miércoles, 27 de octubre de 2010

Tristeza

Tristeza
No puedo dejar de escribir mi congoja por la muerte de Néstor Kischner.
No puedo dejar de pensar en lo que vivimos en los últimos siete años. La reconciliación con la política, reconciliación que se dio en el marco del enfrentamiento a las mentiras. Es decir reconciliación en la lucha.
La política salió fortalecida luego del vaciamiento militar menemista. Eso fue un logro de Néstor.
No puedo dejar de pensar en lo que aún falta, me ha tocado ver un universo a mi alrededor que está muy lejos de las expectativas y la altura de la política que Néstor promulgaba.
Pienso en sus adversarios, hoy relamiéndose pensando ya un “Viva el Infarto”. Pienso en Morales Sola, en Magnetto, en Cobos, en de Angelis, en Macri, en Bergoglio. Solo por enumerar algunos.
Pienso en el sino de mi país que parece que tipos como Videla o Menem no se mueren nunca
Y Evita el Che o Nestor se mueren rápido.
Pienso en mi provincia en aquellos que decían seguirlo, en la mediocridad de muchos de esos seguidores, oportunistas, consignistas. Sin la carnadura política, sin la convicción.
Pienso en mi localidad, donde los que dicen ser K. y quieren ser gobierno, son cinco que se miran el ombligo, repiten estupideces, señalan a buenos y malos y con su accionar perpetúan a los que ya están, pues espantan a la gente común que se da cuenta que son de cuarta.
Pienso en los progres que contestan que no irán a la Plaza Pagano porque una muerte mejor era la de Mariano Ferreira, en su opción maniquea.Por Mariano si iban, pero por Néstor no. Es la historia, renovada, de los dos demonios, los progres y los K.
Pero mientras pienso esto, también agradezco que Néstor tuviera la visión de haber dejado que la presidenta fuera Cristina, que tiene con que.
Imaginemos hoy a Cobos presidente.
Gracias Néstor por este último gesto. Hasta en eso estuviste más grande y visionario que los demás.
Rusvi Tahan

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