Pasan los días, los jueces
parecen entre miedosos, sorprendidos y cómplices. Hay 4400 tipos que por lo
menos en la década anterior tenían cuentas en el HSBC y en la Unión de Bancos
Suizos otro tanto, de los cuales, y solo en el primer caso, por lo menos 4000
nunca lo habían declarado. En ese lapso los periodistas, los del grupo opositor,
la versión mediáticamente más poderosa, ni lo hablan o justifican la evasión y la
truchada con el argumento siguiente: la Argentina Kirchnerista es peligrosa
para el capital y es mejor sacar la plata afuera.
Entre los 4400 hay implicados
dueños de medios, así que, desde el vamos, ninguno va a escupir para arriba.
Los periodistas digamos “no
opositores” descreen de la posibilidad de poder cobrarle algo a esta gente.
Sostienen que nunca se han recuperado fondos pasados, a lo sumo se logra que
esta gente blanquee sus movimientos. Como hay casi siempre blanqueos vigentes
en definitiva, los ladrones, no otra cosa son estos tipos, saldrán impunes.
Es que los dueños del país si
puede hacer lo que los milicos no pudieron en Argentina, autoamnistiarse, pues
los jueces o son parte o les pertenecen. O las leyes están hechas para
“proteger al capital”. Para muestra el reciente amparo a la adecuación de
oficio al grupo Clarín.
Por otra parte todos coinciden
que al día siguiente que el Ingeniero informático se llevó el disquete con los
datos, los bancos: a) lo trataron de ladrón y lo mandaron, cuando menos a
arrestar, y b) avisaron a sus clientes quienes inmediatamente iniciaron una
segura migración a otros paraísos. El sistema se mejoró aún más seguramente y
se ocultaron los rastros siguientes.
Entonces o no importa el robo o,
lo que es peor, se naturaliza.
No voy a extenderme en explicar,
lo que hoy todos sabemos, que como explico muy bien Sergio Wiñesky en el
programa Gente de a Pie, el mismo HSCB nació como un Banco para guardar, mover,
etc., el dinero de la droga en el siglo XIX, en aquella época el producido por
el opio que los ingleses llevaban de India a China. Ni hablar de los escritos
de Carlos Marx sobre la banca. No solo que si de lo que se trata es de
operaciones que todos llaman oscuras de los ricos y sus bancos quiero citar a
mi antiguo profesor de Historia Clásica el Dr. Cassani: “no hay tiempos oscuros
( temas oscuros diría hoy yo) sino poco conocidos”.
Y entonces mi propuesta es hacer
lo que ya Michel Foucault había propuesto, en 1972, para enfrentar al poder:
“ designar los lares, los
núcleos, denunciarlos, hablar de ellos públicamente, es una lucha, no es porque
nadie tuviera aún conciencia de ello, sino porque tomar la palabra sobre este
tema, forzar la red de información institucional, nombrar, decir quién ha hecho
qué, designar el blanco es una primera inversión del poder, es un primer paso
para otras luchas contra el poder.” ( Foucault: 1972)
Es decir en este caso una clarificación. Una suerte de
campaña de precios cuidados pero con el tema de los evasores.
¿Cómo?. Primero haciendo pública
la lista, después de todo hacerla pública, pero no en estas infos que manejan
los periodistas, sino en una campaña publicitaria que diga: Jose, según la
información alcanzada por el estado francés, tenía una cuenta en el HSCB en
2008, la AFIP tenía conocimiento, Pedro tenía una cuenta en el HSBC la AFIP no
tenia conocimiento. Solo eso una descripción, ninguna acusación.
Luego otra que explique las
vinculaciones, es decir Jose es accionista de la Aceitera tal o la Petrolera
tal. Sin más comentarios que la salida a la luz de a+b.
Finalmente otra que diga los
estudios que asesoran a Jose son tal y tal, y que a su vez asesoraron a
pongamos Videla, Martinez de Hoz, Cavallo, etc.
En ningún caso con acusaciones
sino con el aviso, para poner claridad.
Será seguramente la condena
popular más efectiva que la judicial y quizás, solo quizás, algún juez sienta
vergüenza ajena o se envalentone y vaya más allá. Después de todo, seguramente,
hubo gente que murió de hambre o de enfermedades por
culpa de esa evasión.
Rusvi Tahan.
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