miércoles, 7 de octubre de 2009

EL LUGAR DESDE DONDE SE HABLA

La verdad es que esta nota esta dirigida a reflexionar sobre lo simbólico.
Ayer miércoles 30 de setiembre, el Cardenal Bergoglio hizo una diatriba contra la pobreza, estaba Chiche Duhalde entre otros. ¿Adivinen donde?. En el Alvear Palace Hotel, el Hotel 5 estrellas más antiguo y famoso de la Argentina.
Uno podría imaginarse al padre Mujica allí, invitado para una cena de caridad en el 70 y la hubiera podrido, habría llevado un pobre de la villa, y hubiera increpado ante tanta hipocresía.
Pero uno no puede imaginarse que se pueda hablar de la pobreza, de la mentira del INDEC y en contra del gobierno, con alguna honestidad detrás de una mesa del Hotel Alvear.
La elección simbólica de los lugares es todo un mensaje.
Bergoglio ( ni hablar de Chiche Duhalde) no pretende llamar la atención de los ricos, enrostrarle la pobreza que ellos generan con su avaricia, aunque haga reflexiones de hombre sabio e inteligente. Bergoglio no es Helder Camara, no es Angelelli, es un hombre del poder. Un jesuita, en la más oscura tradición de esta orden, que por cierto respeto respeto, piensa, actúa cerca del poder. Bergoglio esta fastidiado con este gobierno porque lo destrata.
Los índices de pobreza son una bosta. A que dudarlo, basta con caminar las calles.
Pero, no puede el Cardenal Bergoglio, y sobre todo no debe, señalarlos desde el Hotel Alvear. Eso es un acto anticristiano, en el sentido que Rafael Tello le daría a la situación. El Alvear Palace Hotel es casi el templo de Jerusalem, el lugar donde se cierran con opíparas cenas los negocios más oprobiosos para la Argentina, donde el Sanedrín oficial y no oficial recibe sus comisiones. En suma: el lugar de la Oligarquía. El Alvear es el lugar para que Bergoglio entre y rompa todo, para expulsar a los mercaderes de ese templo del mal, como lo era el Templo de Jerusalén, donde todos los judíos estaban obligados a ir a compran aquellas cosas legalizadas para hacer los sacrificios, y que, hay que recordarlo, reportaban una comisión para el Sanedrín.
Bergoglio, por favor: deje a la Chiche Duhalde en el lugar de sus aspiraciones de pequebusa y tenga un poco de dignidad, cállese la boca y salga a laburar por los pobres.
Rusvi Tahan.

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