jueves, 13 de diciembre de 2012

La justicia habla por sus fallos




Nunca más evidente que en esta última semana. Nunca más actual la frase del Dr. Zaffaroni. La justicia con mayúsculas mostro la hilacha.
Miles de palabras, ríos de tinta como les gusta decir a plumas agiles, que no es la mía, todo para justificar o entender o analizar los motivos de sus fallos.
El del 7D es un fallo comprometido ( $$$) y no republicano de la Cámara Federal y es un fallo descomprometido y calculador de la Corte Suprema.  Que, para decirlo en términos soeces, se dejo tocar el culo.
Pero lo del martes 11 en Tucumán es un fallo del poder, ese que amenazaba a mi amigo Jorge, no ya del poder de las familias bienudas sino del poder de las “familias” mafiosas, ambas familias, que a veces como con los Julia o los Puccio trabajan atendiendo de ambos lados del mostrador, son parte de una misma moneda, pues no existirían unos si no hay los otros que hagan sus trabajos sucios. Hay muy pocos Lavalles en la historia argentina, que hacen una barbaridad y se la bancan, hay muchos Lopez Regas o Videlas que utilizan matones para hacer sus trabajos.
Tenés una década de búsqueda que describió en este juicio, un estilo, un modus operandi que se repite, los locales ( whisquerias visibles a la vera de las rutas o departamentos invisibles en edificios perdidos), métodos de captación, circuitos provinciales, enormes pruebas de la corrupción policiaca. Tenés los avisos de Clarín en su página 59. Y los de decenas de diarios del interior. Tenés el Internet. Tenés las pibas que señalan con el dedo, testigos que hablan, sabiendo que puede pasar esto y que mañana pueden volver a ser raptadas, prostituidas, eso si tienen suerte, lo más probable es que, con el olvido del tiempo, las vayan silenciando de a una.
Con todo eso y más, la justicia tucumana los absolvió a todos por pruebas insuficientes. ¿Y por que?. Porque si los condenaba evidentemente había que ir para arriba, seguir el hilo hasta la policía primero y la propia justicia después. Porque como se supo en el juicio había recaudación de caja policial y varios jueces putaneros. Clientes frecuentes. De buena familia norteña.
Y si el juicio prosperaba el hilo seguía a la policía de La Pampa, Río Negro, la Bonaerense, la Federal, la…. Todas. Cuando tocas los mecanismos de recaudación de la “familia” policial se arma.
Se puede impartir justicia, si se puede, ¿Cómo? Y hay que seguirla, meter presión desde la calle y desde la política. El problema hoy es que la política esta enrevesada, hay un fuerte sector que por cálculos mezquinos no querrá iniciar las decenas de jurys de destitución que hacen falta. Saben que eso habilitará justicia para Marita Verón y para muchos, pero que habilitará también el pase a retiro de decenas de jueces que nunca tendrían que haber estado, que son frutos de los costos temporales de la democracia. Si, ese es un problema, si esto fuera una dictadura sería re fácil, se los hecha a patadas y chau, que otra cosa hizo Videla. Los ordeno rapidito, eso si a unos pocos, a juzgar por el persistente tufillo a derecha conservadora que emana de los pasillos tribunalicios, la gran mayoría se quedó contenta o accedió contenta.
Por eso así como aquí, en Patagonia, marchamos por Otoño Uriarte, Antillanca, Garrido, hay que marchar por Marita Verón. Lo ideal, si no fuera por lo funcional a la derecha que es la izquierda troska, como quedo demostrado ayer con el MST, sería una gran marcha de silencio en Buenos Aires, ante la Corte Suprema, con los carteles y fotos de todos aquellos que están sin justicia. Y con esa, esperable, muda presencia, dar un mensaje y luego seguir al Congreso y exigir más mano dura pero para la corpo judicial. No para los pobres.
Rusvi Tahan



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