martes, 4 de junio de 2013

Jano



Jano
Dios Griego que tiene dos caras

Miradas al Sur domingo 2 de junio de 2013
Sonia Sánchez conoció el negocio de la prostitución en su extremo más oscuro: como mujer explotada. Tras publicar Ninguna mujer nace para puta, milita contra el tráfico de personas y el proxenetismo. Volvieron a amenazarla por eso.
A las once de la noche del domingo 19 de mayo, Sonia Sánchez salía de dar una conferencia contra la prostitución, la trata, los prostituyentes, los proxenetas, la complicidad del Estado y la violencia contra la mujer. A eso se dedica: esta mujer de 48 años, traficada a los 17, que publicó –con María Galindo– el libro Ninguna mujer nace para puta, es una activista contra un negocio basado en la explotación denigrante de las personas, mujeres en su enorme mayoría. En la esquina desolada de Rojas y Rivadavia, hizo señas al primer taxi que vio. Al subir, Sánchez ingresó en una pesadilla de casi dos horas.
–¿Sabés quién soy yo? –le dijo el hombre, cuyo aspecto físico no se correspondía, observó la mujer, con un trabajo sedentario como manejar horas y horas.
–No, no lo conozco.
–Así que no me conocés…
–No, disculpe.
–Dale, chaqueña…
“Empezó a darme datos de mi vida, a mezclar mi pasado y mi presente”, detalló a Miradas al Sur. “Cosas que no están en Internet ni en mi libro. Describió una foto de cuando era chica, la única que tenía porque era pobre; también fotos de cuando la Comisaría 50 me llevaba presa con otras putas; sabía el nombre de mi hijo y otra información que sólo conocen los íntimos, como los horarios de entrada y salida de mi casa. Describió la ropa que llevaba cuatro días antes mientras esperaba el 86.”
Cuando mencionó la esquina donde paraba Sánchez treinta años antes, ella pensó que tal vez era un proxeneta o un prostituyente, y le dijo:
–No trabajo más.
–Ya lo sabemos –le respondió el hombre.
El plural le hizo correr frío por la espalda. Quedaba claro que el conductor no pertenecía al gremio del taxi.

Esta es una forma explícita de intimidación a los que han sufrido y están convencidos que la lucha contra la prostitución es una lucha justa, hay otra forma de intimidación, más sutil, donde la justicia de los poderosos interviene.
Rebobino: La semana pasada ocurrieron dos acontecimientos que nos obligan a mirar la Comarca Andina que se nos aparece como la viva imagen de Jano.
 La cara “buena” miraba el miércoles el pueblo de El Bolsón, la Comarca entera, salvo obvio aquella “más sana y principal de la población"  que había quedado pagando en la semana de mayo, salió a ganar la calle para frenar el proyecto Laderas del Paralelo, ¿Cuántos miles? No se sabe si dos o tres o cuatro, un montonazo. Gente que se congregó en defensa de la tierra,  en defensa de un futuro sin tantos acomodados. Salió en suma, no a bancar al intendente de El Bolsón, o no solo a eso, sino a señalar la ilegitimidad de ciertas acciones, que incluso, con cierta condescendencia y falta de huevos, en la justicia pueden tener cabida.
Ese mismo día la cara mala mostraba la intimidación de la protesta. La activista Nora Corbalán había sido judicializada, por el intendente de El Hoyo, Mirko Sudruc e intimidada por una Carta Documento del empresario Daniel Krist.
En nuestra nota del 16 de abril, habíamos señalado algunas puntas del tema de la trata de personas. En ese momento otro grupo, menos que este último miércoles, salieron a criticar la trata de personas.
Entre esos no tantos, hubo quienes, que quizás pasados de rosca, marcharon a la casa del intendente de El Hoyo y le pintaron ¿ la casa, la medianera? ¡No! el cordón de la vereda.
El Intendente rápidamente tomó represalias contra algunos participantes, al gremio docente les negó la plaza para una escultura de Fuentealba,  y no conforme, doblando la apuesta judicializó la estupidez, es decir estúpidamente llevó a la justicia contravencional a la autora de la pintada,  una , la más visible, para que sienta tronar el escarmiento. La necesaria víctima propiciatoria.
Lateralidad una semana después, el mismo intendente sin hacerse presente ayudó a llenar el gimnasio de El Hoyo de partidarios de Das Neves. Hubo profusas pintadas y carteles colgados en el espacio público.
Días después la  Radio Paraíso de El Hoyo, condujo, seguro sin quererlo, a una trampa, a Nora Corvalán, le empezó a preguntar cosas, y esta mujer, muy comprometida, pero muy tierna políticamente, dijo cosas de  Krist sin el uso del potencial, eso que los más avezados harían. Y entonces la segunda judicialización sobrevino, Krist, el empresario intachable, ni lerdo ni perezoso le mandó una carta documento intimándola a ratificar o rectificar lo dicho en la Radio. Ligero Krist, en la carta documento, solicita también que se ratifique o rectifique sobre la supuesta complicidad que un comunicado de los vecinos contra la trata , atribuye al Intendente .
Ese comunicado, producto típico de esos comunicados asamblearios donde se dicen cosas al pedo, es utilizado entonces para victimizarse, unificando las ofensas, ahora son dos los ofendidos, Krist y Sudruc. ¿quién comprueba la complicidad?.
Y entonces el problema, que está en la justicia, se va perdiendo entre gente bien o mal ofendida y activistas. Y se plantea nuevamente una lucha en desigual condición, hay una “violencia institucional” que se suma a la violencia de los billetes del poderoso, que centra su mirada en el buen nombre del intendente y del señor Krist y no sobre el problema de la trata. Krist que fue denunciado por acciones intempestivas contra el ambiente se ofende porque lo tratan de proxeneta.
Hasta que el juez no se expida es inocente. Pero el problema, lo importante, de ponernos todos contra la trata se muere en chiquitaje.
El intendente que tiene la obligación de atender los negocios de gran importancia y no los pequeños, hace razón de fe de su “buen nombre y honor”, pequeña cuestión y no de la trata que mancha a su pueblo. Encima utiliza su poder, esa violencia institucional, a través de la justicia de faltas que le responde, sobre alguien que pinta la vereda y usa diferente baremo, ya que no judicializa a los que pintan o cuelgan carteles de Das Neves 2013, el espacio público entre dos postes de luz, con una pintada se puede usar, y no el cordón de la vereda. Los frentes que campaña tras campaña politica se pintan o se llenan de pegatinas, no se judicializan y el cordón de la vereda de Sudruk es inviolable, como el “muro de los lamentos” o el, templo de Karnac.  
Mientras tanto una militante social deberá enfrentar con abogados, que no puede pagar, al Estado a través de su Juez de Paz, que , visiblemente nervioso, metido en un berenjenal de violencia institucional, ante muchos vecinos que le habían hecho el aguante a Nora Corbalán, cuán juez digno de los consejos del Viejo Vizcacha, maltrató al abogado, diciendo más o menos, cállese que acá mando yo.
Por mi parte les cuento que caminaba sumado a la marcha escuché una conversación por demás sugerente, una adolescente,  cuando la madre, hablando con una amiga, se mostró sorprendida por la existencia de la Trafic que las noches de los sábados desembarca chicas jóvenes en la estación de servicio de El Hoyo, para fiestas de los poderosos, la interrumpió y le dijo, pero mamá vos vivís en un termo todas sabemos que eso sucede, si la novia de …….. es una de esas chicas.
Salute, pensé. Pongámosle una vela al juez de Bariloche. Mejor un cirio pascual.
Rusvi Tahan





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