Jano
Dios Griego que tiene dos caras
Miradas
al Sur domingo 2 de junio de 2013
Sonia
Sánchez conoció el negocio de la prostitución en su extremo más oscuro: como
mujer explotada. Tras publicar Ninguna mujer nace para puta, milita contra el
tráfico de personas y el proxenetismo. Volvieron a amenazarla por eso.
A las
once de la noche del domingo 19 de mayo, Sonia Sánchez salía de dar una
conferencia contra la prostitución, la trata, los prostituyentes, los
proxenetas, la complicidad del Estado y la violencia contra la mujer. A eso se
dedica: esta mujer de 48 años, traficada a los 17, que publicó –con María
Galindo– el libro Ninguna mujer nace
para puta, es una activista contra un negocio basado en la explotación
denigrante de las personas, mujeres en su enorme mayoría. En la esquina desolada
de Rojas y Rivadavia, hizo señas al primer taxi que vio. Al subir, Sánchez
ingresó en una pesadilla de casi dos horas.
–¿Sabés quién soy yo? –le dijo el hombre, cuyo aspecto físico no se correspondía, observó la mujer, con un trabajo sedentario como manejar horas y horas.
–No, no lo conozco.
–Así que no me conocés…
–No, disculpe.
–Dale, chaqueña…
“Empezó a darme datos de mi vida, a mezclar mi pasado y mi presente”, detalló a Miradas al Sur. “Cosas que no están en Internet ni en mi libro. Describió una foto de cuando era chica, la única que tenía porque era pobre; también fotos de cuando la Comisaría 50 me llevaba presa con otras putas; sabía el nombre de mi hijo y otra información que sólo conocen los íntimos, como los horarios de entrada y salida de mi casa. Describió la ropa que llevaba cuatro días antes mientras esperaba el 86.”
Cuando mencionó la esquina donde paraba Sánchez treinta años antes, ella pensó que tal vez era un proxeneta o un prostituyente, y le dijo:
–No trabajo más.
–Ya lo sabemos –le respondió el hombre.
El plural le hizo correr frío por la espalda. Quedaba claro que el conductor no pertenecía al gremio del taxi.
–¿Sabés quién soy yo? –le dijo el hombre, cuyo aspecto físico no se correspondía, observó la mujer, con un trabajo sedentario como manejar horas y horas.
–No, no lo conozco.
–Así que no me conocés…
–No, disculpe.
–Dale, chaqueña…
“Empezó a darme datos de mi vida, a mezclar mi pasado y mi presente”, detalló a Miradas al Sur. “Cosas que no están en Internet ni en mi libro. Describió una foto de cuando era chica, la única que tenía porque era pobre; también fotos de cuando la Comisaría 50 me llevaba presa con otras putas; sabía el nombre de mi hijo y otra información que sólo conocen los íntimos, como los horarios de entrada y salida de mi casa. Describió la ropa que llevaba cuatro días antes mientras esperaba el 86.”
Cuando mencionó la esquina donde paraba Sánchez treinta años antes, ella pensó que tal vez era un proxeneta o un prostituyente, y le dijo:
–No trabajo más.
–Ya lo sabemos –le respondió el hombre.
El plural le hizo correr frío por la espalda. Quedaba claro que el conductor no pertenecía al gremio del taxi.
Esta es
una forma explícita de intimidación a los que han sufrido y están convencidos
que la lucha contra la prostitución es una lucha justa, hay otra forma de
intimidación, más sutil, donde la justicia de los poderosos interviene.
Rebobino:
La semana pasada ocurrieron dos acontecimientos que nos obligan a mirar la
Comarca Andina que se nos aparece como la viva imagen de Jano.
La cara “buena” miraba el miércoles el pueblo
de El Bolsón, la Comarca entera, salvo obvio aquella “más
sana y principal de la población" que había quedado pagando en la semana de
mayo, salió a ganar la calle para frenar el proyecto Laderas del Paralelo, ¿Cuántos
miles? No se sabe si dos o tres o cuatro, un montonazo. Gente que se congregó
en defensa de la tierra, en defensa de
un futuro sin tantos acomodados. Salió en suma, no a bancar al intendente de El
Bolsón, o no solo a eso, sino a señalar la ilegitimidad de ciertas acciones,
que incluso, con cierta condescendencia y falta de huevos, en la justicia
pueden tener cabida.
Ese mismo
día la cara mala mostraba la intimidación de la protesta. La activista Nora Corbalán
había sido judicializada, por el intendente de El Hoyo, Mirko Sudruc e
intimidada por una Carta Documento del empresario Daniel Krist.
En
nuestra nota del 16 de abril, habíamos señalado algunas puntas del tema de la
trata de personas. En ese momento otro grupo, menos que este último miércoles,
salieron a criticar la trata de personas.
Entre
esos no tantos, hubo quienes, que quizás pasados de rosca, marcharon a la casa
del intendente de El Hoyo y le pintaron ¿ la casa, la medianera? ¡No! el cordón
de la vereda.
El
Intendente rápidamente tomó represalias contra algunos participantes, al gremio
docente les negó la plaza para una escultura de Fuentealba, y no conforme, doblando la apuesta judicializó
la estupidez, es decir estúpidamente llevó a la justicia contravencional a la
autora de la pintada, una , la más
visible, para que sienta tronar el escarmiento. La necesaria víctima
propiciatoria.
Lateralidad
una semana después, el mismo intendente sin hacerse presente ayudó a llenar el
gimnasio de El Hoyo de partidarios de Das Neves. Hubo profusas pintadas y carteles
colgados en el espacio público.
Días
después la Radio Paraíso de El Hoyo, condujo,
seguro sin quererlo, a una trampa, a Nora Corvalán, le empezó a preguntar
cosas, y esta mujer, muy comprometida, pero muy tierna políticamente, dijo cosas
de Krist sin el uso del potencial, eso
que los más avezados harían. Y entonces la segunda judicialización sobrevino, Krist,
el empresario intachable, ni lerdo ni perezoso le mandó una carta documento intimándola
a ratificar o rectificar lo dicho en la Radio. Ligero Krist, en la carta
documento, solicita también que se ratifique o rectifique sobre la supuesta complicidad
que un comunicado de los vecinos contra la trata , atribuye al Intendente .
Ese comunicado,
producto típico de esos comunicados asamblearios donde se dicen cosas al pedo,
es utilizado entonces para victimizarse, unificando las ofensas, ahora son dos
los ofendidos, Krist y Sudruc. ¿quién comprueba la complicidad?.
Y
entonces el problema, que está en la justicia, se va perdiendo entre gente bien
o mal ofendida y activistas. Y se plantea nuevamente una lucha en desigual
condición, hay una “violencia institucional” que se suma a la violencia de los
billetes del poderoso, que centra su mirada en el buen nombre del intendente y
del señor Krist y no sobre el problema de la trata. Krist que fue denunciado
por acciones intempestivas contra el ambiente se ofende porque lo tratan de
proxeneta.
Hasta que
el juez no se expida es inocente. Pero el problema, lo importante, de ponernos
todos contra la trata se muere en chiquitaje.
El
intendente que tiene la obligación de atender los negocios de gran importancia
y no los pequeños, hace razón de fe de su “buen nombre y honor”, pequeña
cuestión y no de la trata que mancha a su pueblo. Encima utiliza su poder, esa
violencia institucional, a través de la justicia de faltas que le responde,
sobre alguien que pinta la vereda y usa diferente baremo, ya que no judicializa
a los que pintan o cuelgan carteles de Das Neves 2013, el espacio público entre
dos postes de luz, con una pintada se puede usar, y no el cordón de la vereda.
Los frentes que campaña tras campaña politica se pintan o se llenan de
pegatinas, no se judicializan y el cordón de la vereda de Sudruk es inviolable,
como el “muro de los lamentos” o el, templo de Karnac.
Mientras
tanto una militante social deberá enfrentar con abogados, que no puede pagar, al
Estado a través de su Juez de Paz, que , visiblemente nervioso, metido en un berenjenal
de violencia institucional, ante muchos vecinos que le habían hecho el aguante
a Nora Corbalán, cuán juez digno de los consejos del Viejo Vizcacha, maltrató al
abogado, diciendo más o menos, cállese que acá mando yo.
Por mi parte
les cuento que caminaba sumado a la marcha escuché una conversación por demás
sugerente, una adolescente, cuando la
madre, hablando con una amiga, se mostró sorprendida por la existencia de la
Trafic que las noches de los sábados desembarca chicas jóvenes en la estación
de servicio de El Hoyo, para fiestas de los poderosos, la interrumpió y le
dijo, pero mamá vos vivís en un termo todas sabemos que eso sucede, si la novia
de …….. es una de esas chicas.
Salute,
pensé. Pongámosle una vela al juez de Bariloche. Mejor un cirio pascual.
Rusvi
Tahan
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