La traición no paga, esta podría ser la primer idea. Me podrán decir que Das Neves no traicionó, que el avisó que quería ser presidente y que como los K. lo ningunearon se lanzó y valientemente los combatió.
Me temo que la historia no se escribirá de la misma manera, Das Neves siempre fue igual , lo fue cuando como Secretario de Gobierno de Nestor Perl hizo todo lo posible para perjudicarlo, una muestra: a través de su adlater de aquella época “ el rengo” Ondicola generó informes de prensa que destruyeron los esfuerzos por apaciguar el conflicto docente, hundieron a Sergio España, a Blas Mesa Evans y finalmente al propio gobernador, resultado: el peronismo perdió la provincia por 12 años.
La actual aventura anti K. le hizo perder las principales ciudades y probablemente se lo lleven puesto a él mismo.
Es que en la vida la deslealtad se paga, y más si es por tontas ambiciones personales o consejos de improvisados gurúes que no tienen otro destino que hablar al oído de los traidores explicándoles porque ellos y no él otro es imprescindible. Lo que sucede en general es que esta obnubila al candidato, a quién finalmente de tanto palmearle el hombro y decirle: vos sos el/la mejor, vos sos Gardel, hacen que el/la se miren al espejo, canten “Mi Buenos Aires Querido” y sientan en sus oídos que el que canta es Gardel.
Pero los que saben, los que los han visto actuar, los que los han visto acordar estrategias, los han visto decir que cumplen su “palabra” y luego los ven romperla, saben que el que traiciona una vez traiciona siempre y como lo vemos con Cobos, lo vemos con Mario y lo vemos en otros lugares de nuestra provincia, en gremios y demás, como dice Pablo Milanes “pagarán su culpa los traidores”.
La prepotencia no paga, esta es otra faceta que suma a la anterior, si el traidor puede más que unos cuantos por su prepotencia, los más débiles o los más abyetos aceptarán las cosas hasta que ante la menor posibilidad se vengaran, repetirán la traición. No otra lectura puede hacerse de la derrota Dasnevista en Rawson donde el manoseo de los empleados públicos se transformó en un aluvión de decisiones inconsultas, efectistas, sin el menor cuidado por el derecho y menos por las formas. Parecía que todo se basaba en el profundo desprecio que tenía el Dasnevismo por los empleados públicos, y en especial por los docentes. En estos últimos, buscando cambiar la verdad por la mentira, cargó la cuenta deudora de la derrota del peronismo en 1991.
Era tal su desprecio que ni aún a esos dirigentes gremiales complacientes que corrían casi con un “si Mario”, lejanísimos de aquellos que movilizaban mucho y paraban duramente, dejaba de ningunearlos, él o sus adláteres. Un comentario, la solicitada de los gremios del lunes muestra como te abandonan en la mala, aún aquellos que hace una semana se negaban a marchar por un mejor salario.
El nepotismo no paga, finalmente la ordinariez de poner a su mujer, a su hijo, a la mujer del vice a su cuñada en los cargos más importantes terminó asqueando una provincia que aunque no lo parezca no tiene electores complacientes.
La presidencia ya fue, y quizás todo el futuro político del Tío Mario. Y se lleva puesto el futuro de Buzzi. Macarthy ya se está cubriendo, el aún tiene futuro en Trelew. Y, aunque el recuento deje a Buzzi como gobernador, es bastante probable que se vea obligado a cederle el poder al hijo del Kuki.
Finalmente dos temas a tener en cuenta, el primero una última reflexión sobre los electores, creo que los analistas deben revisar esta elección ya que ha demostrado en el electorado una enorme voluntad de analizar el voto y evitar la boleta completa. El segundo el Frente para la Victoria se armó a las apuradas con el estilo “ambulancia” recogiendo heridos del dasnevismo y se sacaron la grande, pero Eliceche, si le toca gobernar, deberá separar la paja del trigo, le llegaran boletas a pagar legitimas, pequeñas, grandes, truchas, etc. De su capacidad para poder analizar y pagar solo deuda política legitima dependerá que Chubut tenga futuro.
Rusvi Tahan
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