Desde hace bastante tiempo vengo pensando, y escribiendo, que el tema salud es una asignatura pendiente de los gobiernos nacional y provincial en esta etapa K.
En la provincia subsisten dos al menos dos problemas graves en la salud pública, el primero la Obra Social Provincial que abarca a todos los empleados provinciales se ha tranformado en una burda prepaga y el segundo que en materia de hospitales públicos en algunos lugares, al igual que en educación, en los últimos años, se han realizado mejoras edilicias o directamente se han construido nuevos hospitales, siguiendo el lineamiento del Dasnevismo de hacer obras, sin aclarar nunca, salvo obligación expresa, que en la mayoría de los casos la guita la ponía nación. No obstante estas obras fueron a todas luces deficitarias y hay hospitales como el de Trelew que son una lágrima, los baños son un asco, las obras de ampliación se hicieron en un inmenso desorden y aún no están concluidas.
En relación al tratamiento de los recursos humanos. Allí el Dasnevismo, al igual que con los demás empleados públicos, llevó una política de maltrato, agravada con una fuerte flexibilización laboral promoviendo contratos en todo el sistema sin pensar en estructurar una carrera sanitaria y buscar generar una incorporación a la planta permanente que les diera estabilidad a los trabajdores del sector.
De tal suerte que un medico residente, captado mayoritariamente en Buenos Aires u algún otro lugar con Facultad de Medicina, es contratado por 4 años con un inicial de menos de $5000 a lo que se suman 1200 pesos el profesional alquila vivienda, todo por 8 horas de trabajos y una guardia semanal. Al siguiente año un aumento menor y sigue con su régimen de guardias. Y así sin grandes cambios se avanza hasta que pasados los 3 años el profesional firma un nuevo contrato, por dos más, esta vez por una suma más importante, con el “incentivo” de que cobra las guardias si lo hace como profesional a cargo.
Pero esta política empezó a hacer agua hace un tiempo y leemos que en Comodoro Rivadavia renunciaron el año pasado todos los pediatras residentes y se fueron. El gobierno de Das Neves en ese momento, tal su estilo, dijo que los enjuiciaría por haber faltado a su contrato. ¡Huy que miedo! Habrán dicho los médicos cuyos contratos de alquiler les comían la mitad de lo que ganaban y se fueron a la mierda.
Los médicos son solo una parte del total de personal involucrado en este problema, para el resto de la Planta, insistimos, la transitoriedad es una constante mayoritaria, incluyendo a muchos becarios que trabajan mientras hacen la licenciatura en enfermería, una suerte de pasantes rentados baratos.
Martin Buzzi tenía la posibilidad de hacer una revisión de lo actuado, y aparentemente tiene un proyecto de reconversión gradual. Para ello eligió para manejar la salud provincial no a un sanitarista sino a un contador público ligado al negocio de la medicina privada. Toda una definición noventista de un problema de índole pública, la decisión fue muy PRO.
Resultado, la gradualidad no era lo esperado, la provincia esta incendiada por doquier y con un sector casi autoconvocado, mayoritariamente en retención de servicios, solo con algo de coordinación de ATE y UPCN, más por la necesidad de los médicos y enfermeros, poco propensos a sindicalizarse, de tener una cobertura para sus medidas de fuerza y asesoría legal coordinada, que por convicción.
Los gremios de parabienes porque venían de capa caída con sus afiliados por los acuerdos firmados y pueden por un lado sumarse a la ola, ganar espacios perdidos de representatividad y revisar su error de acordar salarios con le gobierno sin atender la realidad.
Esta falta de representatividad de los gremios con el conjunto del esquema sanitario le permite al gobierno intentar soluciones del tipo “dividir para triunfar” y entonces el Ministro Lujan no busca reunirse con los gremios buscando acordar para el conjunto provincial lo que sería más sano, los ningunea, les da largas y busca negociar con cada región u hospital por separado, al mejor estilo neoliberal, intentando lograr una suerte de sindicalismo por fábrica y no por rama, manejándose más como dirigente empresarial que público.
Si los médicos y demás trabajadores de la salud, finalmente se cortan solos y entran en esta trampa estarán perdidos, sino, el que deberá encomendarse a la Virgen será el Ministro pues su apellido no lo salvará del incendio.
Igual esto solo pospondrá la necesaria revisión del sistema completo de salud ya sea pública, privada, obras sociales, laboratorios, etc. Esto ya excede incluso al propio gobierno provincial, es a todas luces un problema nacional que con el Ministro Mansur tampoco se arreglará, habida cuenta de su pobre historia.
Rusvi Tahan
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