domingo, 8 de noviembre de 2009

SOBRE ASIGNACIONES UNIVERSALES Y TRABAJO DIGNO.

Esta semana, la última de octubre, se anunció un Decreto presidencial que otorga una asignación universal por hijo de 180 pesos. No he leído la letra chica, sí quiero dejar en claro, que es una lucha que se inició ya en la década del 90 , lanzada desde la CTA y, con limitaciones, se concreta ahora.
Según Mario Wainfield de Página 12:

“El Gobierno revisó su doctrina negativa de años, que juzgaba contradictoria la coexistencia de la promoción del trabajo decente y las políticas sociales universales. Ese paradigma “laborista” tiene su valor como objetivo deseable pero topó con la tozudez de los hechos: la ampliación del conjunto de trabajadores con conchabo formal o “negro” no puso fin a la pobreza por ingresos y a la indigencia.”

En este sentido, me permito señalar que la revisión era imprescindible. Es claro que el sistema capitalista ya no puede, si es que una vez pudo o quiso, garantizar el pleno empleo. Las nuevas formas tecnológicas, la enorme desigualdad entre países en relación a la productividad, la sobreproducción que provoca cada vez más rápidas y recurrentes crisis globales, la crisis ambiental, que, mirada con detenimiento, engloba todo lo anterior, que día a día genera un ejercito enorme de refugiados ambientales que se instalan a la vera de las ciudades de todo el orbe, y amenaza con poner en riego a toda la humanidad en su conjunto, de persistir en el error del consumismo irrefrenable de boludeces que vienen envueltas en un lindo paquete; todo esto ya anunciaba que la mitad de la humanidad no tiene, ni tendrá trabajo. La cultura del trabajo habrá que generarla en otros lugares, en las producciones culturales, la preservación de la tierra, de los edificios ya construídos, de los bosques, de los ríos.
Este tema de la asignación, al igual que cuando este gobierno generalizó la jubilación a todos los mayores sin que hubiesen aportado lo suficiente, generó una reacción negativa en la mayoría de los jubilados y los trabajadores formales, pues, y era cierto, ellos habían yugado 30 años para acceder a un monto pedorro y ahora venían más comensales a la mesa y se sospechaba y se sospecha, que finalmente pondrán la misma comida que la prevista para los anteriores comensales. Reacción negativa que refleja: por una parte el discurso de que para tener algo hay que pelarse el culo, es decir el del esfuerzo, y a su vez, la miseria de los que tienen algo y temen perderlo, la envidia de haber tenido que llenar cientos de papeles, durante 30 años, y que de un plumazo miles se jubilaron de toque.
Decía que es álgido, pues lo que hay que discutir, es un nuevo relato cultural que clarifique que:
• no hay ni habrá trabajo con el sentido que le dábamos en los 60.
• no hay, ni habrá bienes dados por la madre tierra de manera eterna.
Así como ya no podemos explicar la desaparición de las civilizaciones de la media luna de las tierras fértiles sólo por invasiones, peleas entre ellos y demás, de tipo político y social, sino que también deberemos ver esa desaparición ligada a la sobrecarga ( de animales y producción) de la tierra alrededor de los ríos Tigris y Éufrates, como así también, deberemos empezar a mirar la posible desaparición de la Pampa Húmeda por la “sojización” y el envenenamiento con agroquímicos y fertilizantes, productos que también desaparecerán, pues ya no habrá petróleo ni gas para hacerlos, pero en el mientras tanto, habrán liquidado la riqueza de nuestro más preciado Bien ambiental, la Pampa.
Por lo expuesto debemos mirar un futuro, insisto, con otra idea de trabajo, que se genere con actividades inclusivas, con mucha mano humana y, acá pongo la palabra clave,subsidiada con las riquezas generadas por las actividades industriales, de servicios ( en especial la Telefonía) y las agrarias. Mecanismo, retenciones, impuestos, etc… No lo sé, pero no lograremos incluir a los vecinos de los barrios humildes ni a su hijos, sin una apertura de cabeza que limite la “violencia social” generada, cada día, por la falta de futuro y de promesas incumplidas. Podemos llenarnos de BORA, GEOP o Gendarmes, encerrarnos en barrios exclusivos, mudarnos a lugares con poca gente, etc, pero no detendremos la violencia, ya que, de ninguna manera, se podrá detener con policías, sólo con justicia.
Así que la Asignación es un paso y la discusión del Fin Del Trabajo Capitalista, como creíamos, ya equivocados, que existía, es otro.
Finalmente y, como docente, quiero expresar que:“La división de la mensualidad, subordinando el pago de un 20 por ciento de su importe a la acreditación de controles sanitarios y escolaridad, también le resulta chocante al cronista. Cierto es que está prevista en proyectos legislativos opositores y que su finalidad es edificante, pero impone a los padres, que cobran la asignación no contributiva, un deber que no pesa sobre los que reciben asignaciones familiares. Por añadidura, suma un engorro burocrático y de tramitación, que complica un trámite que debe ser sencillo. Nuevamente, más tareas para los más relegados... humm.” M. Wainfeld .Pagina 12.
No solo impone a los padres, sino que pone al sistema educativo y de salud en un rol extra, que de hecho ya asumió hace tiempo, y que no tiene que ver con el hecho educativo. Los maestros y profesores hace tiempo que son casi los únicos que atienden la inclusión de los hijos de los desocupados, que ya a esta altura, estos desocupados, son también hijos de desocupados. Es decir, dos generaciones de desocupados. Creo que esto debería evitarse y poner todas las fuerzas del sistema educativo en la construcción de un nuevo escenario cultural, donde todos estemos dentro.
Rusvi Tahan

1 comentario:

lectora dijo...

era acà?