Estaba comiendo en un restaurante en Playa Unión y entro allí Luis Brandoni, mi inacabable cholulismo me hizo esbozar una sonrisa cuando casualmente cruzamos miradas, el me hizo un gesto y se sentó de espaladas a mi mesa.
Mientras esperaba a unos amigos hojeaba el Diario El Chubut y me encontré las fuertes criticas que Brandoni hacia al gobierno nacional y se deslizaba el tema , icono de los radicales anti K en la actualidad, de la denominada Ley de Medios.
Recordé entonces un reportaje que en 6,7 y 8 por canal 7 le hicieron a Federico Luppi, uno no sabe porque la mente se mueve en ciertas direcciones, Hobsbawm dice que esto es porque la memoria no es un mecanismo de acumulación sino un mecanismo de selección. En ese reportaje Luppi hacia una encendida defensa de la Ley de Medios y denostaba al Grupo Clarín, a la Sociedad Rural, etc.etc..
Así que sin quererlo me encontré de pronto pensando, por eso del mecanismo de selección, en los personajes de Facón Grande y el Gallego Soto de La Patagonia Rebelde, una película que pegó muy fuerte y fue parte de una construcción simbólica de toda una joven generación de Argentinos: Lo nacional y popular contra el dominación extranjera
Me imaginé por un momento que cada uno reeditaba hoy, en otra época y contexto, su papel en la película. Luppi- Facón Grande- en ese lugar de la historia del campo popular que pone todo el cuerpo con una simpleza rayana en lo magnifico enfrentado a lo antipopular. En aquella película, al Capitalismo extranjero asociado con los cipayos nacionales .Antes eran los ingleses y los abogados, testaferros políticos y milicos que los sostenían, hoy asociados a Monsanto, los Gusanos de la Prensa de Miami (como Mas Canosa) aliados aquí con Clarín, la Sociedad Rural, Manzano, el “Grupo Vila”, y que en ese poner el cuerpo Facòn pierde la vida.
Brandoni - el Gallego Soto entonces - que tiene un discurso progre, de izquierda, pero que a la hora de los bifes salva el “pellejo”… y en el caso actual se trasmuta en un crítico que, objetivamente labura para el enemigo. Toda una parábola de la diferencia entre el campo nacional y la derecha y las izquierdas pedorras y vernáculas, sean estas socialistas, troskistas, chinos del PCR o radicales esclarecidos y de buena verba.
Es probable que hoy esta película termine igual para el campo nacional, que la lucha por medios de comunicación más democráticos, como en aquella época la lucha por condiciones laborales más justas, se pierda transitoriamente. Pero debe quedar claro que tarde o temprano este tema se definirá por un mundo más plural, con expresiones menos monopólicas.
Y debe quedar claro , también, que todos recordaremos allí con mucho más cariño a Facón Grande que al Gallego Soto, pues en definitiva ya lo dijo Jesús “…a los tibios los vomitaré de mi boca…”.-
Rusvi Tahan
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