jueves, 19 de marzo de 2015

No digan que no les avise.




Este, me imagino, debe ser el pensamiento de mi amigo HG, que me había tirado, leer la nota,  tres hipótesis de lo de Nisman que aún no habían salido a la luz pero que, afirmaba, alguna o todas seguramente saldrían a rodar en el futuro.
Una de ellas, la de una cadena de retornos ha tomado estado público, no su magnitud, que está por verse.
De hecho esta situación emparenta con otra nota mía de diciembre que se planteaba ¿que hacer con los que se llevan la guita afuera sin declarar?. No se sabe si Nisman tenía la cuenta en Nueva York declarada, sospecho que no. De ser así ya tenemos otro Banco en problemas, además del HSBC y el JP Morgan.
Ahora bien a raíz de esa denuncia de su antiguo y fiel empleado Lagomarsino vamos conociendo quien era Nismann. A partir de allí urge preguntarse ¿cuáles son los límites de la investigación?.
Para mi esta cada día más claro que su ex esposa lo odiaba de tal manera que encamina toda la investigación a destruir su figura. ¿Por qué digo esto? Porque finalmente de lo que estamos hablando en paralelo es de su vida personal, morbo alimentado por la jueza Salgado, que al pedir que se frene la decodificación de sus celulares y computadoras da pistas de por donde hay que ir. Además de lo que hablamos es de plata, tema alimentado también por la jueza Salgado al afirmar que de lo que se trata es de un crimen por dinero. Es decir Lagomarsino lo mato porque le “retenía” el 50% de coima, hablemos claro, retorno es coima.
Además por el temor de estos ricos e insaciables parientes, como  la jueza que se ve privada de la guita que rápidamente la mama de Nisman y su hermana se encargaron de retirar de sus cajas fuertes , de seguridad y de todos lados. ¿Dejándola de garpe? .
Y los servicios desocupados a los que la jueza, al igual que su ex, tanto debía en su historia, se han encargado de difundir las fotos de la versión “fiestera” de Nismann. Que, como era de esperar fue construyéndose ladrillo a ladrillo, primero apareció su “novia”, después, nada menos que Guillermo Coppola y ahora las fotos de sus reuniones.
A esta altura cada vez me convenzo más de que Nismann además de corrupto era un idiota, de esos que vemos en las películas de la mafia, que toman  despreocupamente todo sin evaluar las consecuencias, y sin cuidarse.
Realmente Nismann nunca penso que Stiusso le sacaba fotos y lo filmaba y se guardaba cada uno de sus movimientos, creía que era solo un buen servidor público.
Nismann se paseo desnudo ante el  poder de los servicios, llevándose su parte, pensando que todo era eterno y gratis.
Cuando le pusieron la carpeta, o le dieron la voz de alerta de que lo sacaban, firmó o armó, da igual, ese bodoque a las apuradas que fue la denuncia a la Presidenta. Cuando eso no fue suficiente, cuando le dijeron anda e inmólate, tomo conciencia de que todo ese pasado que ahora surge, sus viajes, los gastos en el exterior, los gatos, los retornos, su vinculación corrupta con los servicio extranjeros que le facilitaban coches ( no me digan que tenía necesidad de que le prestaran un Audi) y demás, iba, más temprano que tarde, a salir a la luz y se pegó un tiro.Con lo que los servicios tuvieron mucho más de lo que necesitaban, tuvieron su vendetta contra el gobierno y lograron, transitoriamente, bajarlo en la consideración pública.
Veremos el alcance del efecto rebote de estas cuestiones.
Los opositores quieren tapar el sol con las manos cargándosela a Aníbal Fernández porque lo trato de trucho, que se gastaba en minas la guita de los argentinos y se burlaba de los muertos. Claramente Fernández tiene razón y le habla a la gente, quizás no nos guste, pero la gente entiende el mensaje: Nismann era un ladri total.
Por otra parte y atendiendo a aquello que la “mujer del Cesar debe no solo ser buena sino también parecerlo”, la vida privada de Nismann es un dato a investigar, no porque tuviera amantes sino porque ese camino nos lleva a la ruta del dinero. Que, como les digo y piensa Arroyo Salgado, la mama Garfunkel y la hermana, es hoy por hoy lo único que importa, la primera en un “no me dejen afuera” y sino que no sea para nadie. Las otras, seguramente, para preservar “como quería Nismann” el futuro de sus hijas.
Tristemente la brutalidad expresiva de Anibal es el camino, este señor no tenía vida privada si la misma se sustentaba en el robo, el hilo de su vida privada entonces es el que hay que seguir, de sus contratos a nutricionistas, gatos  e informáticos.
La pestilencia que se empieza a oler justifica mínimamente que se haya pegado un tiro.
Rusvi Tahan


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