lunes, 21 de mayo de 2012

Disculpe el señor se nos lleno de pobres el recibidor



Este ha sido, ha sugerencia de mi negra, el titulo irónico que entre otros posibles decidí darle a esta nota.
Hace unos 10 días ha ido creciendo un rumor en la Comarca Andina de que un grupo de Okupas de la Villa 31 embarcados en micros avanzaban sobre nuestra zona para ocupar los espacios fiscales con bosques e instalar allí una sucursal de la villa.
El análisis de semejante patraña quiero realizarlo en dos planos, el plano de construcción de lo que Enrique Masllorens denomina: El triste regreso del “minuto conspirativo”, definiéndola como: Una mentira, una operación carroñera, es replicada hasta el paroxismo, y cuando se caen los argumentos es tapada sin solución de continuidad por otra, cada vez más sofisticada o sangrienta.” ( ver editorial de Tiempo Argentino 19/05/12)
Este minuto conspirativo referido a otras circunstancias el lo asimila a las reiteradas operaciones de prensa / inteligencia que usinas interesadas lanzan para sacar partido de algúna circunstancia o negocio.
Aquí hay una conspiración, la misma no es destituyente, ni políticamente perversa, si lo leemos en relación a los que gobiernan. Sí es interesada y responde a intereses económicos que se desatan a partir de la enorme valorización de la tierra en nuestra región y que, al igual que la minería o las plantaciones de pino, son parte de los mecanismo de valorización financiera que gobiernan a escala global. O sea un típico efecto mariposa, la sobreoferta de dinero que busca obtener beneficios a como sea y que azotan a nuestra población encareciendo los alimentos, también la azotan encareciendo las tierras o los inmuebles.
Esto que es a escala global tiene sus contrapartidas locales, los agentes inmobiliarios y los amigos del poder, en una operación de pinzas, se abalanzan sobre las tierras fiscales.
Como hay sectores de clase media que en búsqueda de seguridad, o como normal reserva de valor, o por jubilación y deseos de traslados  zonas mas tranqui, convalidan estos precios, la presión sobre los bosques fiscales es cada vez mayor y tiene consenso en algunos sectores sociales. También el fenómeno es acompañado por antiguos pobladores que viven puchereando con sus chacras parados en una fortuna en dólares y que piensan : ¿Por qué no puedo subdividir mi chacra y ganar más plata y vivir tranquilo para siempre? El para siempre, obvio, son los años que el buen vecino calcula que tardara en morirse.
Los Intendentes y sus equipos de gobierno han buscado por todos los medios apoderarse de esas tierras fiscales, es un recurso fiscal de doble vía, primero cobran la tierra y después cobran el inmobiliario,  el último intento serio fue el famoso Decreto 268/11 de Marzo de 2011, del gobernador Das Neves, cuando aun humeaba el bosque incendiado que iniciado en Lago Puelo casi se lleva puesto a El Hoyo, incendio no del todo esclarecido en cuanto a si tuvo o no un ideólogo del fuego. La oportuna reacción de muchos vecinos impidió la maniobra. Pocos meses después el Municipio de Puelo lanzó a la venta 40 hectáreas con un pliego que permitía cómpralas en bloque con un solo oferente. Otra vez la reacción frenó momentáneamente esto.
Viendo que el camino estaba medio bloqueado, pero con el incentivo inmenso de la plata, la estrategia actual se centro en  una escalada donde primero se demolió al Director de Bosques Provinciales, Tato Peralta, aparentemente un obstáculo para obtener fácilmente las tierras fiscales provinciales. Esta ofensiva encabezada por el Diputado Eduardo Daniel se inicio a través de los medios.
El desplazamiento de Bohe y su reemplazo por Arsani, forzó la renuncia de Peralta. Y en un claro intento por condicionar desde ya al actual ministro y su futuro encargado de bosques aparece este rumor que indica que lo que tanto se cuida será ocupado por una horda de negros villeros.
Pequeña digresión, todo este tema esta además encuadrado en un marco teórico neoliberal, no explicitado, que se apoya en “La vieja idea de Hardin, retomada luego por Ronald Coase (uno de los mayores exponentes de la escuela de Chicago y Nobel en 1991), de que las externalidades pueden conducir a ineficiencias sistémicas por la ausencia de derechos de propiedad, subyace en estas acciones aunque no se explicita en los considerandos de los decretos, resoluciones y sentencias que privatizan el acceso a bienes comunes.” ( Blanco -Brittos 2012), en buen criollo el Estado es mal administrador y el mejor administrador es el privado ( Repsol, Marsans, etc. dixit)
Fuori Barbari
Esto gritaba el papa Julio II cuando, en el 1500,  empuñando la espada luchaba para impedir que los franceses se quedaran con el norte de Italia. Para Julio II ( siguiendo la tradición griega y latina) el extranjero ( aunque viniera de un lugar conocido y hablara un idioma común) era un oscuro bárbaro.
Esta idea tan de secundaria y tan fascista es comprada con mucha facilidad por las clases medias altas y bajas, estas últimas, con menos interés, suelen ser las más afectadas ideológicamente, pues compran un discurso que protege bienes o enriquece a terceros, nunca a ellos.
Esta es la idea, los negros de la Villa 31, que me interesa más desarrollar, porque al igual que en otros aspectos es reproducida por los medios, los políticos y el común sin beneficio de inventario. Hoy tiran un pescado podrido y mañana tirar otro pescado y ni preguntan por la suerte del pescado anterior.
La operación política entonces es replicada por la prensa y consumida por la xenofobia de una sociedad pacata y crédula. Desde radio Nacional El Bolsón, el periodista habla con el comisario en un dialogo donde nada dicen, todo se sugiere, pero queda claro que existe la posibilidad de la llegada de los negros. El Intendente de Puelo se traslada a Radio Patagonia Andina y durante 30 minutos, mientras que habla de la creciente crisis económica, señala que resistirá el avance de los okupas. Por otra parte corre el rumor que llegan gendarmes de refuerzo. Que se ha bloqueado la Loma del Medio, la parcela 41, el Cerro Radal, Puerto Patriada, todos los lugares que los okupas, cuan general nazi, han plantado como banderitas a conquistar.
Nadie pregunta lo obvio ¿quien financiaría semejante despliegue?, ¿tienen los villeros dinero para pagar 40.000 pesos con micros de Larga Distancia?, por lo menos los 6 o 7 que es el número de okupas del cual se habla. ¿Tienen además el equipamiento logístico y la guita para subsistir en el medio del frio que ya azota el tiempo necesario para revalidar sus  ocupaciones?
Si no tuvieran e igual vinieran quien los financiaría ¿La Cámpora?. ¿Las CCC?. ¿ Quebracho?
Estas “no preguntas” de la prensa llegan hasta situaciones desopilantes, mi amigo bibliotecario, macarteado por muchos por haber, en su juventud, militado en Quebracho recibió llamados de todos lados para saber si Espeche el Jefe de Quebracho se había comunicado con él, seguramente para que le “marcara” los lugares y fuera su “topo” local. Como la macarteada ha surgido de su propio entorno, por ex –amigos/ compañeros de militancia gremial hoy enemigos-  fue comprada por el poder, que además con estos llamados refuerza la operación de inteligencia apareciendo como espectador inocente, políticos pueblerinos tan crédulos como sus súbditos.
Finalmente pongámosle que los tipos vienen, al fin y al cabo en El Bolsón, años ha, bajaban de Bariloche okupas protegidos por el poder municipal para ocupar tierras sean de propietarios absentistas o fiscales, y que una vez obtenido el permiso, diligenciado rápidamente en la Muni, vendían por un coche o guita y se volvían, instalándose una suerte de empresa de ocupación regenteada, aparentemente, desde las oficinas municipales. Entonces, amigos lectores, sugiero buscar en los trasfondos Duhaldistas del peronismo disidente los orígenes de los fondos que permitirían estas movidas y ubicarlas además en el marco de la creciente generación de conflictos de toda índole con que los “dueños de la Argentina” y sus empleados políticos buscan desgastar el proceso actual.
Finalmente notaran que cuidadosamente opte por la k en el termino ocupas, no tanto por tomar la forma que en españa es más común, sino poara agregar una segunda ironia al sentir del gorilismo que es atribuirle todos los males a los K.
Rusvi Tahan



viernes, 18 de mayo de 2012

La Necesidad de una Re Burocratización



Esta reflexión parte de una convicción o dos, la primera: en el sentido weberiano del término, es una obviedad: una buena burocracia es necesaria/ indispensable para que un Estado Nación funcione correctamente.
La mayoría de las burocracias modernas, salvo en Francia e Inglaterra, se formaron como parte del proceso de construcción estatal que ocurrió en Europa, Estados Unidos y América Latina principalmente durante el siglo XIX. Estas burocracias son producto de la necesidad de los incipientes Estados pero al mismo tiempo, como sostiene Rosanvalon, al ser hijas del proceso de la Revolución francesa  nacen con la “desconfianza” sobre lo público/ estatal que las impregna a  todas.
No obstante, con sus mas o sus menos, se estructuró en el país una burocracia: “ necesaria para: (a) obtener la capacidad de extraer de forma regular recursos fiscales de la sociedad, tanto para reproducir la burocracia misma como para desempeñar su rol en el establecimiento de la ley y el orden, el progreso económico ,/../ y (b) desarrollar un cuerpo profesionalizado de empleados públicos capaz de llevar a cabo las crecientes responsabilidades que implica la tarea de gobernar .”( Ozlak, O.)
Esa burocracia acompaño los procesos en los que el Estado nacional avanzó para diferenciarse, un poco al menos, de los puros intereses de la alianza oligarquía-capitales britanicos que manejaba la Argentina y fue responsable de las acciones que permitieron tanto el proceso de la Ley Sáenz Peña como el acceso de H. Irigoyen al poder.
Con el golpe del ´30 se inaugura un proceso de incertidumbre en los estamentos de la burocracia argentina, son testigos, cuando no cómplices, de la venalización de la década infame  corrompida por el renovado maridaje de las oligarquías y los capitales ingleses, del dan cuenta el famoso Pacto Roca-Runcinan y  el escándalo de las carnes y el Frigorífico Anglo.
La llegada del peronismo inaugura una nueva etapa, la politización de los cuadros superiores de la burocracia, motivada por la desconfianza que el gobierno tenía sobre la lealtad y la convicción de esta estructura para con los nuevos paradigmas populares. Este fenómeno se ha repetido de manera sostenida hasta nuestros días.
Es decir la burocracia se transformó en una amplia estructura que sostenía el Estado pero que tenía como jefes, no a aquellos que habían hecho el cursus honorum para llegar a conducirla, sino a los “directores políticos” que cada gobierno proponía, algunos extraídos de su misma estructura, pero que salteaban la tradicional estructura de ascensos para ubicarse encima de la pirámide. El golpe militar del ´76 dio una nueva vuelta de tuerca instalando una estructura burocrática sobre otra al designar militares al frente de todas y cada una de las áreas estatales, incluidas las generalmente intocadas de educación.
Así y retomando a Oscar Ozlak “La burocracia estatal, viuda administrativa de sucesivos gobiernos y regímenes políticos, acaba convirtiéndose en un inmenso cementerio de proyectos políticos”. Esto es notorio para cualquiera que ha vivido más de 50 años.
La consecuencia la tenemos en el relato que a este bloguero le hacia un viejo empleado de Entel en 1984, “mira acá se funciona así, cuando aparece un  jefe nuevo sacamos las carpetas de los cajones y las ordenamos por orden de antigüedad, como deben resolverse. A las dos semanas, si con el tipo no pasa nada, mandamos a los cajones las más complicadas, a los dos meses solo resolvemos las que no nos queda más remedio o las que el jefe pregunta o alguno de afuera apura. Cuando pasan los 4 meses empezamos a esperar que cambie el jefe.”
Por ese camino terminamos hoy en   la burocracia inútil ( el Estado bobo que señala la presidenta) que se instaló sin prisa pero profundamente en la sociedad argentina, la burocracia del famoso sketch de  Joe Rigoli a fines de los ´60 y el arbolito que no podía plantar, de  la imagen más reciente en los ´90 de Gasalla haciendo de una insoportable empleada pública. La burocracia que veía como día a día los grupos económicos acomodaban las reglamentaciones a sus necesidades previo “aceitamiento” de los conductos burocráticos. Es decir una burocracia de la frustración social y de la total falta de autorespeto por su propio trabajo. Que lo único que nos produce es mayor desconfianza.
Una burocracia que Alsogaray y Martinez de Hoz mediante había que destruir achicando el Estado para agrandar la Nación, pero que cuidadosamente fue preservada es esas condiciones de anomia por los mismos que buscaban destruirla, a los efectos de sostener para siempre la debilidad  estatal.
Esta situación es la madre de la segunda cuestión: la catástrofe neoliberal destruyó sistemáticamente la ya frágil noción positiva del Estado y su burocracia. Es decir las instituciones estatales pasaron a moverse en un territorio blando, en arenas movedizas mercantiles que son lo contrario de lo que se espera de un Estado.  La velocidad del mercado amenazando constantemente la consistencia ya fragmentada de las instituciones, nacidas para operar en terrenos sólidos.
Nuestra generación, podríamos decir sin rubor, setentista, que en sus más y en sus menos tiene en sus manos hoy los resortes del proyecto político,  equivoca el rumbo si la reconstrucción del Estado la mira desde la misma perspectiva que veía la política en los años 60/70. Esos años fueron casi una anomalía en la Historia Argentina. Esa sociedad estaba politizada en el buen sentido, buscaba el cambio, de maneras diversas, pero, en los ámbitos politizados de la sociedad, la prioridad de lo público era innegable. La burocracia era mala pero podía, se sospechaba al menos, con una conducción política adecuada servir a los intereses nacionales.
Que quiero decir:  solo con “voluntad”, usando la idea de Anguita/ Caparros no podremos reconstruir el tejido nacional, tejido  que  necesita que sus huesos, sus nervaduras, constituyan  un Estado sólido que pueda poner en caja a los distintos bloques que lo han utilizado históricamente para su propio provecho y pugnan por mantener ese statu quo. Si es que hay más de uno, o es simplemente el bloque dominante histórico que  imbrica el Capital Trasnacional y los grupos nacionales que controlan en conjunto la economía.
Es que los empleados públicos, en definitiva unos de los patos de la boda del neoliberalismo, han tenido en las últimas décadas que priorizar la atención de su propia vulnerablilidad a la vulnerabilidad de la sociedad que ellos deberían haber podido proteger. ( Brenner:2012)
Es necesario entonces reconstruir una burocracia estatal nacional. Esto implica superar la actual composición de la burocracia que parece más una cebolla llena de capas superpuestas de: burocracias anteriores descreídas, nuevas malformadas / clientelizadas, y otras de residuos políticos, que componen una masa amorfa que subsiste sin un norte a donde se quiere ir. Todo esto nos marca  límites que no sólo surgen de lo expuesto, a eso hay que sumarle las presiones externas ya señaladas y normales, de los grupos de poder económico, sino también de factores relacionados con la forma en que las organizaciones operan y los burócratas se comportan dentro de su propio hábitat (competencia entre burocracias; restricciones internalizadas; códigos de ética; procedimientos internos; evaluación de desempeño; y representatividad).
Construir una burocracia formada, no flexibilizada, bien paga, que sea consciente de su rol profesional, es algo que implica construir  un mejor Estado, tanto nacional como provincial.
Por el contrario si, como a todas luces vemos que está sucediendo en Chubut, a raíz de la relación de fuerzas de los sectores internos del PJ que limitan el accionar del gobierno, seguimos sumando capas a la cebolla agregando en cada repartición municipal o ministerio gente fiel / afín sin revisar lo que existe, sin la convicción del proyecto/ trabajo que se quiere llevar adelante, esa construcción de lo nuevo no solo no se logrará, sino que gastaremos tiempo y pesos para nada.
De lo que se trata es de reconstruir la burocracia estatal ¿cómo?.
Tiro algunas puntas a las que invito a sumar ideas.
Incomodando a las cofradías técnicas que piensan en función de sus intereses, de sus lógicas, de sus contactos para reburocratizarlas en un sentido nacional.
Repolitizando en el mismo sentido la agenda de esas burocracias. Repolitizarlas implica que deberemos impulsar una agenda técnica Nacional y Popular pues obviamente, sin una agenda, el estado –y su burocracia- serían innecesarios. Esto implicanca  superar el hecho de que las agencias estatales siguen dependiendo, para nuevos proyectos de financiamientos de la dupla BM/BID, es decir sus agendas son propias hasta un límite, el que encajen en algún programa de estos organismos.
Reconstruyendo su carrera y revalorizando lo económico, vía salarios como en lo profesionalizante vía formación adecuada para cada nivel.
La situación actual, por lo menos en Chubut, por lo que se ve, sigue siendo un mix de pautas contradictorias unas de cambio social y fortalecimiento del Estado y otras con una profunda matriz neoliberal o si no siguiendo el criterio, atribuido al alfonsinismo, de que “cada quién que haga política debe tener un lugar bajo el paraguas del estado”. Generando así una interminable capa de militantes rentados en la estructura del Estado que al cambio de orientación pasan a engrosar, vía ingreso a planta permanente, el grueso de esa burocracia sin sentido.
Así estamos por acá, pero no deberíamos seguir estando.
Rusvi Tahan


lunes, 14 de mayo de 2012

Una discusión sobre el trabajo, el crecimiento y el futuro



Hoy plantearé una breve reflexión sobre lo que considero una discusión que hay que dar en el seno del mundo del trabajo y asumiendo el lugar de un trabajador
Es evidente, para mí al menos, que el  trabajo es ya  muy diferente del que, por lo menos para la gente de mi edad, era el usual en el Estado de Bienestar, a saber: casi pleno empleo, estabilidad y amplia cobertura social. Situación que nuestros padres y yo considerábamos como un piso del cual había que obtener aun más derechos. Ese Estado fue saboteado en el largo interregno que va desde 1976 al 2003 ( con énfasis en sus momentos más fuertes entre 1976-1982 y 1988-2001) .
Con su desaparición y la aplicación de las más salvajes normas de flexibilización laboral y de exclusión laboral se generó mucho más que un ejercito de reserva de mano de obra, se generó en realidad un enorme espacio de marginalidad, tal como hemos señalado en escritos anteriores.
A partir de la crisis del 2001 ese  Estado  con un esfuerzo enorme se está reconstruyendo, al menos parcialmente, hoy en día
La reconstrucción de ese Estado, parcial, insisto, hoy en día, a mi juicio, se debe no tanto a la falta de voluntad de los actores políticos más próximos a una propuesta justa de la distribución de la riqueza, como a las nuevas realidades del sistema capitalista. La enorme productividad del trabajo,  por la presencia cada vez mas intensiva de las nuevas tecnologías y las rémoras de la presión del, aún no vencido, esquema neoliberal.   Esquema que, vale la pena insistir, no fue epidérmico sino que caló profundamente en la estructura social y la cosmovisión de la sociedad. Imponiéndose, como lo que en realidad es, una religiosidad del mercado.
Para clarificar esto solo basta ver, a gran escala del capital, la robotización tanto en las tareas agrícolas como en las fabriles y,a menor escala, la inclusión de cada vez más eficientes herramientas manuales, incluso en espacios casi artesanales como es algunos oficios del  gremio de la construcción por ejemplo. Hoy en día cualquier electricista, plomero, o albañil cuenta con herramientas eléctricas o de precisión que aceleran enormemente su trabajo ( es decir aumenta enormemente su productividad).
Un camino, quizás el más simple, y uno sobre el que más se insiste desde los mensajes del modelo K. es aumentar enormemente el nivel de consumo general para tener más consumidores en todos los grupos sociales y entonces vía aumento de la demanda necesitaremos más mano de obra para producir esos bienes demandados. Esto, mucho me temo, es una carrera que puede no ganarse, pues con un operario calificado mas una maquina eficiente, obtenemos muchísimos productos más que hace apenas unos años.
Y justo es decirlo nos compramos el casette del “crecimiento” con un sesgo productivista y extractivista que implica el riesgo de impactar más profundamente sobre nuestro medio ambiente.
Por otra parte la movilidad que implican las variaciones tecnologicas exigen un "tiempo" de formación permanente.
Una alternativa, no novedosa pero cuidadosamente archivada, que me parece debe reconsiderarse es, contrariamente a lo que se pregona, aumentar el trabajo, vía reducción de la jornada laboral.
Esta propuesta me parece pertinente tanto en el ámbito público como en el privado.
En el primer caso, el ámbito público, la estructura actual de nuestra oficinas públicas implica que mayoritariamente el trabajo se desarrolle, para el grueso de sus trabajadores, excluyo a los jerárquicos o al estamento político, en un horario que va de las 7 a las 14 hs. este esquema, válido para épocas anteriores está totalmente desfasado con la complejidad actual, obliga a concentrar mucha gente trabajando en un espacio en poco tiempo sin que se aproveche adecuadamente el espacio laboral ( léase edificios) y que haya máquinas ( computadoras y otras) sobre exigidas o falten por imperio de que hay dos que necesitan usarlas, cuando sería más racional que se realizaran dos turnos diarios y que la atención al público fuera toda la jornada. Y demandas de construcción de cada vez más edificios públicos, usados la mitad de su tiempo útil, con suerte. Los gastos de estructura serían casi los mismos en cuanto a luz, calefacción o aires acondicionados, como ejemplo en nuestra zona hay que mantener la calefacción prendida todo el tiempo para mantener los edificios  con el confort  adecuado y en el Valle basta que se quede alguien para que pase lo mismo en verano con la refrigeración. Por otra parte los contribuyentes tendrían mucha más facilidad para poder acceder a las oficinas públicas. El Estado no tendrá excusas para ser ineficiente por falta de tiempo. Tendrá más opciones de control sobre los servicios públicos, sean tanto de gestión propia como privada.
Escucho los gritos de mis lectores/ oyentes sobre la “ineficiencia” del sector público , volveré a este tema en notas posteriores.
En el mundo privado y a los efectos de dar una mejor respuesta al problema de la desocupación o sub ocupación propongo modificar sustancialmente la carga horaria laboral. Grafico: en vez de 3 turnos de 8 horas diarias, 4 turnos de 6 horas, eso automáticamente incrementaría un 25 % más la demanda de mano de obra en algunos sectores, y hasta un 50 % en otros como la construcción, que podría contratar dos turnos diarios para obras de envergadura como barrios o escuelas. Imagino desde ya los gritos de los lectores empresarios/ oyentes ¿ quién pagará este costo?.
No tengo todas las respuestas, pero sugiero algunas ideas, el costo que se incrementa es básicamente el laboral, que en las actuales estruturas productivas no son como antaño, la mitad del costo de producción sino muchísimo menos. El costo de una cosechadora de ultima generación es enorme en relación al costo de un salario mensual  más  en relación a la renta agraria.
Por otra parte si es verdad que el trabajo dignifica , resocializa y reestructura el tejido social, es de esperar que una gran parte de los servicios destinados a seguridad, tanto pública como privada, se reduzcan al desaparecer la marginalidad y la violencia social implícita. Que el número de guarderías se reduzca porque los padres estarán más tiempo con sus hijos, por ejemplo.
Si es verdad que estamos obligados a atender socialmente con subsidios a los desocupados ese costo desaparecerá. Si el nivel de alimentación, el acceso a viviendas dignas y vestimenta crece se supone con cierto grado de certeza que se reducirán muchas enfermedades de origen social (desnutrición, etc.) que impactan enormemente sobre nuestro, de por si caotico y honeroso, sistema de salud.
Por otra parte si la gente cuenta con más tiempo libre puede, con obligación social obvio, por ejemplo dedicarse a separar la basura en origen o realizar tareas comunitarias que bajen costos comunitarios, aumentar su calidad de vida mejorando sus opciones de tiempo libre, bajando los costos implícitos de la alienación laborar y otras enfermedades que atraviesan y sabotean la productividad real. Podría extenderme aún más, solo tiro el tema a manera de disparador de una discusión mayor. Por último quiero agregar que  la carrera por el “crecimiento” exige como contrapartida también una discusión sobre el “decrecimiento” a niveles ambientalmente ( política, social, económica y ecológicamente) sustentables.
Rusvi Tahan