La deuda
Hay que pagar dijo Avellaneda, y lo vamos a hacer con el
sacrificio de los argentinos insistío, para ello debió recurrir a una política
de ajuste, claramente deflacionista, decretando la inconversión de los billetes
del banco de la Provincia y del Nacional, e incluso disminuyendo sueldos de
empleados y reduciendo personal administrativo, cualquier parecido con De la
Rúa no es casualidad. Esta serie de medidas, influyeron en el rápido descenso
de las importaciones. Si bien las exportaciones mantuvieron su nivel anterior,
la caída de las importaciones, particularmente brusca en los años 1875 y 1876,
provocó una inversión en la tendencia predominante de la balanza comercial, que
pasó de ser deficitaria a ser superavitaria. Ergo podíamos pagar.
En 1900, 10 años después
de la terrible experiencia de Juárez Celman y la crisis de 1890 que lo
tumbó, Roca se encontró con la misma película, volvió como en el 90 a llamarlo
a Pellegrini que le ofreció una solución, no opinemos, lo que nos interesa aquí
es como jugaron los medios. La Nación que odiaba a Roca con toda su alma,
defenestró el plan, lo mismo hizo La Prensa, que en esa época era más
importante que La Nación y la gente empezó a salir a las calles a decir que el
acuerdo era terrible para el país, Roca desistió de la idea de Pellegrini y a
partir de allí esos antiguos aliados se mataron mutuamente.
El chiste se repitió en 1930 ( la guerra impedía
importaciones, no había vendedores, y nos compraban asi que zafamos), pero a
partir de 1928 la cosa empezó a irse a pique otra vez, la historia es conocida,
lo sacaron a Yrigoyen, abandonamos la convertibilidad y firmamos el Pacto Roca
– Runciman. Todo para Gran Bretaña.
La segunda guerra nos volvió a sacar de la deuda y nos puso
por primera vez en la historia como acreedores netos. Pero nuestros deudores se
negaron a pagar y a cambio tuvimos que cobrarnos con sus bienes en la
Argentina.
Perón hacia 1953/54
empezó a negociar con empresas petroleras de EEUU a los efectos de conseguir
más inversiones. Bueno la historia es sabida, lo acusaron de traicionar, de que
su “relato era mentiroso”. Lo echaron peor que a Yrigoyen y a partir de allí
una camada de pichones de Chicago Boys, cuya cabeza visible era Alsogaray, pero
en la que ya estaba el “Joe” Martinez de Hoz, en aquella época era la “economía
social de mercado”, es decir el neoliberalismo versión alemana. La historia es
también conocida, aunque ocultada, cada golpe aplicaban un ajuste a la economía
nacional y al modelo peronista, nunca dejaron gobernar a nadie hasta que
asumieron con todo el poder en 1976 y allí impusieron definitivamente el
neoliberalismo paso a paso, empezaron en 1976 y terminaron en el 2001.
De la camada de jóvenes que acompañaban al Joe eran
Cavallo, Melconian, Schiaretti y Sturzeneger.
El radicalismo tenían los suyos, porque los políticos
siempre están rodeados de la “moda”, si bien en un principio Alfonsín no se
entregó, no pudo zafar del encorsetamiento de la deuda y caído Grinspun y
fracasada la intentona de una resistencia de deudores latinoamericanos, por la
defección de México y Brasil, termino en manos de Sorrouille y Brodenshon, allí
ya estaban los jóvenes Lopez Murphy y Machinea.
Como verán al igual que entre 1880 y 1910, los nombres se
repiten, en aquellos años Pellegrini, Tornquist, Victorino de la Plaza. Ahora
Cavallo, Melconían, Lopez Murphy, etc.
En aquella época las cometas las recibía Victorino de la
Plaza, en esta por el Brady y el megacanje podríamos suponer que Cavallo,
Machinea, Daniel Marx y Cía.
Con el default y la reestructuración hace 10 años que estos
tipos están fuera y no reciben un mango, están con síndrome de abstinencia.
Y como dice Horowitz en referencia a Melconían, Cavallo, Prat Gay,
Redrado y el resto de la peña: Uno de
los argumentos típicos a que son tan afectos los simplificadores de problemas
económicos complejos, pasa por su reducción a comportamiento privado. Las
cuentas nacionales se comparan con los ingresos de una familia, y si una
familia gasta por encima de sus posibilidades, se endeuda y por tanto la fiesta
acaba cuando hay que pagar. La conclusión es obvia: no gastar por encima de los
ingresos, y si se gastó, ponerle el pecho. De modo que una deuda nacional, al
igual que una personal, no puede no ser honrada.
La experiencia
jurídica comercial de cuatro quintas partes del universo resulta diferente. Una
empresa se endeuda como parte de su operatoria comercial legítima. Así
funcionan las transacciones comerciales, y ningún economista las crítica. Este
funcionamiento también puede fallar. Basta que los compradores de una firma
tengan problemas de pago, para que la solvencia de la empresa se ponga en
juego. Y si la cadena de pagos se ve dañada, la firma se ve obligada a
presentarse en convocatoria de acreedores. La suspensión de pagos impone una
negociación con los acreedores. ¿Que se negocia? Cuánto vale un peso de deuda.
Horowitz en Tiempo Argentino.
Y allí se
convoca a acreedores y se produce una quita. Si la mayoría entra el resto que
no entra alpiste, y si nadie quiere, nadie cobra, se va a la quiebra. Con la
diferencia que los países no quiebran, siguen malamente pero siguen y los que
no cobran, no cobran por años. La Argentina de 1890 se llevó puesta a la Baring
Brothers y 500 años antes Felipe II a los Fugger.
Los Buitres internos.
Un párrafo aparte se merece el que recordemos que la
Argentina también hay, además de cometeros, buitres.
Me bastan dos ejemplos.
los títulos públicos del "Empréstito de Recuperación Nacional 9 de
julio", fueron emitidos por el Ministro de Economía Alvaro Alsogaray en el
año 1962, por la suma de 15.000 millones de pesos moneda nacional, con un
interés del 7 % y por un plazo de 25 años.
Dentro de esta emisión se realizaron también "Certificados Fraccionarios" y "Títulos Provisorios" que se utilizaron para el pago de haberes a empleados del Estado y jubilaciones.
Dentro de esta emisión se realizaron también "Certificados Fraccionarios" y "Títulos Provisorios" que se utilizaron para el pago de haberes a empleados del Estado y jubilaciones.
La gente cobraba y como se desvalorizaban muchísimo los
gastaban rápido, los almaceneros y demás lo tomaban a menos del 50 %, y luego
se los vendían a un grupo de financistas ligados al mismo Alsogaray y su banda,
que logró que en el año 1963 se acortara el plazo original de 25 años,
reduciendo la vida del empréstito a 10 años. Y los cobraron todos al valor
nominal y con intereses 15 años antes de lo acordado. Un negoción buitreño. El
último servicio de amortización de estos títulos públicos se efectuó en agosto
de 1972.
Otro ejemplo son los
LECOP (Letras de cancelación de obligaciones provinciales) a una serie
de bonos de emergencia o cuasimonedas emitidos entre el 2001 y el 2002 en la
Argentina, mediante el Decreto 1004/01, publicado en el Boletín Oficial con
fecha 10 de agosto de 2001. Su circulación efectiva comienza el 13 de octubre
de 2001, el primer Lecop emitido es el valor facial de 50. Casi todos hemos
cobrado con Lecop y casi todos los hemos entregado por mucho menos, los
compraron por monedas pongámosle al 10% financieras ligadas a los mismos bancos
que se negaron a pagar los dólares y ellos los cobraron al valor nominal. Nestor Kirchner los rescató en 2006.
Reflexión final
Reflexión final
a) La
solidaridad internacional es tan tibia como con Alfonsín, se nota la ausencia
de Chaves, no es que maduro no quiera hoy no puede, apenas puede con su alma el
pobre. Dato a tener en cuenta.
b) Cuando
se produce una quiebra se buscan gerentes mejores, no garantizan triunfar solo
intentar sacar la empresa del pantano. Pero el neoliberalismo nos quiere
convencer que los que nos llevaron a la quiebra son mejores que los que en
estos últimos 10 años nos sacaron del pantano, un pase de magia.
Rusvi Tahan
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