jueves, 28 de junio de 2012

No quiero un cheque




El Desastre de Bhopal, ocurrido el 3 de diciembre de 1984 en la región de Bhopal (India), se originó al producirse una fuga de 42 toneladas de isocianato de metilo en una fábrica de pesticidas propiedad de la compañía estadounidense Unión Carbide (parte de cuyos activos fueron posteriormente adquiridos por Dow Chemical). El accidente se produjo al no tomarse las debidas precauciones durante las tareas de limpieza y mantenimiento de la planta, lo que hizo que el agua a presión utilizada y los cristales de cloruro sódico, restos metálicos y otras impurezas que la misma arrastraba, entrasen en contacto con el gas almacenado, iniciando una reacción exotérmica que provocó la apertura por sobrepresión de las válvulas de seguridad de los tanques y con ello la liberación a la atmósfera del gas tóxico; con el agravante de que el sistema de refrigeración de los tanques y el catalizador de gases previo a la salida a la atmósfera, ambos se habían desactivado por ahorro de costos.
Se pidió a Unión Carbide que indemnizara a los afectados de Bhopal por la pérdida de su capacidad para trabajar. Después de cinco años de lucha legal, el gobierno indio aceptó un acuerdo extrajudicial por 470 millones de dólares, que se firmó en febrero de 1989. Éste había de ser la resolución definitiva de toda responsabilidad civil. Y exculpaba a los dueños de la Unión Carbide y sus gerentes extranjeros.  La indemnización media por daños personales fue de entre 370 y 533 dólares (entre 403 y 581 euros) por persona, escasamente el dinero necesario para cubrir los gastos médicos de cinco años. Muchos de los afectados y de sus hijos estarán enfermos toda su vida.
Los hindúes implicados , ocho directivos de Unión Carbide, fueron condenados en 2010 por un tribunal indio dos años de cárcel y a una multa de 500.000 rupias (10.600 dólares, casi 8.900 euros) a la propia delegación india de la compañía estadounidense en relación con la fuga tóxica de la fábrica de pesticidas de Bhopal (centro), que hace 25 años causó decenas de miles de muertos.

Poco antes, el tribunal local indio declaró culpables de "negligencia criminal" a los directivos procesados, entre los que figura el entonces director de Unión Carbide India. El veredicto sólo afectará a los dirigentes indios de la desaparecida Unión Carbide de India, mientras que los casos presentados contra la compañía estadounidense y sus directivos en el extranjero están siendo objeto de otros procesamientos.
Las organizaciones locales de supervivientes calculan que continúan muriendo entre 10 y 15 personas cada mes como consecuencia de enfermedades relacionadas con la exposición a gases tóxicos. Desde 1984 se han iniciado más de 140 causas civiles en los tribunales federales de los Estados Unidos a favor de las víctimas y de los supervivientes, en un intento de obtener una indemnización apropiada para ellos. Todos estos casos siguen pendientes.
El 15 de enero de 1999, el buque Estrella Pampeana de Shell, y el barco Sea Paraná, de bandera alemana, chocaron en el Río de la Plata. Fue el comienzo del peor desastre de su tipo en aguas dulces en el país: se derramaron 5.300 metros cúbicos (5.300.000 litros) de hidrocarburos. Dos meses después la Municipalidad demandó a la petrolera para que repare el ambiente y realice un manejo adecuado de los residuos peligrosos. Pero la mitad de esos diez años la Justicia se ocupó de discutir qué tribunal debía atender el caso que hoy espera en un juzgado federal de Capital, al igual que las demandas de unos 500 vecinos que reclaman por daños a la salud, el ambiente y la economía.
30 kilómetros de playas y humedales de la costa de Magdalena se tiñeron de petróleo. También se vistió de negro el futuro de sus habitantes. En el 2009 se realizó  un plebiscito, donde la mayoría de los habitantes aceptaron los U$S9,5 millones que ofrece la petrolera Shell, acusada por el municipio de responsable del derrame.
Más recientemente en el Golfo de México la British Petroleum ( y la Chevron) tuvieron un accidente, que seguramente todos recordamos, que tardó semanas en repararse e inundó de crudo las costas de Texas y enormes extensiones del Golfo de México, se calcula que del petróleo derramado se pudo recoger o disolver no más del 30 % , el resto contaminará durante años el golfo. Los culpables están siendo juzgados y la reparación aún no ha sido resuelta, es de esperar que el gobierno yanqui sea un poquitín más duro que el hindú o el argentino.
No obstante, tal como sucedió con la Unión Carbide, que rápidamente se desprendió de activos a favor de la Dow Chemical, la BP empezó a deshacerse de activos vendiéndoselos a otras empresas, con el objeto de empezar a hacer desaparecer capital que pudiese ser expropiado. Bastará con una simpe quiebra y la condena a los ingenieros de la plataforma para eludir el daño causado.
Finalmente ,y brevemente, señalo que cada pozo petrolero que se cierra por agotamiento tiene previsto un costo de resarcimiento ambiental en la Argentina, este costo es sistemáticamente eludido, hay una parte enorme de este resarcimiento que jamás se realizará pues YPF le vendió a Repsol y esta a su vez fue expropiada en ese ir y venir, seguramente, quedarán jirones ambientales.
Todos estos antecedentes llevaron al pueblo del Chubut a negarse sistemáticamente a emprendimientos que pusieran en peligro su medio ambiente, medio ambiente que por considerarse la Patagonia un lugar especial  adquiere un valor a escala mundial
Bueno, se preguntarán, ¿a que va todo este rollo? . A señalar que las iniciativas del Gobernador Buzzi en relación al tema minero no terminan de convencerme, por un lado coincido en que hace falta una ley que regule claramente la explotación minera, y además celebro que se involucre al sector petrolero en esta ley. Lo celebro más viniendo de un comodorense, pues el petróleo y Comodoro parecen ser la misma cosa y los accidentes y el desbarajuste ambiental del petróleo han sido naturalizados por gran parte de la población de esa región.
Por otro lado sospecho que de alguna manera se busca eludir la 5001.
Lo peor, lo que me convocó a escribir esto, es el intento de obtener la Licencia Ambiental con una estrategia de corrupción, prometiéndole a cada chubutense un cheque personal de las regalías mineras.
Esta propuesta es un retroceso, nos recuerda a las mañas del menemismo, donde con dólares se fueron atravesando voluntades. La propuesta es una exacerbación del individualismo en contra de lo colectivo. No se trata de que al aumentar las regalías se destinarán a realizar reparaciones de lo ya afectado, a investigar nuevos métodos para evitar accidentes, investigarlos antes, obvio, de iniciar las acciones.  Ni siquiera, si siguiéramos una lógica desarrollista, a instalar acá refinadoras de petróleo u oro para evitar que los mismos se vayan en bruto y desde otro lugar como Sudáfrica nos llegue un papel que diga: de las 100 toneladas sacamos medio kilo muchachos. O que se buscaran formas de extracción que limiten o minimicen el uso del agua dulce, etc. etc. No, lo que se promete es: todos van a tener una partecita rápidamente de lo que se obtenga. Un cheque.
Yo no lo quiero, quiero una discusión abarcativa, sincera y que promueva el bienestar general. Quiero como mínimo atender a aquello que señala que:"El desarrollo sustentable es aquel que satisface las necesidades de las generaciones presentes, sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades".
Decididamente no quiero lo contrario, un cheque hoy que hipoteque las generaciones futuras.
Rusvi Tahan


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