Una noticia al azar, Sudan del Sur otorga más de 500
licencias para desarrollar su minería, me permite ampliar una parte de la nota del
martes, relacionándola con ciertas lógicas que imperan en nuestra sociedad
chubutense y que ponen en tensión a la misma provincia.
Desde la Constitución del 94, donde curiosamente lo que
aparentaba discutirse era la reelección presidencial, los recursos del subsuelo son propiedad de las
provincias, resignando la Nación soberanía sobre los mismos. Este mamarracho
vendido como federalismo, y que estaba en sintonía con la lógica de
feudalización para gobernar que impuso el Menemismo, puso en poder de gobiernos, a todas luces débiles
y en algunos casos corruptos, riquezas que los ponían a discutir, en una misma
mesa de negociación, con capitalistas que representan en la mayoría de los
casos a poderes económicos que podrían ser superiores, en cuanto a manejo de recursos,
a la Nación misma.
Con este simple recurso, una reforma legal a su medida, el
neoliberalismo logró fragmentar un proyecto social nacional, sin necesidad de
otro tipo de intervenciones. Y para peor cualquier intento de modificación a
esta normativa será resistida tanto por los gobernadores como por los grandes
medios, presentándola como intentos de perpetuidad gubernamental.
La fase actual del capitalismo necesita, para seguir
creciendo, apoderarse de los recursos minerales que aún están sin explotar, y
que , por imperio de las nuevas tecnologías y los enormes recursos financieros
que están a la búsqueda de nuevos nichos, están en condiciones de explotarse en
una nueva acumulación por desposesión de los pueblos pobres del planeta.
Como obtiene licencias para ello, con viejos mecanismos, ya
utilizados en el siglo XIX en la primera fase imperial capitalista, a saber: a)
ocupación lisa y llana de territorios, con cualquier excusa, léase defensa de minorías,
defensa de libertad religiosa, democratización de regímenes autoritarios,
protección de los intereses y ciudadanos del imperio (cualquiera fuese este,
mayoritariamente EEUU, GB y Francia).
b) generando nuevos países como Sudan del Sur, que a su vez
puede ser separado a futuro en Sudan del Sur y Ecuatoria, una región creada a
principios del XX.
c) obteniendo gobiernos títeres que respondan a sus
intereses.
Volvamos al caso de Sudan del Sur, hasta hace unos años este
territorio pertenecía a Sudan, no creo necesario decirles que seguramente el régimen
de Sudan no era de lo mejor, pero, un dato interesante, el sector del Sur, antes
de la independencia, producía el 85% del petróleo del país.
Es decir que lo que se separo es la región petrolera. Como
para sacar el petróleo necesita de Sudan del norte, desde enero la producción
de Sudan del Sur fue casi nula, imagínense, si los tipos eran pobres ahora están
en el infierno.
Obviamente, si aceptamos la teoría de la crisis como elemnto
disciplinador del capitalismo que esboza Naomi Klein, veremos que Sudan de Sur hoy por hoy está dispuesto
a entregarse de pies y manos, y, obvio, los imperios empresarios le ofrecen la
salida de la gran mineria como alternativa de desarrollo, o sea el caramelo de
la diversificación de la matriz productiva ( extractiva más bien) para no
depender de la misma cosa. O sea nada de soberanía alimentaria, nada de
desarrollo industrial, no: el viejo pacto colonial, materias primas por
productos.
Hasta hace unos años, en Bolivia las regiones de Santa Cruz,
Beni y Pando, con la excusa de no depender de un indio ( el Evo) se planteaban
constituir un nuevo país, estas tres regiones concentran casi el total del
recurso petrolero y gasífero de Bolivia. Esta peregrina idea se sostenía (
sostiene) obvio desde la embajada de EEUU y los lobbies petroleros.
Ahora, para cerrar, volvamos a la Argentina, a partir del ´94
decíamos los recursos del subsuelo pasaron a las provincias, algunas
directamente administradas por el lobby minero como La Rioja cuyo gobernador
era un geólogo ( Mazza) ligado a las empresas más fuertes del sector. Otras
como Catamarca tenían una historia de dependencia minera importante, otra como
San Juan armó en los últimos años, según diversas fuentes antimineras, un
emprendimiento político familiar alrededor de la familia Gioja que a puesto
norte a centrar el desarrollo provincial en ese recurso.
En Patagonia los lobbies petroleros sostuvieron un candidato
a presidente ( Sobich) durante dos años.
En casi ningún caso de los descriptos se avanzó ni siquiera
en empresas mixtas como en Santa Cruz, donde al menos una parte de lo que se
obtiene ( no discutamos aquí lo ambiental que queda para otra oportunidad)
queda para la Provincia. En un esquema más desarrollista e integrador.
Todos estos ejemplos, los nacionales e internacionales,
vienen a cuento para poner en su justa medida las apreciaciones del intendente
Di Pierro de Comodoro Rivadavia, imaginemos a Comodoro Rivadavia como una
potencial provincia independiente, ya que las condiciones de libanización solo
llegan hasta allí, hoy por hoy al menos.
Estos razonamientos, que apuntan a soluciones de corto plazo,
desnudan el potencial dirigencial, ¿que será de Comodoro cuando ya no tenga petróleo?.
¿Es posible que centre todo en un único patrón de explotación?, ¿imagina acaso
que si pone toda la plata del petróleo en la región sur desarrollara
alternativas a futuro?,¿ imagina que desde su despacho de intendente podrá
poner limite a los lobbies que lo rodean?. Seguramente sí, demosle un poco de crédito
a su honestidad, después de todo Das Neves lo hechó porque Di Pierro cuestionó
la voracidad de los Ezquenazi.
Quizás, incluso, tenga algo de razón en que la ciudad fue postergada
por los regionalismos que gobernaron la provincia, algo de eso hay. Pero que se
enamore del canto de sirenas, que pueden conducirlo a encallar el barco es un
error. Cada unidad de negociación más pequeña favorece indefectiblemente al
lobby empresario multinacional. De eso
no hay duda, y cualquier cosa este lobby puede hacer para conseguir sus
intereses, hasta utilizar a un intendente y después desecharlo.
Rusvi Tahan.
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