¡Que lindo! ¡que lindo! ¡que
lindo que se ve!. El Hospital de niños en el Sheraton Hotel.
Saltábamos gozosos en
marzo del 73 cantando a gritos en las calles. Era el espíritu del tiempo.
Obvio no la derecha
peronista, no el radicalismo balbinista. Pero si tuviéramos que decir era una
muy cubana idea y no hubiera sido mal vista por casi nadie.
Esta nota puede resultarles
tardia, pero la tengo en gatera hace una semana, les digo amigos “me da vergüenza
ajena ver a Stolbizer, Macri, Massa, y resto de la peña, sentados en un salón del
Sheraton denunciando fraude en Tucuman.”
La elección del lugar, el
sitio, es todo un símbolo de cuál sería el destino con estos tipos. La cadena
Sheraton, sin ser hoy la más lujosa, ha sido superada, sigue representando la
quintaesencia del yanqui.
Es casi tan representativa
como Coca Cola o Mac Donald.
Podes elegir otro lugar.
Que se yo , la puerta de la Casa de Tucumán, la estatua de la libertad en Plaza de Mayo, el Cabildo, un salón cualquiera. Pero….el Sheraton.
Seguro que Paul Singer
esta feliz, ninguno lo niega, no lo dice abiertamente porque un año después es incinerarse,
pero ellos siguen pensando en salir como correveidiles, como noveles Agustines Garcias o
Victorinos de la Plaza a arreglar, seguro que con algún retorno, que en el
siglo XIX era en blanco, la deuda con ellos. El impacto quizás no sea inmediato, total lo que harían sería la “gran Cavallo” pedir la guita prestada, si durante 14 años garpamos todo y no nos dieron un sope.
La elección de un sitio
es tan sintomática como la ropa o la palabra, los globos son universales y
marketineros, pero el lugar es determinante.
Es imposible esperar algo
que no sea genuflexión de esta gente y algo que no sea represión y bajas
sociales acompañando la represión.
A estos tipos que en
realidad también se troskean porque apuestan a cuanto peor mejor solo les
importa llegar. Y luego con los gerentes, ausentes en Tecnopolis, de Arcor, Clarin, y
Techint analizar como recomponer los precios internos, los salarios y el dólar para
organizar la periódica catástrofe con la que la oligarquía ha siempre
recuperado terreno y aumentado su riqueza a nivel nacional y a nuestra costa.
Rusvi Tahan
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