Esta semana que pasamos hemos sido testigos de una fenomenal campaña que intenta desresponsabilizar socialmente a los periodistas de su rol ciudadano, ubicándolos en un lugar de corporación intocable y que tiene derechos que no tienen otros ciudadanos. Creo recordar que la inmunidad es solo para aquellos que ostentan cargos electivos y deviene de una legislación que se remonta a la Inglaterra de hace siglos, cuando los nobles limitaron a través del parlamento el poder de la realeza.
La pretensión del periodismo, en realidad de las corporaciones que manejan multimedios en la Argentina y el resto del mundo, es transformarse en miembros de una cofradía religiosa y poder escapar así, tanto a la acción de la justicia como de la sociedad. Algo de eso lograron con la ley que elimina los delitos de calumnias e injurias. Es así que ya no existen más los cargos por calumnias o injurias para ellos. Transformándose en una suerte de sacerdotes de una nueva iglesia, buscando ser una sociedad civil dentro de otra, situación de poder que Gramsci solo atribuía a la Iglesia Católica en Italia.
Así resulta que estos sacerdotes pueden poner una tapa con Néstor Kirchner en uniforme nazi, pero no pueden ser escrachados con carteles. Donde se ha visto semejante cosa. Ustedes lectores piensan que Hitler se hubiera bancado esa tapa, que Mussolini se hubiera bancado esa tapa, que Fidel se hubiera bancado esa tapa. No, no es cierto.
Ustedes piensan que una revista de renombre norteamericana, que no fuera una tipo Barcelona, pondría a Obama con esa tapa, no, absolutamente.
Un dibujo de una Morsa hizo cerrar Tía Vicenta en la dictadura de Onganía, dictador al que muchos de los que están en la “mesa de enlace”, a Grondona, que lo catapultó desde Primera Plana, y a mucha clase media tilinga, les encantaba.
No se ustedes, yo no creo en esta libertad de prensa, la que actualmente rige, al gobierno cualquier tapa le es puesta, cualquier dibujo lo satiriza. Pero existe y estos tipos la usufructúan.
Por ejemplo: un multimedio que no acuerde con una línea ideológica tiene la libertad de ejercer censura sobre ella, hay sobradas muestras en ese sentido, se han levantado programas, se han echado periodistas, lo hacen De Narváez, Grondona, etc. Ahora bien, ¿es ético publicar una solicitada de José Alfredo Martínez de Hoz?, una solicitada que sostenga que estamos viviendo en un momento de falta de libertades y un montón de frases dignas de Cicerón, como si el tipo hubiera sido un demócrata toda su vida. Alguien en su sano juicio puede creer que este señor se hace problema por la falta de libertades. A él que lo van a juzgar por tener secuestrados a unos empresarios durante meses ( los Gutheim padre e hijo), que no tenían una pizca de subversivos, pero que le impedían aplicar la receta de importar cosas de China libremente para reventar la industria nacional. Imagínense, China hace 30 años, si recién ahora uno puede comprar un destornillador chino y sacar un tornillo de un juguete, aún es dudoso que pueda sacarlo de una madera.
¿Es por la plata que Clarín o La Nación publican esa solicitada?.
Si es por la “libertad de prensa” y Martínez de Hoz puede sacar esa solicitada ¿por qué Hebe de Bonafini no puede ir a la Plaza de Mayo y juzgar a los periodistas?. ¿Qué es más ofensivo socialmente?.
No obstante no hace falta aclarar que las razones de su publicación hay que buscarlas en el hecho que la dictadura bajo la tutela ideológica de Martínez de Hoz les entrego Papel Prensa, y dos bebes a Ernestina de Noble. Entonces, ante el silencio cómplice de esos periodistas a esa barbaridad, ¿ no hay derecho a sacar afiches escrachándolos?.
Una cosa : anónimos está mal, la próxima vez les presto mi nombre y apellido, yo me haría cargo de esos afiches y hasta conseguiría plata entre mis amigos para ayudar a su impresión.
Bien y ¿ a los periodistas?, porque no se bancan esos afiche, son hombres públicos, trabajan para medios que tienen definiciones ideológicas claras, si necesitan la guita, bueno a bancarse, yo los respeto son laburantes, pero entonces reconozcan que es eso, necesito la guita y escribo cualquier cosa, eso no me hace inocente, me hace un pequeño burgués, con decisiones discutibles. Esas decisiones discutibles son las que me escrachan.
Si no necesito la guita, y laburo para Clarín o La Nación o para los lobbys como Grondona, entonces soy un aparato ideológico del poder concentrado, ergo puedo ser escrachado.
Me pueden hacer juicios públicos, teatralizaciones de juicios públicos, ¿por qué no?
Son críticas, exageraciones pedagógicas al fin. Pero está bien, que sean escrachados y juzgados.
Miren este tema es muy importante. Este gobierno, ayudado por Menem y De la Rúa, ha logrado, desocultar, por acción, omisión, por lo que hizo y lo que falta, los temas que atraviesan a la sociedad argentina y creo que a la sociedad capitalista de inicio de siglo. Este gobierno ha generado, tibiamente, Chaves, Evo, lo hacen con mucha más claridad, una toma de posición contra la lógica religiosa neoliberal.
De lo que se trata es de poder descubrir que el neoliberalismo se ha transformado en un culto, donde el Dios Mercado no es discutido, y tiene una enorme red de sacerdotes que van desde las sectas religiosas, las Iglesias más antiguas, hasta las nuevas cofradías, como la de los periodistas. A partir de Thacher, Reagan, Menem, etc. quedó demostrado que no hace falta un ejército para imponer el neoliberalismo, ayudados con un Shock de mercado, una guerra conveniente o una catástrofe natural, y con el manejo de los medios de comunicación que profetizan la necesidad de un cambio, que es siempre el mismo, más poder a las corporaciones y menos a la democracia, alcanza. Ellos han venido construyendo el “sentido común” neoliberal que se ha dogmatizado desde hace 60 años. Ese sentido común dice: El estado es una bosta, el estado es corrupto, los políticos son transeros, lo único que es real es la “libertad de mercado”, el Mercado (ahora deificado) asignará correctamente los recursos para que todos vivamos bien.
Bueno esto es mentira, pero como se ha instaurado como verdad de fe, de lo que se trata es de librar una guerra religiosa, una destrucción iconoclasta de sus figuras. Las guerras religiosas tienen eso, son muy conmovedoras porque los bandos son irreductibles y poco a poco nos obligan a tomar partido, doy un pequeño ejemplo: Grondona invitando a Pino a sumarse a la centroderecha y Pino, que tiene un ego tamaño baño, sonríe, es lindo ser invitado, venía trabajando para ese bando pero nadie se había atrevido a invitarlo.
Esta guerra religiosa contra el neoliberalismo y sus actuales castas sacerdotales, esa iglesia de la que los periodistas son sacerdotes, habilita a que sean escrachados por el otro bando religioso y deben estar preparados para sufrir las consecuencias.
¿Por qué los comunicadores de la fe neoliberal deberían salir indemnes si sus acciones hacen que los pobres paguen cada día la culpa por la acción desestabilizadora que los medios generan?. Cuando incentivan la inflación, cuando hablan de la violencia y le apuntan a los pibes chorros, cuando apoyan a los oligarcas del campo y los grupos medios que se enriquecen con la soja. Cuando desprecian a los negritos, franelitas, bolitas y demás itos e itas.
Esta guerra religiosa divide y dividirá a la sociedad, y las posiciones conciliadoras quedarán atrapadas en el medio. Muchos conciliadores terminarán apoyando las “libertades del mercado” confiando en que es preferible eso a una dictadura estatal. O piensan que la crispación son los K, ¿no hay crispación en las tapas de los diarios y revistas, no hay crispación cuando Lilita, un icono de los medios, trata a los demás de inmbeciles cuando dice: “en el oficialismo no hay nadie inteligente”?.
¿ A que le llamamos crispación?
Lamento avisarles que los conciliadores, de triunfar la religión del mercado, terminaran bebiendo el “soma” de Un Mundo Feliz. Y dejarán así de preocuparse por los resultados de la guerra.
La religión del mercado no va a triunfar,quizás siga manteniéndose, pero las consecuencias del saqueo de los Bienes Naturales conducen al absurdo de la destrucción del planeta por la codicia. Y esto es inocultable, Bonelli puede explicar que hay pobres pero que mañana el Mercado llenara la copa y el derrame de vino les llegará y vivirán mejor, pero no puede explicar el “Cambio Climático” sin criticar el sistema capitalista, Bonelli y otros están atrapados. Podrá pasar horas explicando la mancha de petróleo que ocupa todo el Golfo de México, lo que no explicará es ¿Por qué se explota tan irracionalmente? ¿En que se usa tanto petróleo?.
De tal suerte que más tarde o más temprano deberemos construir una democracia diferente, donde los medios de comunicación ejerzan el rol social que deben ejercer y no sean solo voceros del Capitalismo concentrado. Mientras tanto seremos participes de esta guerra religiosa, con casco o sin él, nada nos evitará estar involucrados. Y los periodistas estarán como nosotros, humildes mortales, y deben estarlo, expuestos a las lógicas de esa guerra.
Rusvi Tahan
1 comentario:
El sábado a la noche en casa, reunión de amigos, duscutimos tres horas sobre si el periodismo tenía libertad de prensa o era un libertinaje. Gracias por esta nota. Besos! Lu
Publicar un comentario