jueves, 23 de agosto de 2012

Intentos de fuga



A principios del siglo pasado, en el Territorio Nacional del Chubut, la frontera era enormemente porosa y se produjeron numerosos casos de cuatrerismo, algunos con episodios de violencia y muerte. Para imponer el orden en la región cordillerana se creó un cuerpo especial conocido como Policía Fronteriza y se la dejo al mando de un oficial de origen austriaco Mateo Guebar.
Hace unos años realicé una investigación sobre el poblamiento de la frontera chilena realizado desde la Argentina, para ello entreviste a viejos pobladores de la comarca andina que, de origen chileno o mapuche la mayoría, tenían un tristísimo recuerdo de la fronteriza, en especial de Guebar y sus métodos violentos.
Guebar decidió que Rawson no era lo suficientemente expeditivo en resolver los casos de cuatrerismo y que, para la época, era demasiado garantista, a los reos que el consideraba sin recuperación posible era inútil mandarlos a Rawson, pués allí entrarían por una puerta y saldrían por la otra, no se si les suena el argumento.
Por ello es que instauró el “Intento de Fuga”, es decir los mataba sumariamente, los enterraba en cualquier lugar y después mandaba un informe que explicaba sucintamente que:  los reos, bandoleros de mucho cuidado, habían intentado fugarse.
Traigo esto a colación del, tristemente, más famoso de los intentos de fuga de nuestra provincia, del que ayer se cumplieron 40 años, para recordar que tenemos, por desgracia, antecedentes regionales importantes de esa solución sobre los que se consideran “irrecuperables”.
Así mismo me parece importante, seguir la otra línea histórica que converge en la Base Almirante Zar y señalar que lo que pasó en la Base  es continuidad del pasado de violencia sobre el pueblo, y en especial sobre el pueblo peronista, de la marina de guerra.
Nuestra aviación naval, dependiente de la marina de guerra tuvo, y eso es importante tenerlo siempre presente, su primer bautismo de fuego no sobre un enemigo externo sino sobre la multitud que en Plaza de Mayo había salido a bancar a Perón.
Un poquito de historia en junio de 1955 se inició una asonada contra Perón que terminó mal, aunque anticipó la de septiembre y la historia sangrienta de la “libertadora”, en esa asonada que tenía como principal objetivo asesinar a Perón, se decidió bombardear el refugio de Perón, y como el pueblo había ocupado la Plaza de Mayo, los pilotos enfurecidos lanzaron las bombas sobre la gente sin miramentos, y luego “valientemente”, anoticiados de que el intento había fracasado se escaparon a Uruguay, entre ellos el después celebre Brigadier Cacciatore.
En setiembre del 55 se logró finalmente echar a Perón, en ese día la Marina amenazó con borbardear los depósitos de combustible sobre el Riachuelo y los tanques de gas sobre la General Paz, a metros solo de los principales edificios de departamentos que el peronismo había construido.La figura del Almirante Rojas creció en importancia y en espíritu violento.
 Hay una línea conductora entre el Almirante Rojas, Massera y los recientemente juzgados espías de este siglo XXI de Trelew, todos de la marina.
Su desprecio por la vida humana emparenta a la Base Zar del 22 de agosto de 1972 con la ESMA.
La Marina de Guerra es sin dudar, para mi, el centro de una oscura conducta de clase y la usina de la versión más descarnada del pensamiento  liberal – fascista, un oximorón que ellos  lograron unir con una ensalada de conceptos que versan desde la libertad de mercado hasta la imposibilidad del pueblo de conducirse y la proclividad de ese mismo pueblo a ser tentado por demagogos o marxistas, ambos del lado del mal y que deben ser exterminados.
No sé si eso, tan metido en el disco rígido de su conducción, ha logrado cambiarse en estos años, en especial desde la asunción de Nestor Kirchner  y en los últimos tiempos de la Ministra Garré, espero que sí.
Aún me duele en el pecho la peor de las defecciones del campo popular, en el sentido simbolico,  el abrazo de Menem con el Almirante Rojas.
La justicia, lenta, muy lenta, y la historia, ambas impulsadas por el rechazo inmediato que, en ese agosto, tuvo el hecho  desde ese pueblo chico que era Trelew. La ciudad de Luis dando un portazo a la historia no se tragó más la versión del “intento de fuga” y la indignación corrió como reguero en toda la Argentina.
Rusvi Tahan

No hay comentarios: