lunes, 27 de octubre de 2014

Permitanme disentir




Casi unanimemente la mayoría de los medios y opinadores K., y algunos no tan K., salieron a defenestrar el discurso del abogado Daniel Sabsay en el “coloquio” de IDEA. Sabsay es un personaje que debe su notoriedad a que es citado por “ constitucionalista” cada vez que algo huele a anticonstitucional o, mejor aún, una ley no gusta demasiado al sector opositor al gobierno. Dado que en los últimos años casi ninguna ley de importancia le gusto a la oposición, y mucho menos a los clarinistas, el tal Sabsay anduvo de parabienes dando notas a Leuco y toda la peña.
En general, y atendiendo a que casi en simultáneo apareció en los medios una comparación de encuestas que dan muy alto la aceptación de Cristina Fernandez, los pro K. atribuyeron los exabruptos de Sabsay, y el de otros panelistas de IDEA, a su furia por la limitación objetiva a ser gobierno y su impotencia ante la realidad. Creo que atendiendo a aquello de Freud de que la ira es provocada por el amor negado, en este caso el del pueblo.
Yo creo otra cosa, me parece que toda esta ira, estos excesos verbales, algunos indigeribles, como los de Sabsay, Lanatta o Leuco son más bien producto del desembarco en nuestro país de los asesores de imagen formados en el mundillo norteamericano y dentro del concepto política espectáculo.
Digresión, política espectáculo hubo siempre, enumero: el circo romano, los autos de fe y los desfiles hitlerianos solo a manera de ejemplo.
En que me baso, en dos hechos, el primero: el ejemplo norteamericano donde la publicidad, de cualquier producto no solo de la política, puede ser totalmente basada en lo que le falta o los errores del otro y no hay ningún límite en señalarlos con nombre y apellido. Asi la Coca puede mostrar un error de la Pepsi con nombre y apellido. Es decir no importa tanto lo que yo hare, siempre y cuando no haga lo que ha hecho el otro y lo señalo. De tal suerte que en EEUU puede aparecer un spot de un candidato que arranque con un discurso del candidato opositor diciendo una barbaridad, o algo que se supone es una barbaridad, y seguidamente aparece el candidato que pagó la propaganda y dice, si usted no quiere esto vóteme a mí.
El segundo en los nuevos formatos televisivos donde el espectáculo exige griterío, chismes, datos curiosos o maliciosos, aseveraciones del momento sin ningún fundamento, y por sobre todo que impacten rápido. Si uno recorre la pantalla de los canales de aire comprobará que salvo pocas excepciones por lo menos tres de ellos el 13, Telefe y canal 9 tienen en su grilla diaria por los menos entre 3 a 6 horas de este tipo de programas donde los Doman, Rial, Ventura, se dedican a decir, o hacer decir, cualquier cosa de cualquiera, muchos políticos además se han vedetizado y algunos entran en este mundo farandulero a través de sus voluptuosas mujeres, tal el caso de Insaurralde o Redrado. Y entonces los “otros “ periodistas deben sucumbir a esta lógica y de pronto Castro se transforma en un “medico” que diagnostica síndromes por la TV o Lanatta se transforma en unpayaso vestido de la manera mas extravagante, más cercano al “café concert”,  en un decidor de malas palabras y en aquel que patotea a cualquiera.
Es decir lo exige el modelo comunicacional, no está ligado a exabruptos, los exabruptos aparecen cuando el que los lanza lo hace fuera del encuadre, tal el caso de Sabsay, y entonces allí, si allí, nos encontramos con los mismos aplausos de un publico tinellizado. Culto, ni ahí, Mario Wainfeld les ha contado las costillas y ha señalado con gran precisión que los dueños del circo son más brutos que sus leones. Y que a lo sumo tienen gerentes que hacen de domadores eficaces.
Por eso insisto, no es que estén desesperados, o si quieren no solo eso, lo que están es atrapados por los asesores o publicistas o expertos en comunicación que les dicen que ese es el formato actual, que el otro la reflexión “ya fue”. Y además el formato exige sangre. Como bien señalo anticipadamente hace bastantes años Charly Garcia, en esta revolución regresiva la oposición piensa, junto a sus asesores:
“Pero si insisto, yo se muy bien te conseguiré.
Pero si insisto, yo se muy bien te conseguiré.

Cerca de la revolución,
el pueblo pide sangre”
Rusvi Tahan





No hay comentarios: