jueves, 2 de julio de 2009

EL SILENCIO NO ES SALUD

EL SILENCIO NO ES SALUD

Esta semana vi pasar una película a toda velocidad, una película que, por momentos avanzaba y por momentos retrocedía. Para no hacerla difícil era de esas que muestran a la gente vieja, luego joven, luego adolescente, luego mayor, luego bebé. Es decir una película, que si la veo cuadro por cuadro, podría llegar a entenderla, si la veo veloz es un quilombo.
La película además transcurría en varios países, Argentina, Honduras, Uruguay, Venezuela, EEUU.
Como toda ficción tenía por momentos algunas cuestiones naturalizadas, esteriotipadas:
el golpe en Honduras era bien bananero, como uno se imagina un golpe en Centroamérica, la iglesia, el ejercito, una renuncia tan fraguada como la donación de Constantino y violencia.
En esa película se naturalizaba el estilo de los argentinos también.
Se naturalizaba por lugar de origen.
Si es un norteño es fiestero, tiene un millón de amigos, y si ve mucha explotación dice: siempre habrá pobres.
Si es un sureño, patagónico, es un amargo, esta encerrado con unos pocos tipos, ve el mundo con esos ojos, no sale nunca, el viento lo impide.
Se naturalizaba por década.
Si es un tipo de los 50/60 todo puede llegar a negociarse, Perón con los Montos, Menem con el Consenso de Washington, Alfonsín con Menem, Frondizi con cualquiera.
Si es un setentista, se pelea con todos, es un agresivo, siempre está en el ring dispuesto al próximo rival, a la contraofensiva. No hay medias tintas, la autocritica es una debilidad, todo para adelante.
Si es de los 90, bueno, el capitalismo se regenera, las frases son huecas, pedorras, los relatos también, y esta Durán Barba para ordenar el discurso que los boludos compren.
Se naturaliza por género:
Gabriela es buena, discapacitada y no quiere pelearse, la típica madre componedora.
Cristina, la que te tira con el conocimiento, las pilchas y ese modo de mierda que las otras mujeres detestan.
Si es Lilita ya aburre.
La película retrasaba:
Los actores pedían que no nos ocupáramos de América Latina, eran como Sarmiento, no mirar a América Latina, es una veleidad tonta, hay que mirar a Europa, y EEUU, a los de América Latina, meterle bala nomás. Ahora no era Sarmiento, eran Mirtha Legrand y Moira Casan pidiéndole a la presidenta que se ocupe de nosotros y no de ese país insignificante que es Honduras.
Los actores pedían privatizaciones. Nadie en el mundo las pide, pero acá si.
La película tenía adolescentes boludos, la parte que miraba a los Simpson, estaban vestidos de amarillo patito y pensaba que el mundo de De Narvaes era el nuevo Shopping en General Paz y Panamericana, la otra parte creía que habían ganado la elección porque la CCC llamó a no votar y el ausentismo fue enorme, la otra parte esperaba que K saliera y les dijera ganamos. Así que eran primera o segunda minoría según el lugar. Otto Vargas del Partido Comunista Revolucionario era claramente quién había logrado ganar la elección, pues el ausentismo fue enorme, aunque, Glup¡, nadie se enteró.
La película era futurista Pino Solanas estaba en el gobierno y las mineras se habían ido.
Aunque en paralelo Reutemman también estaba en el gobierno y las mineras se habían quedado, y en la Patagonia, el desierto era un mar verde de soja transgénica inmune a la sequía y al viento.
Lo peor de todo es que, como dice mi madre, la película era Italiana, un delirio y sin final, pues todo esto que les relate estaba así , sin conclusión.
Quería contarles esta situación, porque esta película, no solo la vi yo, la vimos todos, y cada uno de nosotros se paró en algún lugar de esta historia, se paró en el pasado, se paró en el presente y se paro en el futuro y la vio como quiso.
Cuando le pregunte a mis conocidos que habían entendido Teo me dijo: ganamos nosotros los peronistas, Ale me dijo; ganamos nosotros los progre, Alfredo me dijo; ganamos nosotros el campo, Ulises me dijo: ganamos nosotros los radicales, Marcelo me dijo: ganamos nosotros la izquierda revolucionaria.
¿Puede haber tantos ganadores?
Lamento decirles,¡ nooooo! alguno perdió, siempre, pese a la historiografía oficial::“Hay vencedores y vencidos.”
Gano la derecha, el resto es cháchara, Saadi dixit.
Rusvi Tahan.

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