jueves, 30 de junio de 2011

Acerca del 15 M y los indignados.

Mi amigo Aespo sigue enchufado contándome la historia como él la ve acerca de los indignados. Viendo la pelicula de Grecia hoy hay que estar atentos, máxime porque aqui La Nación, como Riquelme ¡Está Feliz!. Y lo que es bueno para La Nación es malo para mi.
Rusvi Tahan
Apáticos y apolíticos eran dos adjetivos frecuentes hasta hace algo más de un mes utilizados para definir a la juventud y a la población española en general. Casi todo el mundo entiende ahora que buena parte de esa desafección política no era pasotismo sino insatisfacción. Seis de cada diez españoles creen que la economía está debilitando los sistemas democráticos, según un reciente sondeo. Así a la tradicional insatisfacción ciudadana con la política -más exactamente, con la "clase política"- se ha sumado la estupefacción ante lo que perciben como una subordinación del sistema democrático a los agentes financieros. Esta insatisfacción eclosionó sobre todo a partir de los “indignados” del pasado 15 de mayo (el movimiento 15-M).
Sin embargo la cuestión no es sólo cuando surgió, sino por qué no lo había hecho hasta entonces. El caldo de cultivo existía desde hacía tiempo: alejamiento de la clase política, depresión económica, frustración social, etc; sólo faltaba la chispa adecuada para que se inflamara. Y finalmente llegó. Fue una convocatoria a la indignación colectiva en plena campaña electoral, cuando las sensibilidades políticas están más a flor de piel, lo que nos unió a miles de personas en un proceso de bola de nieve. Casi todos los ciudadanos, de cualquier ideología, compartimos alguno de sus planteamientos. Casi todos tuvimos la idea de que, quizás sí, se pudiera promover una mejor práctica democrática. Ese sentimiento común fue, y todavía es, su mejor aval.
Y es que tras su masiva confirmación el pasado 19 de junio (el 19-J), se observa que no es una simple flor de primavera, sino que constituye el motor de un incipiente ciclo de protesta destinado a poner a prueba a la democracia española obligándola a rectificar. Es todavía pronto para saber cuál será su recorrido futuro -¡ojala sea muy positivo!-, pero ha sido capaz de crear desde la nada una nueva conciencia generacional de participación cívica y protagonismo político entre todas esas gentes espoleadas por el entusiasmo de la efervescencia colectiva que corrieron a comprometerse con tan apasionante movilización. Ahora ya saben por propia experiencia que pueden tomar parte activa en la cosa pública e influir en ella decisivamente.
El 15-M mantiene intacta la simpatía ciudadana: el 64 % de los encuestados en un recientísimo sondeo. El 71% (de los cuales el 83% son votantes del PSOE) considera que es un movimiento pacífico que pretende regenerar la democracia, frente a un reducido 17% que lo considera un movimiento radical, antisistema, que pretende sustituir el actual sistema por otro. Este respaldo ciudadano está sustentado en un amplísimo apoyo a las propuestas que se han hecho desde sus asambleas. Un 79% asegura que los “indignados” tienen razón, conservando también la imagen de movimiento transversal, no vinculado ni a la derecha ni a la izquierda, porque el 59% de los encuestados cree que no tiene adscripción partidista. ¿quizá por eso los partidos mayoritarios hoy por hoy no han asumido sus peticiones?
¿Apáticos y apolíticos? De un país en el que en ocasiones se manifiestan hasta los obispos, no se puede decir que se "pase" de la política, de los asuntos de la “polis”.
el zaragozano

2 comentarios:

Ivan | Segunda Mano dijo...

Me vais a permitir ser un poquito crítico:
Creo que la movilización ciudadana hay que hacerla en las urnas, presentando alternativas y participando activamente en asociaciones culturales, de vecinos, pequeños partidos políticos indipendientes.
Quejarse por la web, salir a la calle, acampar, manifestarse,etc. Todo eso está muy bien, pero hay que actuar desde dentro: nuestro sistema no falla, fallan nuestros políticos.

Piscinas Prefabricadas dijo...

Espero que el movimiento no quede en un recuerdo del 2011 y todo siga hacia adelante en estos tiempos duros que nos ha tocado vivir, todo se cambia desde abajo.