martes, 21 de junio de 2011

¡indignaos!

Desde Valencia y ante mi consulta sobre lo que esta pasando me llego de mi amigo Aespo esta breve pero didáctica explicación. Rusvi Tahan

En los primeros meses de este año se editó en España un librito de Stéphane Hessel titulado ¡INDIGNAOS!, superventas en Francia y España. Después vino en toda España -no tengo tan claro que una de sus causas fuera el señalado libro- la sorpresiva spanishrevolution del 15-M y sus indignados mayoritariamente jóvenes (en paro, desencantados, menos que mileuristas, etc.), ante el pasmo de la ciudadanía en general y en particular de los políticos en plena campaña electoral, que a partir del pasado 12 de junio tomó otros derroteros y el pasado 19 se manifest6ó masivamente en muchas ciudades españolas (allí estábamos jóvenes y no tan jóvenes y sin partidismos políticos).
¡INDIGNAOS!, les dice Hessel, por¬que de la indignación nace la voluntad de compromi¬so con la Historia.
¡INDIGNAOS!, repite Hessel, al recordarnos los logros de la segunda mitad del siglo XX en el terreno de los Derechos Humanos, la implantación de la Seguridad Social, los avances del Estado del bienestar, etc., al tiempo que señala los actuales retrocesos. Los brutales atentados del 11-S en Nueva York y las desastrosas acciones emprendidas por Estados Unidos como respuesta a los mismos marcando el camino inverso, la crisis financiera y económica, etc. Un camino que en la primera dé¬cada de este siglo XXI se está recorriendo a una veloci¬dad alarmante, con cosas tan burdas como los campos de concentración (Guantánamo, Abu Ghraib), muros, vallas, ataques preventivos y «lucha contra el terrorismo» en lugares geoestratégicos, o con otras mucho más sofisticadas y tecnificadas como la llamada «globalización» financiera, o la dictadura de los mer¬cados. Debemos pues resistirnos.
Hessel reconoce que en su época indignarse y resistirse fue más claro, aunque no más fácil, por la invasión del país por tropas fascistas. El nazismo fue vencido por la indignación de muchos y entre otros medios a través de la Resistencia.
¡INDIGNAOS!, reitera Hessel: luchad, para salvar los logros de¬mocráticos basados en valores éticos, de justicia y li¬bertad alcanzados tras la dolorosa lección de la II Guerra Mundial. Algunos pocos se han apoderado de lo que es de todos. Y como es de todos, es nuestro derecho y nuestro deber recuperar¬lo al servicio de nuestra libertad. Actualmente no siempre es fácil saber quién realmente manda, ni cómo defendernos de los atropellos: los partidos políticos y los sindicatos de toda la vida están sin saber qué hacer al respecto de estas reinvindicaciones.
Pero sí tenemos claro que no se trata de empuñar las armas. Hessell nos incita a la insurrección pacífica evocando figuras como Mandela o Martin Luther King. Yo añadiría a Gandhi, asesinado precisamente en 1948, año de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en cuya elaboración participó él. Efectivamente sabemos que el terrorismo no es la vía adecuada. Hoy se trata de no sucumbir bajo el huracán destructor del «siempre más», del consumismo voraz y de la distracción mediática mientras nos aplican los recortes o se toman medidas contrarias a los Derechos Humanos.
Así pues, ¡INDIGNÉMONOS!.
El zaragozano

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