Queridos lectores en esta fecha no podía menos que saludarlos a todos y compartir con ustedes mis predicciones para el 2010.
La luna en el cielo, iluminando la casa 13, me dice que si Messi, con la camiseta Argentina, mete un planchazo en Sudáfrica le sacan la roja.
El “Niño” sobre el Pacifico influenciado por Hermes sobre la Pampa Húmeda hará que la “gente” del campo tenga buenas cosechas pero que digan que les va para la mierda y nos aumente la tira de asado y el kilo de papa.
Marte influenciado por Saturno nos indica que Obama se cagara en todo y seguirá tirando bombas por doquier.
Pese a que no es el año del Mono Ludovica dirá que a los monos les irá bien, como siempre.
La influencia del agujero de Ozono hará que Das Neves siga enojado y diciendo cosas de todo el mundo durante todo el 2010.
Plutón el más chiquitito y ex planeta, girando como ahora permite ver que la izquierda vernácula se unirá con cualquiera, incluso con la derecha, con tal de equivocarse siempre.
Marte también influenciará sobre los K. de tal manera que se pelearan hasta con el peluquero presidencial.
Jupiter influenciado por el Sol hará que en el mundo todos los diarios, canales de TV, radios, políticos, industriales, y banqueros de todo pelaje, le echen la culpa al cambio climático y sigan contentos desforestando, poniendo soja, quemando combustible, fósil y renovable ,alegremente, etc. etc..
En Chubut los “lilas” seguirán imitando a Epimeteo.
Finalmente Venus hará que los que se quieren se sigan queriendo, a no ser que por influencia de Neptuno alguno le ponga los cuernos al suyo y se pudra todo, esto es peligroso en el último trimestre del año pues allí se alinearán el Sol, la Luna, Venus y Neptuno.
Un abrazo y el año que viene revisamos los errores, y cambiando el orden de todo esto, con las mismas ideas predeciré para el 2011.
Rusvi Tahan
jueves, 24 de diciembre de 2009
lunes, 14 de diciembre de 2009
Consideraciones a la nota “no aprender màs” de Eduardo Aliverti.
Voy a ser concreto, la nota de hoy 14 de diciembre en Pagina 12 de Aliverti , asi como la cita de los especialistas que sigue son claras y las suscribo. No obstante para ser “perfecta” no incluye, y conste que digo no incluye y no digo omite, las notas te hacen esclavos de su extensión y el deseo de ser claro, que es, estoy convencido, el caso citado, te obliga a no meter todos los temas. Si en cambio Aliverti lo hubiera omitido remitiría en cambio a los métodos clarinescos de meter lo que conviene y en negrita a los efectos de fabricar una situación, de manera premeditada, pero aparentemente escrita objetivamente.
Bien, ¿que es lo que no incluye?, lo que los mismos medios señalan a gritos y se lo están dando servido a los economistas y los periodistas económicos. Si es difícil combatir el narcotráfico, la prostitución, el desarme de coches, mucho más difícil será ya que: a su aumento, aumenta el negocio de la “seguridad privada”.
Este ultimo aspecto, el de los miembros de las fuerzas de seguridad devenidos en empresarios es a esta altura una suerte de alfa y omega, en algunos casos el principio, en algunos casos el final de la misma historia en la inseguridad cotidiana.
Creo,que fue el sábado alguien escribió en alguno de los diarios, quizás Clarin, que son varios miles de millones los que se mueven en Seguridad Privada en al Argentina.
La hay para supermercados, barrios, negocios medianos, artistas, etc. etc.
Así que, como Aníbal Ibarra reconoció, a los pocos día de que tomara estado público el Macrigate, de que las escuchas ilegales son un negocio viejo y
“ conocido” , los medios reconocen que el “negocio” de la seguridad privada es también muy importante, en suma algo para no despreciar en el análisis.
Insisto, si queres destrabar la venta ilegal de drogas, y no solo de coca o porro, de sexo y de autopartes solo basta que un cana se ponga a mirar los diarios y solicite a un juez seguir a dos o tres tipos u empresas, que cada día aparecen en los diarios o la internet y al rato la verdad te cubre de mierda.
Con la policía y la seguridad privada pasa lo mismo. La seguridad privada viene a ser el lugar residual donde un cana corrupto termina laburando en contacto con un cana corrupto nuevo, que se mantiene dentro de la fuerza.Todos están dirigidos por los viejos comisarios corruptos que la fuerza tenía o tiene, purgados o por purgar.
Así que eso le falta a la nota de Eduardo Aliverti, la mención a la seguridad privada.
Como es mi costumbre y contando con amigos que leen mi blog pero no siempre leen los diarios copio y pego la nota al pie.
Rusvi Tahan
No aprender más. Eduardo Aliverti
El caso de la familia Pomar cierra el año con una enseñanza sociológica y política que tiene tanto de formidable como de obvia. Y lo terrible es que para eso haya vuelto a necesitarse una tragedia.
También es funesto que, con excepción de unos pocos colegas y analistas, los medios hayan camuflado la enésima lección dejada por el tema. Desviaron hacia: a) meros problemas de análisis e implementación investigativos; y b) el encuadre de ello como parte de una ineficiencia “crónica” de las fuerzas policiales y de seguridad, por carecer de una conducción política adecuada. ¿Adecuada con quiénes y para qué?, es la gran pregunta que no se animan a responder quienes insisten, por inconciencia o intereses concretos, en producir y amplificar el alarido vacuo de mayor “seguridad”. Los Pomar devolvieron al escenario la realidad de la Maldita Policía, aunque en verdad no puede volver lo que nunca se fue. Y qué curioso: desatada una nueva y ya incontable purga en la cúpula de la Bonaerense, en la consideración mediática el punto parece haberse agotado. Volvimos a la manifestación palermitana de los hijos de la soja, los vecinos de los barrios acomodados y sus flamantes representantes parlamentarios. Ya está, echaron a los inútiles más obvios, a algunos de la plana mayor y aquí no ha pasado nada, como lo dieron a entender en sus últimas ediciones los diarios grandes de alcance nacional, que desaparecieron el caso de sus portadas o lo remitieron a intríngulis menores de la cadena de responsabilidades.
Un artículo de Hernán Jaureguiber y Bernardo Alberte (h), bajo el título “Una mirada dialéctica de las causas y soluciones al problema de la inseguridad”, circula en las últimas horas y brinda un marco conceptual tan sencillo como preciso a las implicancias de lo sucedido con los Pomar. “Hallados los cuerpos y el automóvil a la vera del camino, en el lugar más obvio para encontrarlos a las pocas horas del accidente, su demora de 24 días es la muestra más palmaria del siniestro accionar policial y de su descontrol (...) ¡Qué huérfanos de musas inspiradoras han quedado quienes se atrevan a abordar el género literario de la novela policial! Lejos del genial Sherlock Holmes, nuestros sabuesos han demostrado que sólo tienen olfato para la mozzarella y los delitos de prostitución y narcotráfico, claro que en estos casos como socios del crimen (...) A la lista de fracasos policiales debe agregarse la impunidad y el escándalo en el procedimiento, que incluye incriminar a las propias víctimas (...) como el padre de la niña Sofía, detenido y sospechado al igual que lo ocurrido con Fernando Pomar en estos 24 días. Qué decir del destino del testigo Julio López. O de José Luis Cabezas. O de la masacre de Ramallo. O (...) de Kosteki y Santillán. Siempre la Maldita Policía involucrada directa o indirectamente. Imposible no sumar a la lista las vinculaciones en el caso AMIA. (He ahí) el comisario Palacios, devenido en la respuesta de Macri para garantizar seguridad a sus vecinos (...) ¿Cuántas muestras más se precisan para saber que quienes deben garantizar la seguridad no saben absolutamente nada del tema (...) y que además están involucrados en los peores crímenes que deberían combatir? (...) Es inconsistente cualquier argumento que se dirija únicamente contra las autoridades civiles, para fundar el descontrol de estas fuerzas (...) Las condujeron menemistas fiesteros, militares fascistas como Aldo Rico (...) recontra-derechosos como Macri (...) Es notorio que no depende de la conducción política ni judicial, porque no esperarán que un ministro reemplace al custodio de una sucursal bancaria, mientras éste manda mensajes de texto en vez de estar atento a la circulación de personas (...) ni que la fiscal recorra, a pie o a caballo, los 40 kilómetros donde fueron encontrados los cuerpos de los desdichados Pomar”. La tarea de purgar a las fuerzas es “sumamente extensa, en tiempo que no evacuará las necesidades urgentes de los atemorizados clamantes de seguridad (...) Si existen soluciones, no son sencillas ni pueden ejecutarse con la celeridad que espera parte de la población, mediante reclamos amplificados por los tendenciosos medios de comunicación”.
La nota aborda después, bajo el resaltado de que el problema no es la pobreza sino la riqueza, la contradicción primaria en torno de que pueda resolver las cosas un sistema que sigue produciendo pobres y cuyos ricos se exhiben pornográficamente. Y reitera su sencillez categórica al contrastar el ingreso a las villas para encontrar delincuentes en lugar de a la AFIP, para descubrir dineros ilícitos mucho más importantes que el producto de un arrebato callejero. O el robo de un automóvil contra la comercialización de sus autopartes en lugares bien visibles, donde consume una clientela consciente de que no importa el origen sangriento de lo que paga más barato. O el patotero tan difícil de buscar entre la multitud, contra lo fácil que es descubrir al jefe de la patota. Esos asertos indesmentibles sí colocan en primer plano la responsabilidad política, porque en definitiva se trata de un sistema que debe reprimir lo propio que genera. No está en aptitud ideológica para corregir que la Policía, lejos de ser parte de la solución, es una pieza fundamental del problema. Las políticas de contención social desarrolladas hasta ahora demuestran su agotamiento, aunque no deba perderse de vista –sin que sea consuelo– el hecho de que las grandes urbes argentinas son casi un mar plácido en comparación con la mayoría de los países latinoamericanos. Pero el mismo proceso de crecimiento o reactivación económicos, sin que dé lugar a resolver el núcleo duro de pobreza e indigencia, agrava las tensiones sociales. Y para coronar se metió la droga, en niveles de penetración inéditos de los que la Policía también es parte constitutiva. En consecuencia, hay una tenaza que aprieta, a un lado, por las características ínsitas de una sociedad de exclusión; y al otro, por el funcionamiento ya desbocado de sus fuerzas de seguridad (?), que en la más benévola de las hipótesis operan autónomas frente a sus comandantes civiles. Trata de personas, proxenetas, narcotráfico, desarmaderos, bandas de asaltantes, secuestros. No hay forma de que la Policía no aparezca comprometida en todo ello, virtualmente siempre.
Como por algo se empieza y como el camino es demasiado largo, o se toma conciencia de que las cosas funcionan así, y de que a esta altura es llanamente de lunáticos pedirle protección a semejante estructura de mafiosos e ineptos; o se seguirá gritándole “seguridad” a un vacío que, en realidad, está llenado por un torbellino de uniformados cómplices y capaces, ya, de atentar contra la propia ciudadanía “bienpensante” que exige mano dura. Ahí están los Pomar, como horribles testigos de que no aprendemos más. Y el gran periodismo independiente, menos que menos.
Bien, ¿que es lo que no incluye?, lo que los mismos medios señalan a gritos y se lo están dando servido a los economistas y los periodistas económicos. Si es difícil combatir el narcotráfico, la prostitución, el desarme de coches, mucho más difícil será ya que: a su aumento, aumenta el negocio de la “seguridad privada”.
Este ultimo aspecto, el de los miembros de las fuerzas de seguridad devenidos en empresarios es a esta altura una suerte de alfa y omega, en algunos casos el principio, en algunos casos el final de la misma historia en la inseguridad cotidiana.
Creo,que fue el sábado alguien escribió en alguno de los diarios, quizás Clarin, que son varios miles de millones los que se mueven en Seguridad Privada en al Argentina.
La hay para supermercados, barrios, negocios medianos, artistas, etc. etc.
Así que, como Aníbal Ibarra reconoció, a los pocos día de que tomara estado público el Macrigate, de que las escuchas ilegales son un negocio viejo y
“ conocido” , los medios reconocen que el “negocio” de la seguridad privada es también muy importante, en suma algo para no despreciar en el análisis.
Insisto, si queres destrabar la venta ilegal de drogas, y no solo de coca o porro, de sexo y de autopartes solo basta que un cana se ponga a mirar los diarios y solicite a un juez seguir a dos o tres tipos u empresas, que cada día aparecen en los diarios o la internet y al rato la verdad te cubre de mierda.
Con la policía y la seguridad privada pasa lo mismo. La seguridad privada viene a ser el lugar residual donde un cana corrupto termina laburando en contacto con un cana corrupto nuevo, que se mantiene dentro de la fuerza.Todos están dirigidos por los viejos comisarios corruptos que la fuerza tenía o tiene, purgados o por purgar.
Así que eso le falta a la nota de Eduardo Aliverti, la mención a la seguridad privada.
Como es mi costumbre y contando con amigos que leen mi blog pero no siempre leen los diarios copio y pego la nota al pie.
Rusvi Tahan
No aprender más. Eduardo Aliverti
El caso de la familia Pomar cierra el año con una enseñanza sociológica y política que tiene tanto de formidable como de obvia. Y lo terrible es que para eso haya vuelto a necesitarse una tragedia.
También es funesto que, con excepción de unos pocos colegas y analistas, los medios hayan camuflado la enésima lección dejada por el tema. Desviaron hacia: a) meros problemas de análisis e implementación investigativos; y b) el encuadre de ello como parte de una ineficiencia “crónica” de las fuerzas policiales y de seguridad, por carecer de una conducción política adecuada. ¿Adecuada con quiénes y para qué?, es la gran pregunta que no se animan a responder quienes insisten, por inconciencia o intereses concretos, en producir y amplificar el alarido vacuo de mayor “seguridad”. Los Pomar devolvieron al escenario la realidad de la Maldita Policía, aunque en verdad no puede volver lo que nunca se fue. Y qué curioso: desatada una nueva y ya incontable purga en la cúpula de la Bonaerense, en la consideración mediática el punto parece haberse agotado. Volvimos a la manifestación palermitana de los hijos de la soja, los vecinos de los barrios acomodados y sus flamantes representantes parlamentarios. Ya está, echaron a los inútiles más obvios, a algunos de la plana mayor y aquí no ha pasado nada, como lo dieron a entender en sus últimas ediciones los diarios grandes de alcance nacional, que desaparecieron el caso de sus portadas o lo remitieron a intríngulis menores de la cadena de responsabilidades.
Un artículo de Hernán Jaureguiber y Bernardo Alberte (h), bajo el título “Una mirada dialéctica de las causas y soluciones al problema de la inseguridad”, circula en las últimas horas y brinda un marco conceptual tan sencillo como preciso a las implicancias de lo sucedido con los Pomar. “Hallados los cuerpos y el automóvil a la vera del camino, en el lugar más obvio para encontrarlos a las pocas horas del accidente, su demora de 24 días es la muestra más palmaria del siniestro accionar policial y de su descontrol (...) ¡Qué huérfanos de musas inspiradoras han quedado quienes se atrevan a abordar el género literario de la novela policial! Lejos del genial Sherlock Holmes, nuestros sabuesos han demostrado que sólo tienen olfato para la mozzarella y los delitos de prostitución y narcotráfico, claro que en estos casos como socios del crimen (...) A la lista de fracasos policiales debe agregarse la impunidad y el escándalo en el procedimiento, que incluye incriminar a las propias víctimas (...) como el padre de la niña Sofía, detenido y sospechado al igual que lo ocurrido con Fernando Pomar en estos 24 días. Qué decir del destino del testigo Julio López. O de José Luis Cabezas. O de la masacre de Ramallo. O (...) de Kosteki y Santillán. Siempre la Maldita Policía involucrada directa o indirectamente. Imposible no sumar a la lista las vinculaciones en el caso AMIA. (He ahí) el comisario Palacios, devenido en la respuesta de Macri para garantizar seguridad a sus vecinos (...) ¿Cuántas muestras más se precisan para saber que quienes deben garantizar la seguridad no saben absolutamente nada del tema (...) y que además están involucrados en los peores crímenes que deberían combatir? (...) Es inconsistente cualquier argumento que se dirija únicamente contra las autoridades civiles, para fundar el descontrol de estas fuerzas (...) Las condujeron menemistas fiesteros, militares fascistas como Aldo Rico (...) recontra-derechosos como Macri (...) Es notorio que no depende de la conducción política ni judicial, porque no esperarán que un ministro reemplace al custodio de una sucursal bancaria, mientras éste manda mensajes de texto en vez de estar atento a la circulación de personas (...) ni que la fiscal recorra, a pie o a caballo, los 40 kilómetros donde fueron encontrados los cuerpos de los desdichados Pomar”. La tarea de purgar a las fuerzas es “sumamente extensa, en tiempo que no evacuará las necesidades urgentes de los atemorizados clamantes de seguridad (...) Si existen soluciones, no son sencillas ni pueden ejecutarse con la celeridad que espera parte de la población, mediante reclamos amplificados por los tendenciosos medios de comunicación”.
La nota aborda después, bajo el resaltado de que el problema no es la pobreza sino la riqueza, la contradicción primaria en torno de que pueda resolver las cosas un sistema que sigue produciendo pobres y cuyos ricos se exhiben pornográficamente. Y reitera su sencillez categórica al contrastar el ingreso a las villas para encontrar delincuentes en lugar de a la AFIP, para descubrir dineros ilícitos mucho más importantes que el producto de un arrebato callejero. O el robo de un automóvil contra la comercialización de sus autopartes en lugares bien visibles, donde consume una clientela consciente de que no importa el origen sangriento de lo que paga más barato. O el patotero tan difícil de buscar entre la multitud, contra lo fácil que es descubrir al jefe de la patota. Esos asertos indesmentibles sí colocan en primer plano la responsabilidad política, porque en definitiva se trata de un sistema que debe reprimir lo propio que genera. No está en aptitud ideológica para corregir que la Policía, lejos de ser parte de la solución, es una pieza fundamental del problema. Las políticas de contención social desarrolladas hasta ahora demuestran su agotamiento, aunque no deba perderse de vista –sin que sea consuelo– el hecho de que las grandes urbes argentinas son casi un mar plácido en comparación con la mayoría de los países latinoamericanos. Pero el mismo proceso de crecimiento o reactivación económicos, sin que dé lugar a resolver el núcleo duro de pobreza e indigencia, agrava las tensiones sociales. Y para coronar se metió la droga, en niveles de penetración inéditos de los que la Policía también es parte constitutiva. En consecuencia, hay una tenaza que aprieta, a un lado, por las características ínsitas de una sociedad de exclusión; y al otro, por el funcionamiento ya desbocado de sus fuerzas de seguridad (?), que en la más benévola de las hipótesis operan autónomas frente a sus comandantes civiles. Trata de personas, proxenetas, narcotráfico, desarmaderos, bandas de asaltantes, secuestros. No hay forma de que la Policía no aparezca comprometida en todo ello, virtualmente siempre.
Como por algo se empieza y como el camino es demasiado largo, o se toma conciencia de que las cosas funcionan así, y de que a esta altura es llanamente de lunáticos pedirle protección a semejante estructura de mafiosos e ineptos; o se seguirá gritándole “seguridad” a un vacío que, en realidad, está llenado por un torbellino de uniformados cómplices y capaces, ya, de atentar contra la propia ciudadanía “bienpensante” que exige mano dura. Ahí están los Pomar, como horribles testigos de que no aprendemos más. Y el gran periodismo independiente, menos que menos.
sábado, 12 de diciembre de 2009
PREANUNCIOS DE REPRESION
Desde hace un par de semanas que quiero escribir sobre la instalación, por parte de ciertos sectores del poder, de un clima cada vez más represivo.
Cada día una nueva noticia empeora aquella por la cuál empecé a pensar en esta nota: la decisión del fiscal de Chubut, Jorge Miquelarena, de autorizar a la policía del Chubut el despeje de rutas sin orden judicial previa.
El escrito del Sr. Miquelarena hace referencia a piquetes, manifestaciones deportivas y cualquier cosa en general. Es decir: el supremo bien de la circulación de mercancías y gente con coche esta por sobre demandas de trabajo, justicia, salarios y, aún, sobre festejos porque los chicos ganaron un campeonato. La verdad es que esta redacción remite a situaciones del tipo Estado de Sitio.
Los medios dieron la noticia y pasamos en seguida a otro tema, da igual las estupideces de Fort y Suller con Tinelli que la desaparición de la familia Pomar.
Lo malo es que en Chubut, el accionar del GEOP en Corcovado, el desalojo de 20 personas que estaban sentadas en las escalinatas interiores del Ministerio de Educación hace unos meses, hace pensar en que el gobernador Das Neves se prepara para diferenciar su “modelo” Chubut, también en este tema, del “modelo” nacional.
Al dejar pasar los días, se profundizó el Macrigate, que culminó en la designación de Abel Posse en el Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires, una señal de los tiempos que se suman a la de Miquelarena, el mismo día de su juramento el genocida Menéndez, en Córdoba, lo cita en su alegato final ante el tribunal que lo condenó a cadena perpetua. Posse, palabras más palabras menos, dijo que solo en Argentina se juzga a sus soldados, lo cuál, si es verdad, para mi, habla bien de la Argentina, pero para Menéndez, Astiz y Posse ( y Menem y Ruckauf y…..) habla mal.
Entre uno y otro evento estuvo la concentración del campo en el rosedal de Palermo, todo un lugar de paquetería de las clases ricachonas y las medias con espiritu chupaculo. Asi teníamos a Mariano Grondona sentado en primera fila, y la TV ( publica, pues la otra le hizo de panegírico) nos mostró una seguidilla de señoras gordas que pedían destitución, palos y regreso a los militares. Es más, había un señor que, si no fuera por mi memoria lastimada de realismo, era desopilante diciendo estar armado y asegurando que si se encontraba con Kirchner lo iba a matar ( quizás el mediático abogado Monners Sanz, tan rápido para hacer presentaciones judiciales, deba pedir el tape y denunciar al “buen hombre” por apología del delito). Eso sin omitir que, como no podía ser de otra manera, estuvieron mis “amigos” de la Correinte Clasista y Combativa convalidando todo esto.La verdad es que a los del Partido Comunista Chino habría que hacerles un test psicologico, están perdidos.
Y, sin respiro,seguimos esta pelicula con la elección en Honduras, donde se consumo un despojo, la inmoral recepción de Obama de un premio nobel, apenas días después de anunciar que mandara 30.000 soldados más a “ganar” la guerra contra el Taliban y, mientras recibia el premio en cámara, en su discurso aplicó la sinceridad brutal al decir que el recibía el Premio Nobel de la Paz pero advertía que, a veces, la guerra es necesaria. Volviendo a la idea de “guerra justa” , de policía,de los tiempos pretéritos.
Así que saquen cuentas, diría mi padre, y súmense a mi temor, máxime si el domingo 13 -que día eligió la izquierda para un llamado eleccionario, parafraseando a Jean Baudrillard - gana la derecha en Chile.
Si nuestra izquierda en el parlamento cree realmente que sumándose a la derecha gana algo, la verdad es que estamos en el horno.
Rusvi Tahan
Cada día una nueva noticia empeora aquella por la cuál empecé a pensar en esta nota: la decisión del fiscal de Chubut, Jorge Miquelarena, de autorizar a la policía del Chubut el despeje de rutas sin orden judicial previa.
El escrito del Sr. Miquelarena hace referencia a piquetes, manifestaciones deportivas y cualquier cosa en general. Es decir: el supremo bien de la circulación de mercancías y gente con coche esta por sobre demandas de trabajo, justicia, salarios y, aún, sobre festejos porque los chicos ganaron un campeonato. La verdad es que esta redacción remite a situaciones del tipo Estado de Sitio.
Los medios dieron la noticia y pasamos en seguida a otro tema, da igual las estupideces de Fort y Suller con Tinelli que la desaparición de la familia Pomar.
Lo malo es que en Chubut, el accionar del GEOP en Corcovado, el desalojo de 20 personas que estaban sentadas en las escalinatas interiores del Ministerio de Educación hace unos meses, hace pensar en que el gobernador Das Neves se prepara para diferenciar su “modelo” Chubut, también en este tema, del “modelo” nacional.
Al dejar pasar los días, se profundizó el Macrigate, que culminó en la designación de Abel Posse en el Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires, una señal de los tiempos que se suman a la de Miquelarena, el mismo día de su juramento el genocida Menéndez, en Córdoba, lo cita en su alegato final ante el tribunal que lo condenó a cadena perpetua. Posse, palabras más palabras menos, dijo que solo en Argentina se juzga a sus soldados, lo cuál, si es verdad, para mi, habla bien de la Argentina, pero para Menéndez, Astiz y Posse ( y Menem y Ruckauf y…..) habla mal.
Entre uno y otro evento estuvo la concentración del campo en el rosedal de Palermo, todo un lugar de paquetería de las clases ricachonas y las medias con espiritu chupaculo. Asi teníamos a Mariano Grondona sentado en primera fila, y la TV ( publica, pues la otra le hizo de panegírico) nos mostró una seguidilla de señoras gordas que pedían destitución, palos y regreso a los militares. Es más, había un señor que, si no fuera por mi memoria lastimada de realismo, era desopilante diciendo estar armado y asegurando que si se encontraba con Kirchner lo iba a matar ( quizás el mediático abogado Monners Sanz, tan rápido para hacer presentaciones judiciales, deba pedir el tape y denunciar al “buen hombre” por apología del delito). Eso sin omitir que, como no podía ser de otra manera, estuvieron mis “amigos” de la Correinte Clasista y Combativa convalidando todo esto.La verdad es que a los del Partido Comunista Chino habría que hacerles un test psicologico, están perdidos.
Y, sin respiro,seguimos esta pelicula con la elección en Honduras, donde se consumo un despojo, la inmoral recepción de Obama de un premio nobel, apenas días después de anunciar que mandara 30.000 soldados más a “ganar” la guerra contra el Taliban y, mientras recibia el premio en cámara, en su discurso aplicó la sinceridad brutal al decir que el recibía el Premio Nobel de la Paz pero advertía que, a veces, la guerra es necesaria. Volviendo a la idea de “guerra justa” , de policía,de los tiempos pretéritos.
Así que saquen cuentas, diría mi padre, y súmense a mi temor, máxime si el domingo 13 -que día eligió la izquierda para un llamado eleccionario, parafraseando a Jean Baudrillard - gana la derecha en Chile.
Si nuestra izquierda en el parlamento cree realmente que sumándose a la derecha gana algo, la verdad es que estamos en el horno.
Rusvi Tahan
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