Notas serias del verano I

La “semilla” de la maldad
Viendo el enorme esfuerzo que hacen los pocos comunicadores a los que el trabajo esclavo les resulta un agobio quisiera, en su auxilio, advertirles que deberían reflotar otras experiencias de trabajo esclavo, en este u otro país de las multi, para ser auxiliados en su cruzada contra la patronal agraria ( es decir el capitalismo rentístico típico de la Argentina).
Pueden citar a Nike y sus maquilas en el oriente, donde trabajaban ( si no trabajan aún) niños y niñas por centavos.
Pero me parece que si van a hacer una cruzada deberían analizar todos los resquicios. En general es histórico que las zafras o trabajos temporarios sean hechos, en el campo de manera horrible. Digo esto porque hay trabajos temporarios ( hotelería, fabricas que crecen en temporadas , etc.) que están bien reglamentados, por ejemplo la pesca o en su momento fabricas como la del los alfajores Havanna, que contrataban/ contratan? ( lo desconozco hoy) más operarios por el verano, bajo condiciones dignas y en blanco. No es tan difícil reglamentar esto, y menos difícil, si no tercerizaran, es reglamentar el trabajo temporario en el campo.
Pensemos en los millones que la multinacional Moño Azul o Expofrut ganan por tener la estructura de exportación aceitada. Pensemos en lo que vale una bolsa de semilla de maíz hibrido Pionner o Cargill, es más no me sorprendería que incluso algunos contratos de Cargill o Pionner con las tercerizadoras se hagan sobre la base de salarios y costos reales más ganancias. En realidad lo que las Multi no quieren es tener que armar la estructura de manejo de personal, ahorran en eso, en tener solo un buen abogado que realice el contrato “legal” con las tercerizadas. Incluso los campos donde se siembran y se trabajan esas semillas son arrendados. Es decir que cuando esta película termine, si queda algún culpable castigado será milagro, menos si entre los ahora denunciados, hay Lanuses, Solaes o ex ( y posibles futuros) funcionarios de agricultura de las provincias o la nación. Si hacemos un casting de apellidos entre los que están implicados, estamos como en el gobierno de Macri donde lo que vemos no son funcionarios si no avenidas o calles de Santa Fe y Callao para el norte en la capital.
Por eso y siguiendo con mi etapa de sugerencias me parece que hay que ampliar la investigación, relacionarla con los nuevos mecanismos neoliberales de contratación, unidos a las viejas “costumbres” de las patronales agrarias y luego centrar el ataque en la exposición anual de Clarin y La Nación donde esas empresas hacen enormes gastos publicitarios que sostienen a esos dos medios del poder. Allí tendrá que ir el Ministerio de Trabajo a poner un stand y los militantes a realizar escraches con stand afuera con las fotos de la ignominia y buenos folletos.
Un camino duro pero necesario para seguir la lucha del esclarecimiento, y no vendría mal un folleto para las escuelas secundarias sobre “Derechos laborales y trabajo esclavo en el campo”.
Así los periodistas no estarán solos y se sumarán jóvenes y educadores, muchos de ellos que, por desgracia, “trabajaron” para el “campo” horrorizados por la Resolución 125. Quizás ahora comprendan la diferencia entre el “campo” y los “dueños de la Argentina”, es decir entre algo que no se sabe que es y la triste realidad.
Rusvi Tahan