Una nota en el Suplemento No de Pagina 12 de la semana
pasada puso mi mirada en un fenómeno que hace tiempo llama mi atención. Los
mecanismos de descuento que aplican las grandes cadenas a ¿sus? Clientes. E
imitados luego, como mecánica marketinera, por otro numero, más importante, de
comercios minoristas.
La nota posaba su
mirada en la nueva mecánica de obtener descuentos por internet a través de
Groupon, Pez Urbano, Agrupate, etc. etc. etc. Mecanismos por los que la clase
media informatizada y, obvio, con
tarjeta de crédito accedía a muchos beneficios. Eso sí, sobre cosas que no
necesitaban, o por lo menos la tenían en un rating menos de prioridades.
Generándose un mecanismo de “compro ahora” por si las moscas algo que no se
bien si necesito y me endeudo a full.
Hace un año escuchando un interesante programa de Halperin y
Santiago Varela en Radio Nacional, Varela ridiculizaba el hecho de que se había
visto imperativamente obligado a comprar un kilo y medio de helado, al precio
de uno, solo por el hecho de no sentirse un boludo que pagaba un kilo lo que el
otro, a su lado, pagaba por un kilo y medio. Y no sabia que mierda hacer con el
medio kilo de helado sobrante. Pues reconozcamos que si no te lo comes
necesitas freezer y el producto congelado ya no es el mismo que tenés al
momento de comprarlo en la heladería.
No obstante esta nota no es una crítica al consumo
capitalista, dejo para otra ocasión ese tema, se trata más bien reflexionar
sobre lo que me pareció central de la nota del Página y que transcribo a
continuación para luego discutir: “No hay grandes secretos sobre de dónde
vienen estos descuentos. Las empresas que se asocian a estos portales realizan
rebajas con el modelo de la “liquidación” y ganan en volumen de ventas, por lo
que logran igual una ganancia y se desprenden de mercadería que tenían clavada.
Los servicios online que operan de intermediarios ganan un porcentaje de lo
abonado, que es cedido por los comercios que recibirán finalmente las compras.
Lo que viene a desnudar esta tendencia es mucho más profundo que el grado de
aceptación que los jóvenes tienen a la compra de cosas innecesarias o que no
son de urgencia. Lo que revela es que,
si tantos están sacando rédito de este formato de compra anticipada, digital y
con descuento, entonces es que por fuera de ellos nos están cobrando de más por
prácticamente todo.”
Sí, lo que resalte en
negrita es la clave, me cobran 33% más por el kilo de helado, 60 % más por un
día en un hotel que baja de $ 600 a $200 por persona en Bariloche, etc. etc.
Esto en internet. En las grandes cadenas la publicidad llega por sus mensajes
online o directamente a través de la tarjeta de crédito, entonces me entero que
si compro mi LCD en Compumundo y tengo la Visa del Hipotecario me hacen, entre
el día tal y el día tal un 20 % de descuento, si compro un pasaje de Aerolíneas
Argentinas y tengo la Visa de Macro me hacen un 20 % del día tal al tal.
Si tengo la Naranja los lunes me hacen descuento en
Carrefour, la Amex en el martes idem, el miércoles si tengo alguna del Nación,
y así todos los días. Para llegar al fin de semana que si compro dos me dan el
50% en el segundo producto. Sean fideos, shampoo o vino fino. O si tengo
freezer y tarjeta y resto, compro cortes de carne de oferta a 25 % más barato
que como estaban ayer y los congelo, si lo tomo como mecánica siempre tengo un
corte más barato en el freezer.
Para no hacerlo tan largo, entre un 20% a un 50 % todos los
precios en los grandes negocios están remarcados. ¿Por qué? Porque además le
deben pagar la comisión a la tarjeta y el impuesto al cheque al banco. Quien
esta cagado, el pobre que paga cash, si, increíble, el pobre que paga cash, lo
que antes era un lujo en las tiendas hoy es mierda. Si vas con cash la compu
vale el 20% más cara. Y tu crédito personal, con DNI es más caro que todos y
así.
Quién más esta cagado, el boludo que se sobre endeudó y
después depende de que Cristina le ponga límites a las tasas de las tarjetas
que te aplican entre un 40 y un 50% de interés sobre tus saldos deudores.
Porque allí está el secreto de los Bancos, tus saldos deudores, ni hablar de
tus moras, peor, los punitorios son una historia de terror. Háganse una idea de los bonaerenses que se
endeudaron contando con cancelar con el aguinaldo, aghora pagan el minimo y
quedan a merced de los leones, entre ellos el Banco Provincia, que allí como aquí,
es más o menos como el Barclays o la Banca Morgan.
Es decir los que tienen resto la pasan bomba, porque pagan,
si pueden algo aproximado al valor real, los demás: pobres o compulsivos que se
sobre endeudan están cada vez más en el horno.
Bueno esto, que parece un ejercicio de lectura de los mecanismos financieros en la
comercialización es también un llamado de atención al gobierno. Entre lo que me
cubro por el dólar blue y lo que aumento por si cambia el precio como la yerba,
o lo que aumento para cubrirme de la paritaria de comercio, o para quedarme con
los aumentos a los abuelos, o lo que aumento para decir que después lo rebajo, hay,
enmascarado, un fenómeno inflacionario generado por factores que nada tienen
que ver con los salarios o la escasez o la crisis. Hay un aumento de precios en
algunos sectores, mayormente en los productos de la canasta familiar, que
genera mal clima, que paralelamente mantiene la fiesta consumista, que tiene
perdedores, siempre los más pobres y lo que es peor, significa un permanente
retroceso en la condición humana y en la lucha cultural por cambiar el chip en este
país y en este planeta, ya que lleva a la gente a sentir la necesidad de estar
atenta a “las ofertas” para poder vivir mejor de las ofertas y no de las cosas
bellas de la vida, que están allí detrás del cartel de rebajas que tapan
nuestro ojos, y vacian nuestros bolsillos.
El gobierno no puede o no quiere avanzar en esta discusión
que es más de fondo que si Scioli es bueno o malo. La gente se aburre de
semejante reiteración, menosprecia la política y atienede el único juego
casinero que los medios le ofrecen, las ofertas.
Rusvi Tahan
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