martes, 19 de marzo de 2013

La psicosis del Papa




  
¿Existe la posibilidad de que uno construya su propia naturaleza psicotica?. Es decir: ¿ existe la posibilidad de que alguien con el conjuro de su nuevo nombre y rol sea esencialmente diferente a su nombre de nacimiento y a sus rol anterior?. O mejor aún ¿existe la posibilidad de que convivan en una misma persona las dos a partir de una decisión propia?.
Los sicólogos no se qué dirán, seguramente aseguraran que era un psicótico potencial, y que los cambios a los que se vio forzado, o aspiró, le aceleraron su “enfermedad”.
Los católicos dirán, la intervención de la Gracia es determinante y lo nuevo reemplazará a lo viejo.
Los que están interesados en el antiguo Bergoglio, o los que piensan de manera determinista, insistirán, como he señalado, en la lógica de House: la gente no cambia, será el mismo siempre.
Como buen peronista me inclino a pensar que: “todo en su medida y armoniosamente”. Ademas me parece que un poquitin de psicótismo tenemos todos. ( ¿será asi Mario?).
Como un hombre que ha trabajado en muchas cosas y convivido con innúmeras personas, laboralmente o militantemente, he aprendido que los roles, a veces, modifican, por la positiva, a las personas. El poder y el dinero ( a veces van juntos, a veces no tanto) son dos poderosas drogas energizantes. Tanto para la persona como para los que lo rodean. La actitud servil o el signo pesos en los ojos, a lo Rico Mac Pato, el avaro tio del Pato Donald, son actitudes comunes en los  rodean a alguien de poder.  A veces, cuando el  que asume el nuevo rol se confunde, o a veces por necesidad, va captando adláteres reconociendo estas miserabilidades en los otros.
Toda persona que asume un rol de poder o maneja mucho dinero debe tener la capacidad de poder descubrir en los otros esas miradas interesadas. Esa capacidad (descontando que tiene la inestimable ayuda del Espíritu Santo) lo librará de muchos males.
Resumiendo, estoy convencido, el nuevo Papa será otro que el Cardenal Bergoglio, pues está en un lugar diferente. Bergoglio seguirá siendo Bergoglio en cuanto a sus propias miserias.
Deberá librar una titánica lucha en este encuadre psicopático, puede  que sea un Papa de cambios o que deje todo como está. Esto último de suyo será también un cambio, pues cuando su pontificado termine habrá menos católicos y menos creyentes ( que no es lo mismo).
Un buen Papa siempre y para todo el orbe, no solo los católicos, será mejor para este pobrecito mundo. Su remisión a la declaración de los obispos en Aparecida, Brasil, nos da esperanzas a nosotros y la madre tierra.
Lateralidad: Para saber que cualquiera derrapa basta ver al bueno de Horacio Gonzalez enojadísimo con el Papa por hacer demagogia con sus gestos, por salir de blanco, con cruz de hiero, pagar el hotel, y salirse del protocolo. Son actos demagógicos. Quizás. Como podría haber sido el de Néstor cuando recién asumido  se metió entre la gente. No otra cosa decían de él los que criticaban sus políticas de derechos humanos, entre ellos defensores de los derechos humanos y grupos de izquierda, calificándolas de oportunistas.
Si coincido con Horacio que los afiches de Papa peronista son de cuarta, y el entusiasmo por tener un Papa compañero, en términos Pejotistas también. Pero, e insisto, si queremos salir del determinismo histórico tenemos que tene esperanza en que la gente puede cambiar. Cualquiera.
Rusvi Tahan





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