Queridos amigos lectores cierra
el año y quería despedirme de ustedes señalando un asunto que es de vital
importancia , pues se refiere al vital elemento el agua.
En enero me ocupare de relacionar
esta nota con el asunto minero en la meseta del Chubut, pero no quiero dejar de
llamar la atención sobre una noticia que debería haber llamado la atención de
más de un ambientalista y antiminero para darle más énfasis.
La situación de los habitantes de
Comodoro Rivadavia, Rada Tyilly y Caleta Olivia se torna insostenible. La recurrente
falta de agua es “la noticia”, noticia tratada por los medios y los políticos como
si fuera cualquier hecho, con ligereza, como la inseguridad, se buscan culpable
sy soluciones rapidas.
Si en la inseguridad no se atiende
a la creciente desigualdad de ingresos de los habitantes de la ciudad que
tienen de primera clase a saber: los ejecutivos petroleros y adláteres, de
segunda los empleados de las empresas petroleras, de tercera el resto de los
asalariados y de cuarta ( unca mejor dicho) los desempleados y marginales, de
número creciente, ya que Comodoro llama a buscar suerte, solo se cuentan
muertos diarios, y el crecimiento de los narcos, nadie hace clara y contundente
mención a la cuestión desigual .
Con el agua pasa lo mismo ejemplo
que llamó mi atención fue la noticia que, dejada rapidamente a un lado, o sin ser tratada con la responsabilidad
necesaria, sin comentarios ni repreguntas de los medios comodororenses, nos
dice que hace varios meses que la Soceiedad Cooperativa Popular de Comodoro,
responsable ultima del manejo del acueducto Lago Munster- Comodoro y del
acueducto Manantiales Berh- Comodoro, ha enviado una muestra de agua de estos
últimos a Bahía Blanca para averiguar si contiene metales pesados. Esto hace
meses y manifiesta no tener respuesta
sobre su potabilidad, siendo como es, un dato por demás superlativo.
Ya en febrero de este año el
notable incremento de casos de gastroenteritis y demás complicaciones en la
población había motivado a una consulta y análisis por parte del Municipio de
Comodoro. El Diario Cronica del 22 de febrero entrevisto a
“Carlos Catalá, al frente de la secretaría de Salud, quien corroboró, en
parte, lo dicho y aportó su evaluación sobre el tema. Y dijo textualmente: Hay
algunos casos de gastroenteritis que para mí tiene relación con tantos cortes
de agua”.
Diez meses después el subsecretario de Medio Ambiente del municipio de Comodoro, Fabián
Suárez, informó a los medios que todavía “no hay resultados” sobre los análisis
de calidad de agua de los acuíferos ( Manantiales Berh) de zona norte. “Lo que
elaboramos con profesionales de ambiente es una guía metodológica que brindamos
a la SCPL para tener buenas prácticas y una guía para la puesta en
funcionamiento de los pozos donde se incluyen los muestreos que hay que hacer,
previo a la conexión al sistema”. Ya sincerándose Suarez reconoció la morosidad
de la legislación en cuanto a el control del sistema de recuperación secundaria
de los pozos petroleros, y reconoce que de producirse o haberse producido contaminación la recuperación de cualquier
acuífero es muy dificultosa.
Entonces si el agua esta contaminada de metales pesados no lo
sabemos ¿por qué? ¿por qué no conviene?,
¿por qué es difícil y demoran tiempo?, ¿por qué nadie quiere tirar la bomba,
porque se manejan tiempos políticos.
Sabemos que hay petróleo en Comodoro porque se hizo un pozo para buscar
agua y salió petróleo en 1913, lo que, tristemente, también sabemos es que hoy por hoy los
Comodorenses están despreocupados por la potabilidad del agua que pasa por sus
canillas. ¿Para qué? me dicen los
entrevistados, si lo que no hay es una gota, estamos días, semanas sin agua, no
podemos empujar ni los soretes del inodoro, así que si es potable o no ¿Qué
importa?.
Curioso ¿no es cierto? una
constatación evidente, el “desarrollo de la industria petrolera” ha producido
una ciudad llena de Amaroks y mierda. La gente gasta más en agua que en comida,
compra agua tanto para hacer un puchero
como para llenar baldes para eliminar
sus heces y orines.
Eso si, los que la pueden pagar,
los demás viven en las mismas condiciones que un pobre en Etopia o Eritrea. Y
la ciudad no duerme, pero no duerme despreocupada. Sus dirigentes reclaman
miles de cosas, urbanizan y manejan asentamientos pero como diría un amigo, son
tan inútiles que “ no pueden organizar ni el velorio del agua”.
Una industria que produjo y
produce tanto dinero, que paga los sueldos que paga, como no es convocada a ocuparse de resolver este problema, ustedes
suponen que un pozo de recuperación secundaria de Pan American o YPF se parará
por falta de agua. No seguramente.
Pero incluso no se plantea por lo
que implica el negocio inmobiliario y comercial y hotelero que termina siendo
beneficiado de los que no consiguen donde dormir y terminan gastando sus
fuertes sueldos en camas como si estuvieran en Tokio, o consumen todo lo que se
les cruza.
No sería el momento de repensar
la urbanicidad de Comodoro, pensar colectivamente y obligar a las compañías a ayudar
a relocalizar la población petrolera.
Sin trasladar el problema de una a otra, pero no es el momento de planatearse
un decrecimiento del sistema, una mejora de sus parámetros ambientales. Digo. ¿Es posible? quitarle a Comodoro la
presión del agua.
Porque podemos hacer un nuevo
ducto, pero no resistirá este sistema urbanístico el derroche que implica una
población que vive en una línea insustentable.
Rusvi Tahan