martes, 11 de febrero de 2014

Otra mirada a la nota de La nación sobre el Papa Francisco.





Del escándalo surgido por la burda maniobra del Diario La Nación anunciando que el Papa Francisco se metería de lleno a mediar en la política domestica de la Argentina hay un costado muy poco explorado.
Todos han coincidido, desde Sergio Rubin  a Washington Uranga en Pagina 12, pasando por Anguita y demás, en que la noticia era más  producto de una febril furia antigubernamental y escapaba a todo contrato periodístico. Sostiene la mayoría que no es posible que un Papa se meta en estas cuestiones tan domésticas, no porque no hubiera Papas, como Juan Pablo II que no jugaran partidos anti gobiernos de sus patrias,  ese pontífice hizo lo posible y lo imposible para acelerar la caída del comunismo. Sino porque la situación no lo ameritaba y menos con una movida tan “pública”.
No obstante quiero mirar un costado que no vi explorado, salvo en parte en  Anguita que me dio la idea de seguir un camino interpretativo diferente.
Que pienso. Que La Nación ha mostrado su cara también anti Francisco. La Nación representa claramente a los sectores, dentro del mundo católico, más de derecha y esos sectores en el campo empresarial se nuclean en la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa, asimismo La Nación y estos grupo están enormemente ligados al sector de la Iglesia  inmerso en la defensa del Capitalismo Financiero, lease el Opus Dei.
La asunción de Francisco, su condición de Jesuita, fue un duro golpe a los deseos del Opus de avanzar más aún de lo que ya habían logrado en el control del vaticano. Para peor la histórica pelea que han tenido los jesuitas contra la usura, el claro descabezamiento en Roma de los que han manejado el IOR ( Banco Vaticano) y que desde la época de la P2 y el asesinato de Bruno Calvi han venido zafando de ser investigados por ser los, más que presuntos, mayores lavadores de dinero mafioso de Europa, son hechos que unen una  fina cuerda entre La Nación y el desprestigio papal.
La intromisión de Francisco en una situación domestica a este nivel hubiera provocado la reacción de los sectores más K. y también la de los sectores más anti K. Los primeros por eso de los de afuera son de palo y los segundos porque si Francisco ayuda a sostener la gobernabilidad y da respiro ( a una supuesta caída acelerada del gobierno) demora el retorno del mundo feliz de los neomenemistas.
Propongo leer la nota de La Nación también en esta clave, los sectores de la Iglesia mas enlodados con los mercaderes del templo. El sector del Sanedrín evangélico que Jesús echaría con el látigo del templo. Esos sectores, que existen en la Iglesia desde su desgraciada aproximación al poder terrenal no están contentos con Francisco, no pueden envenenarlo como altri tempi, pero….

Rusvi Tahan

1 comentario:

Oscar dijo...

Coincido en general. Es indudable la ligazón político-ideológica entre La Nación y lo más reaccionario de la santa madre. Pero creo que el objetivo principal de la estocada fallida es el gobierno. Por aquello de que mirá, si no buscan el diálogo, tiene que terciar el Papa para convencer a estos de que tienen que concertar y sentarse a dialogar. En ese sentido, La Nación no escapa, pese a su inmerecida fama de elegancia periodística, a cierta brutalidad que los lleva a prenderse de lo que sea para tirar estiércol. Aunque venga de la carne podrida. Y después quedar agarrados del balde, pero hasta la próxima.