriones italianos no  querían nada al Papa alemán.
Por momentos volvía al lugar de reunión, y miraba a su amigo sueco, anonadado, en ese mundo de gritos y risas y, por lo bajo, se arrepentía una y mil veces de haber aceptado su invitación a acompañarlo en este viaje.
La reunión empezó demorada, hubo que esperar a un italiano elegante, cuyos zapatos, traje y corbata pagarían una semana de vacaciones en Marbella. Entró, saludo histriónicamente uno por uno, y se sentó a la cabecera.
Una vez de las presentaciones de rigor, invitaron a Kurt a dar su impresión sobre los lugares su conveniencia o no para luego pasar a evaluar el resto de la operación. En media hora y ayudado por un power Kurt explicó claramente y si no lo hizo mejor era por algunos yerros del traductor que los empresarios habían contratado.
Desestimados los lugares primitivos y aceptado el emplazamiento propuesto por Kurt, el Ceo italiano explico que se habían contactado con el dueño del lugar y que el precio de venta era del predio era cerca de 3.500.000 de euros.
Kurt, sorprendido por ese enorme valor, intervino y dijo que le parecía que a esos precios del lugar el emprendimiento se desdibujaba en su rentabilidad, pues y con absoluta sinceridad sueca, explicó que había en Europa en general y en Italia en particular, una sobreoferta de energía eólica , muchas inversiones similares reducían enormemente la capacidad de vender la energía generada, máxime, remató, con el retraimiento económico generalizado en Europa. Kurt dijo: me veo obligado a advertirles que este negocio no es rentable.
El Ceo lo miró y le dijo: “no hay problema”, invertiremos.
Kurt insistió, con nuevos fundamentos, el Ceo lo interrumpió amablemente y le dijo suavemente: no hay problema, capicci.
Casi imperceptiblemente le toque la pierna, Kurt, entonces, aún confundido, dijo: me contactaré a Suecia y les diré que el negocio se hace y le pasaré a su gente las cuentas bancarias para que ustedes hagan la transferencia de los fondos del anticipo, luego se protocolizará correctamente el contrato.
El Ceo lo miró y le dijo, “no” secamente,  nuestro chofer les llevara el anticipo mañana por la mañana.
¿Cómo dijo Kurt? Sin entender de que le hablaban.
En una valija le entregaremos el dinero.
De ninguna manera dijo Kurt, no puedo asumir esa responsabilidad, puede pasarme algo y quién se hará cargo de eso.
“No hay problema” nosotros asumiremos el riesgo dijo el Ceo sin que se le moviera un pelo.
Parecía una escena del super agente 86, mi compañero era Smart, no por tono sino por inocente, el problema era que los otros no eran de Kaos, el Ceo no era Sigfrid, sino de la mafia real. Amablemente le dije a Kurt esta todo bien vamos. Y lo saque de ese lugar.
De pronto todo se me había aclarado,  un simple negocio de blanqueo, de guita negra, el mundo vaticano daba patina de transparencia y explicaba a su vez las enormes distancias entre la fe católica y los problemas reales de una estructura un  perdida.
En la cena me pedí un vino de mil euros y ni noté la diferencia con un Ruttini, pero bueno, yo no pagaba. Brinde socarronamente por Buno Calvi, Kurt entendió menos, lo mire, me reí y le dije :No hay problema.
Rusvi Tahan


sábado, 16 de febrero de 2013

Una tilinguería




No me agrada escribir esta nota, pero la vedad es que uno debe mantenerse fiel a Jauretche y llamar la atención sobre las tilinguerías, esos lugares comunes que apuntan a plantear problemas que la verdad le interesan solo a minorías pequebusas.
Una tilinguería fue la declaración de la presidenta ayer de que “los arboles son sagrados”, obvio había un contexto, pero la expresión  no se ajusta a la realidad. Si lo que pretende es defender los arboles de una villa turística que hace de ellos un valor paisajístico la sacralización es una exageración. Si lo que pretende es por elevación pegarle a Macri es una tontería, pegarle por esto es pobre y obvio, Macri tiene toda la cara para llenarlo de dedos por otros motivos, incluso ayer se la había dejado servida con el cierre del “futbol para todos”.
Si le hablaba a la clase media no alcanza, si le habla a los ambientalistas menos.
Los primeros quisieran mucho consumo y dentro de ellos, bastantes además, dólar barato y abundante.Los segundos se preguntan por el complejo sojero que tala más arboles cada día que la forestal, pues lo hace con topadoras y quema para meter sojao maíz transgénicos ampliando una frontera agrícola que nos hace cada día mas mono o bi cultivadores.
Ni hablar de aquellos ambientalistas que defienden los glaciares y ven como las mineras van por todo apoyadas en acuerdos menemistas que están impolutos y que claman por justicia ambiental y economica.
Yo apoyo a este gobierno, no hare la lista de cosas que me parecen superan holgadamente lo que he visto en mi historia personal han hecho por la Argentina los gobiernos anteriores. Pero espero sintonía fina y no tilingueria. La presidenta tiene mucho más para dar que esto. Espero que no se ofendan los super K. Pero hay que ir para adelante en todo. Una mejor frase que “los arboles son sagrados” es “nunca menos”.
Rusvi Tahan

jueves, 14 de febrero de 2013

Los desafíos de los gobiernos



Marco Aurelio Garcia Asesor para Asuntos Internacionales de la Presidencia de Brasil. Escribe este texto es una reproducción de los pasajes salientes de la exposición “Las izquierdas: la hora de la integración sudamericana”, realizada el 21 de enero de 2013, en el Encuentro con intelectuales sudamericanos “Caminos progresistas para el desarrollo y la integración regional”, organizado por el Instituto Lula de San Pablo.
Me parecio muy importante compartirlo con ustedes.
Rusvi Tahan
Parte importante de las izquierdas sudamericanas, especialmente en el Cono Sur, fue duramente afectada por la represión impuesta por las dictaduras de la región en las décadas del ’60, ’70 y parte de los ’80, en Brasil, Bolivia, Argentina, Uruguay, Chile y Paraguay. La derrota sufrida por las organizaciones de izquierda en aquel período fue política, organizacional y, en donde recurrieron a la lucha armada, militar. En algunos países, como Argentina y Chile, la represión asumió dimensiones gigantescas dejando miles de muertos, desaparecidos, presos y exiliados.
En los países donde ese proceso fue acompañado por la aplicación de políticas neoliberales se produjeron cambios importantes que afectaron las bases sociales de los sindicatos, movimientos y partidos identificados históricamente con las clases trabajadoras.
Esos cambios tuvieron un fuerte impacto en el papel que las izquierdas desempeñaron en el período de transición a la democracia en algunos países de la región. Las políticas económicas conservadoras ampliaron la pobreza, debilitaron a la clase trabajadora tradicional y sus organizaciones. Al minimizar el rol del Estado en la economía, el recetario del Consenso de Washington debilitaba las nociones de Estado-Nación y soberanía nacional y, en consecuencia, la propia soberanía popular. El debilitamiento de la democracia económica y social debilitó la democracia política.
En Brasil, los militares, aunque represores, autoritarios y oscurantistas, llevaron adelante políticas de desarrollo económico que expandieron la economía aunque profundizaron las desigualdades. Con eso fueron creadas las bases materiales para el surgimiento de importantes movimientos sociales, para un nuevo sindicalismo y para la creación del Partido de los Trabajadores. Ese marco fue distinto en países con economías basadas en el petróleo y la minería como Venezuela, Ecuador y Perú, al igual que Colombia, por décadas escenario de una importante insurgencia rural.
La hegemonía de las ideas neoliberales en el plano económico durante el período de transición a la democracia proyectó personajes funestos como Carlos Menem en Argentina, Collor de Mello en Brasil, Sánchez de Lozada en Bolivia, figuras centrales de un movimiento del que también formaban parte Salinas de Gortari en México y Vargas Llosa o Fujimori en Perú.
La idea de la integración latinoamericana fue sustituida por el proyecto de creación de un Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA) impulsada por Estados Unidos. Las privatizaciones y la desregulación productiva, financiera y del mundo del trabajo se transformaron en palabras clave del pensamiento único que pasó a configurar una nueva propuesta programática de amplia aceptación en sectores conservadores y, sobre todo, en los medios de comunicación.
Es claro que esa ola conservadora fue estimulada por la crisis de los proyectos nacionales-desarrollistas de América latina y, más allá del colapso del modelo soviético, por la deriva de la socialdemocracia europea y por los nuevos rumbos de la economía y la política de China. Acosadas por la nueva derecha y privadas de los valores clásicos que habían seguido durante décadas en el pasado, las izquierdas vivieron un momento de perplejidad que incluso afectó a aquellos sectores que se habían disociado de una herencia ortodoxa y adoptado una postura crítica.
El renacimiento de las izquierdas en la región ocurrió esencialmente a partir de los movimientos sociales, de sus luchas reivindicativas y embates electorales que comenzaron a ser victorias en Venezuela, Brasil, Argentina, Uruguay, Bolivia, Ecuador y Paraguay, y la evolución del proceso político chileno.
La consecuencia de ese renacimiento a partir de las luchas sociales, sin un proyecto político-ideológico común y consistente previo, fue una comprensible (algunos dirán saludable) heterogeneidad y fragmentación programática. Ese fenómeno refleja las particularidades de las tradiciones culturales y políticas nacionales que las dictaduras y las políticas neoliberales no habían logrado anular.
A pesar de esas diferencias, algunos elementos programáticos estuvieron presentes, con distintos enfoques y perspectivas, en las luchas y movimientos de los distintos países: 1) énfasis en las cuestiones sociales (combate a la pobreza, la exclusión y las desigualdades), 2) democratización del Estado y participación social, 3) defensa de la soberanía nacional e 4) integración sudamericana y latinoamericana capaz de garantizar a la región un lugar en un mundo que vivía (y vive) una intensa y acelerada transformación.
En el gobierno, las izquierdas impulsaron el crecimiento, el combate a la pobreza, la reducción de las desigualdades por medio de políticas económicas y sociales. Estas últimas dejaron de tener un carácter “compensatorio”, como en la agenda conservadora, y pasaron a ser el eje estructurante de la nueva política económica. Con diferencias, ligadas a los antecedentes económicos de cada país y las orientaciones adoptadas, la región logró el equilibrio macroeconómico (reducción de las deudas internas y externas, control de la inflación y el incremento de las reservas internacionales). La articulación de esos factores provocó una expansión significativa de la economía regional, mejoras sensibles en la situación social y explican el nuevo rol que pasó a tener América del Sur en la economía global, especialmente cuando estalló la crisis.
Los gobiernos de izquierda fueron sometidos a constantes procesos electorales y estimularon la creciente participación popular. En la región andina –Venezuela, Bolivia y Ecuador, sobre todo– la inestabilidad política anterior, resultante en parte de la obsolescencia de las instituciones, puso a la orden del día la convocatoria de Asambleas Constituyentes para ampliar el espacio público y la base de sustentación gubernamental. Se refundaron las instituciones. En otros países los cambios se hicieron sin grandes rupturas institucionales. La caída de Fernando Lugo en Paraguay fue, en parte, el resultado de la falta de una movilización popular fuerte y del aislamiento del gobierno en el interior de las instituciones heredades del antiguo régimen.
El éxito de los gobiernos democráticos populares de los últimos años tuvo un efecto desintegrador sobre las oposiciones. En la mayoría de los países las fuerzas tradicionales de derecha entraron en crisis. Incapaces de comprender los nuevos fenómenos políticos y sociales de la región, parte importante de las oposiciones asumió posiciones profundamente conservadoras, cuando no golpistas. Descalificaron las políticas económicas y sociales de las izquierdas, llamándolas “populistas” o instrumentos de “cooptación” de amplios sectores sociales que se estarían dejando comprar por “políticas asistencialistas”. A partir de ahí pasaron a descalificar las elecciones como proceso de constitución de los gobiernos democráticos. El pueblo se transformó en la “masa de maniobra populista”. Las derechas reactivaron sus agendas pro-mercado y desarrollaron una fuerte crítica a las políticas externas, especialmente a los procesos de integración sudamericana.
El papel central de la oposición en la mayoría de los países fue ocupado por los medios de comunicación, que sustituyeron a los partidos conservadores. Los éxitos de las experiencias de gobierno de izquierda y de centroizquierda en América del Sur no pueden ocultar, sin embargo, sus límites cuyo examen crítico es fundamental para la continuidad de esas experiencias y, sobre todo, para su profundización.
Si bien es necesario realizar un análisis detallado de cada una de las trayectorias nacionales de la última década, no hay aquí espacio para realizar ese inventario crítico. Confrontaciones exageradas o conciliaciones innecesarias, voluntarismo o pasividad burocrática, centralismo o basismo son algunas de las tendencias conflictivas que pueden observarse en los discursos y la práctica de los gobiernos progresistas sudamericanos.
Falta un relato coherente de los procesos políticos en curso en nuestros países. En su ausencia, la izquierda corre el riesgo de renunciar a cualquier discurso explicativo de su rica experiencia actual, cayendo en un empirismo peligroso, vacío y, a menudo, ocupado por las críticas de la derecha. Otro riesgo es el de otorgarle a ese relato una retórica de izquierda anticuada o la invocación de supuestas tradiciones históricas que remiten a los pueblos originarios o a las luchas de independencia.
Muchas veces esa “invención de tradiciones”, para retomar una expresión de Eric Hobsbawm, aunque justificable, oculta nuestra incapacidad para comprender y explicar la novedad de la experiencia que estamos desarrollando y los problemas que tenemos enfrente. El riesgo implícito en esa postura es el de estar luchando en batallas de guerras pasadas y, por lo tanto, equivocarnos de enemigos.
Esa advertencia sirve no sólo para tratar nuestras experiencias nacionales sino también para definir el horizonte de nuestros proyectos de integración. Esos procesos de integración son más complejos porque involucran a grupos de países con diferentes afinidades político-ideológicas. Baste recordar que en el marco de Unasur están los gobiernos del ALBA, pero también aquellos del Arco del Pacífico, además de aquellos que no siguen ninguna de estas opciones. La complejidad de esas cuestiones y los problemas de relación de fuerza involucrados muestran la necesidad de construir también un relato de la integración sudamericana.
Es necesario superar los tiempos de las Internacionales. Eso no significa abandonar un esfuerzo teórico político de análisis de las experiencias exitosas de reconstrucción de las izquierdas en esta última década. Es necesario establecer un debate calificado que, reconociendo las particularidades de cada experiencia nacional, sea capaz de establecer un ideario común a ser compartido.
Una de las paradojas de la situación actual de nuestro continente es que la derrota política y electoral del conservadurismo no ha sido acompañada por la derrota de muchas de sus ideas, de sus valores, y, sobre todo, de sus medios de difusión. La construcción de una América del Sur posneoliberal pasa por ese movimiento de reconstrucción de las izquierdas en varios países. La crisis de los paradigmas pasados de las izquierdas y los avances de los últimos años muestran que, contra las ideas dominantes, debemos afirmar las políticas económicas de crecimiento, sustentabilidad económica, social y ambiental. Una política económica que apunte a la construcción de una economía poscapitalista. Una reflexión que contribuya a la democratización radical del Estado, para la ampliación del espacio público y la socialización de la política. Tenemos que construir una democracia política fundada en la más amplia participación de hombres y mujeres en la vida política, en una sociedad plural, respetuosa de la ley, de los derechos humanos, capaz de asegurar la libre organización y expresión. Una sociedad solidaria, laica y de paz que socialice los bienes culturales y las oportunidades, que valore su diversidad étnica.
* Asesor para Asuntos Internacionales de la Presidencia de Brasil. Este texto es una reproducción de los pasajes salientes de la exposición “Las izquierdas: la hora de la integración sudamericana”, realizada el 21 de enero de 2013, en el Encuentro con intelectuales sudamericanos “Caminos progresistas para el desarrollo y la integración regional”, organizado por el Instituto Lula de San Pablo.

miércoles, 13 de febrero de 2013

Desahuciados



La noticia de que casi por unanimidad el parlamento español ha decidido tratar una ley que impida la ejecución hipotecaria y que se tire a la calle a la gente que no puede pagar sus hipotecas debe analizarse en el contexto que corresponde.
¿El Partido Popular realmente se sintió impactado por el suicidio de los dos ancianos de Mallorca?
¿Que hizo que decidiera ir más allá de la tibia ley que supuestamente impedía esta situación votada tiempo atrás y que, como claramente expusieron los suicidas, era una fantochada?
Además de salvar a los bancos dándoles todos los millones que necesitaban para tapar el agujero de sus hipotecas basura, de estas como las que llevaron a los ancianos al suicidio,¿ por que no condono todo o parte de estas deudas hipotecarias?. Total los bancos nunca pagaran esa deuda con el estado a juzgar por la actitud de Rodrigo Rato y el escándalo Bankia y su rescate.
Estas preguntas solo pueden contestarse no mirando la foto del suicidio sino mirando las hojitas de libro de contabilidad que el tesorero, el oscuro Sr. Barcenas, del Partido Popular llevaba prolijamente con sobresueldos para toda su cúpula y, si esto no alcanza,  mirando la cara de Rajoy y analizando sus DDJJ de los últimos años.
También pueden contestarse con Undargarin el esposo de la princesa española que se niega a devolver una millonada de euros que una fundación suya uso no para la gente sino para el mismo.
También puede contestarse mirando la foto de los escándalos del partido Catalan Convergencia y Union  (CIU  por sus siglas),  que para taparlos apela a la típica salida de batir tambores nacionalistas.
O puede mirarse la foto de un decrepito rey cazando elefantes mientras habla de la naturaleza y como protegerla.
La decisión de parar los desalojos nada tiene que ver con la justicia sino que esta íntimamente relacionada con la necesidad imperativa de que los diarios y la gente miren para otro lado. Lograr en definitiva que la gente no acumule más indignación y salga a “ que se vayan todos” como en Argentina en 2001. Es tal la tristeza y desazón populares que los socialistas, tan implicados como los del PP en los quilombos de las hipotecas basura y en la crisis española no son nadie para reclamar que los voten a ellos.
Curiosa situación esta, allí en España el Grupo Prisa con su diario controlado por Fondos de Inversión extranjeros  pego un tiro para el lado de la justicia mientras que aquí juega para el bando de los mentirosos que la van de periodistas.
Lo importante amigos es no dispersarse, lo central es que la gente se mata por desesperación
Rusvi Tahan