Hoy quiero detenerme en una realidad que no por reiterada, es
decir: ser noticia de todos los días, debe dejarnos de preocupar. La
sobreinformación/saturación en este caso no permite desentendernos.
No hay casi día donde no aparezca en algún lugar de la
provincia una alerta sobre la desastrosa situación de las cooperativas de
servicios.
A poco que uno se ponga a indagar se encuentra con problemas
que se reiteran y parecen insolubles. Los obstáculos a superar para que el
sistema cooperativo del Chubut funcione dan miedo.
Hoy voy a intentar enumerar para reflexionar algunos de los
problemas que yo observo, sin pretender que sean todos, de los más complejos,
aquellos que exceden la política local, a los “más” simples, aquellos que son
de abordaje de la conducción de sus asociados.
El primero, un enorme obstáculo desde ya, es el de la enorme
modificación en la última década de los costos de la energía, por ejemplo el
petróleo y el gas, en el primer caso paso de 20 dólares a 100 y en el segundo
de 3 dólares a 11. Esta modificación condicionó el costo del insumo principal,
la energía en el caso de las eléctricas y todo lo que se refiere a materiales
derivados como cableados y demás en las telefónicas. Lo que encareció
notablemente los costos de materias primas y materiales en la prestación de los
servicios. Por supuesto que paralelamente se produjeron necesarias
recomposiciones salariales con gremios muy fuertes y que son de los que tienen después
de petroleros y camioneros más altos salarios relativos.
El segundo, directamente relacionado al primero, es que las
tarifas están virtualmente planchadas desde el 2000. No es que no ha habido modificaciones
sino que esas modificaciones han sido mínimas en relación a los costos. Están
subsidiadas me dirán, parcialmente cierto, lo subsidiado exige que el subsidio
llegue en término y metódicamente, cuando eso no sucede, las cooperativas están
obligadas, con su recaudación diaria, primero a cancelar sus salarios, luego a
los proveedores locales más cercanos, y quedan en un segundo plano CAMMESA o la
AFIP. Cuando el subsidio llega finalmente, lo hace a costos históricos mientras
que CAMMESA o la AFIP cobran intereses.
Lo cual genera, sumado a los previsibles préstamos de bancos, una cifra en
intereses, más punitorios y gastos bancarios que difícilmente hayan sido
claramente calculados como costos. Lo que hace que el agujero sea cada vez
mayor.
El tercero la
excesiva politización, en principio de sus líneas de acción. Lo que describí
anteriormente tarifas subsidiadas, son decisiones de política nacional que
escapan a las conducciones. Además, a nadie escapa, a ningún vecino, que las
cooperativas, la nuestra en Esquel a modo de ejemplo, han sido casi un botín, a
veces constituida como la mayor empresa después del propio Municipio es un
espacio donde se dirime la política local, y esto no es solo en referencia a
los partidos mayoritarios, sino incluso a los de menor envergadura o los
vecinales, por lo que su conducción ha sido ejercida mayoritariamente por
conocidos militantes políticos locales, esto no es ni bueno ni malo, pero
sucede que a veces se transforma la cooperativa en un
campo de batalla.
Asimismo como las cooperativas son de servicios públicos,
servicios que tienen una fuerte incidencia en la sociedad, luz, agua, telefonía
fija, etc., como pueden cortar el servicio, tienen, digamos, poder real, si no pagas te corta servicios
esenciales, por ende si hay crisis la gente no paga y se queda sin luz por
ejemplo. Por ende hay una tercer politización, es una empresa social que debe atender
esta realidad con una mirada diferente a pongamos DTV. Finalmente si las
tarifas se fijarán realmente en relación a los costos reales del servicio, como
ya señalamos, serían mucho mayores que lo que hoy se paga. Es decir hay un
salario in directo pagado a la población a través de los subsidios de las
tarifas públicas. Desde mi perspectiva es correcta la política de subsidios, lo que que
sucede es que los subsidios deben ser para quién los necesita, no es posible
que se subsidie a un ranchito igual que una mansión.
Por otra parte las pautas de consumo se han modificado
enormemente en 10 años de bonanza económica, el número de luminarias, aparatos
eléctricos o electrónicos se incrementó exponencialmente, lo que colapsó la
infraestructura, sin capacidad para cobrar las tarifas adecuadas apenas se
puede sostener el servicio, ni pensar en mejorías de infraestructura.
Finalmente hay una politización de nacimiento, existe una creación desde
arriba de la mayoría de las cooperativas de servicios en nuestra provincia. La
mayoría de ellas o son producto de una “tercerización estatal” de servicios,
que en la región central de nuestro país dependían directamente del Estado
hasta 1990, o son construcciones en base a expectativas de obras que el estado
prometía tercerizar, tal el caso de la Coopuelo que fue creada décadas atrás con
la idea de que se ocuparía de la red de agua, cosa que nunca sucedió. Son parte
de una lógica que ya se vislumbraba a fines de los `60, el Estado controlado en
muchos resortes de la administración pública ya por personeros neoliberales, no
quería asumir los servicios en zonas marginales y, para llevarlos adelante ofrecía
financiamiento y exigía que se generen organizaciones en la comunidad, pero
como esto no es fácil, se produjo una suerte de génesis inducida donde se
prometían fondos y obras para realizar tal o cuál servicio y se convocaban a la
gente “mejor y más sana de la población”. Se desvirtuó así en parte los
objetivos pensados por los viejos socialistas en el siglo XIX. ¿Cuáles eran? Una
cooperativa es una asociación autónoma
de personas
que se han unido voluntariamente para formar una organización
democrática.
Cuya administración y gestión debe llevarse a cabo de la
forma que acuerden
los socios,
generalmente en el contexto de la economía de mercado o la economía
mixta, aunque las experiencias cooperativas se han dado también como parte
complementaria de la economía planificada. Su intención es hacer
frente a las necesidades y aspiraciones económicas, sociales y culturales
comunes a todos los socios mediante una empresa.
Pero esto no es el único motivo, la histórica decisión de la
Alianza Cooperativa Internacional
(ACI) , organización internacional que desde el año 1895 aglutina y
promueve el movimiento cooperativo en el mundo, de
permitir que las cooperativas tomen empleados también desvirtuó estos
principios. Es decir una cooperativa hoy en una empresa, pero que en el marco
del capitalismo neoliberal recibe exigencia mayores que las de una Sociedad
Anónima, por lo que su administración es mucho más engorrosa. En este marco en
cuanto a la idea de “negocio” y con limitaciones impuestas por gente que
descree de la organización cooperativa, pensemos sino en Martinez de Hoz y sus
ataques al Hogar Obrero y a las Cooperativas de Ahorro y en Cavallo y su ataque
permanente al sistema cooperativo y de mutuales, las cooperativas y mutuales
fueron para atrás.
Ello derivó en una profundización de la falta de espíritu
cooperativo, es una certeza para mi que la enorme mayoría de los asociados a la
Coop 16 o la Coopuelo lo único que le preocupa es tener Luz o Agua y en
absoluto comprometerse en una administración democrática. En parte por una
construcción ideológica individualista agravada con la imposición del
pensamiento único neoliberal, en parte por la propia lógica señalada
anteriormente de la politización partidaria que quita esperanzas a los vecinos
de una participación legitima.
¿Esta situación actual tiene solución? ¡Si! si a los problemas de las cooperativas en Chubut
los tomamos como parte de una reconstrucción del tejido político social del
país. Y esto exige también, como en la política chubutense y nacional decisiones
trascendentes.
A nivel nacional revisar la relación costo energético,
tarifa y alcance de los subsidios , la situación se torna tan insostenible como
injusta. No es posible que, como plantea un dirigente de la Cooperativa de
Madryn, un aumento de la tarifa de 70
pesos, que ejemplifica como el costo de una pizza grande de Muzarella genere un
motín y una discusión política, en gente que por otro lado detenta DTV y
celulares cuyo mantenimiento supera en la mayoría de las veces el costo de la
luz. También que si se instrumenta una política de subsidios se encuentre un
mecanismo para que estos se paguen automáticamente evitando las distorsiones y
los endeudamientos.
Por otra a nivel local hay que asumir que se maneja una “empresa”, pues es eso
“una empresa cooperativa” con empleados que tienen sindicatos fuertes y que
negocian paritariamente salarios importantes. Los directivos votados deben
estar a la altura de las circunstancias ya que, muchas veces, dependen de
gerentes que saben más que ellos. Y los
espacios de consulta democrática deben atender incluso a la necesidad de “interesar”
incluso a los desentendendidos.
Luego de mas de 10 años de cambios de política no podemos
seguir en los mismo problemas, pues al primer simbronazo puede no solo volver
el pasado vivido en los ´90 , sino el pasado profundo, que desaparezcan
nuestras cooperativas y se transformen en Sociedades Anónimas.
Rusvi Tahan
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