sábado, 26 de marzo de 2011

El futuro es una acuarela a colorear

Con esta frase de Chico Buarque quiero iniciar esta nota que partió de mi reflexión en la Radio Abierta de la Asociación de Trabajadores de la Educación del Chubut en Lago Puelo, a 35 años del golpe militar del 76 y la quiero poner en memoria de Susana Marcos, mi profesora de literatura de secundaria y el cura Pablo Gassarri, presbítero de mi secundaria, ambos secuestrados y asesinados.
Hemos hecho algunos bocetos, hemos humedecido algunos pinceles pero para colorear la acuarela hace falta resolver algunos asuntos pendientes; sin ánimo de cerrar ideas me parece que hay tres que merecen especial atención.
La revisión de la deuda y los beneficiarios económicos. El “Nunca Más” de la economía.
La limpieza democratizadora de las Fuerzas de seguridad.
La renovación de la cultura

A. La revisión de la deuda y los beneficiarios económicos. El “Nunca Más” de la economía.
Este tema no es tan difícil de dilucidar, el Dr. Olmos y cientos de investigadores tienen bastante hecho, en los últimos años y de la mano del enfrentamiento con el Grupo Clarín como emblema se han desnudado aún más las tramas de saqueo, enriquecimiento fácil y demás que acompañaron los años de dictadura y sin dudar hasta la crisis del 2001. Lo difícil es meter mano en este cáncer sin lacerar cuerpos que parecen sanos a simple vista.
Pero si no lo hacemos mantendremos la vigencia de un estado de cosas que impedirán avanzar sobre los otros dos aspectos de manera definitiva y nos dejarán a las puertas del retorno de los gurues que repiten sin cesar los beneficios del neoliberalismo de manera religiosa. Y a mi juicio la única manera de demostrar que la teoría neoliberal, monetarista y sus variables blandas son en realidad un conjunto de recetas que permiten la transferencia de riqueza de los que menos tienen a los que más tienen y la condena al hambre y desaparición de pueblos enteros, de naciones enteras para que se entienda bien. En nuestro país ha generado un nivel de marginalidad que no tenía antecedentes históricos y sumió a dos generaciones en la desesperanza.
B. La limpieza democratizadora de las Fuerzas de seguridad.
Es, a mi juicio, imposible continuar con un proyecto de país diferente si no metemos manos ordenando desde la civilidad democrática a las Fuerzas de Seguridad, la tarea es titánica y por desgracia hay grandes cuestiones que han venido a agregar dramatismo a una posible solución.
Históricamente las Fuerzas de seguridad han sido funcionales al poder concentrado, a manera de enumeración simple:
La guerra de policía contra los caudillos federales a partir de la caída de Rosas,
La mal llamada “campaña del desierto”,
La aplicación de la Ley de Residencia contra los inmigrantes a través de la Federal del Coronel Falcon,
Los sucesos de la “semana trágica” en Bueno Aires.
La represión en la Patagonia en la década del XX,
El golpe contra Yrigoyen,
La convalidación del Fraude Patriótico en la década del ´30,
El golpe del 55 y los sucesivos, hasta culminar en el más sangriento de 1976.
Este último fue, junto con la masacre de los pueblos originarios, el más sistemático, en el cuál cerraron filas ideológicas todas las FFAA y de seguridad y en el cuál, al igual que lo fue despojo de las tierras patagónicas entregadas a los militares victoriosos como botín de guerra y por propiedad transitiva a las 200 familias que conforman la raíz de nuestra Oligarquía Terrateniente, que, dicho sea de paso y solo para ser más didácticos ya se había robado la Provincia de Buenos Aires a través de la Ley de Enfiteusis de Rivadavia, es decir se apoderaron, esos 200 tipos, primero de la Provincia más rica del país y uno de los ecosistemas más ricos del mundo y 50 años después, en 1880 se quedaron con 3 veces más de territorio, esos mismos tipos más, cipayismo mediante, los ingleses obvio. Al igual que en 1880, decía, el aliciente para la oficialidad en 1976 era que se podían quedar con el botín de guerra de las casas saqueadas y con el cuerpo de las mujeres atrapadas, como en cualquier guerra de policía. Y al igual que en 1880 el botín mayor se lo quedo la oligarquía, ahora con algunos nombres nuevos, este fue desde las transferencias de propiedades inmuebles a los oficiales, figurando ventas inexistentes, hasta la trasferencia de empresas completas como Papel Prensa, como ven la acción de saqueo es la misma.
La policía pasó así de manguear la docena de medias lunas y la pizza, coimear a los quinieleros y cafishos, a estar atravesada por la corrupción del “botín” de guerra, y cebada, ya no pudo ser nunca más desarticulada, paso a decir de Trocoli, el ministro de Interior de Alfonsín, “mano de obra desocupada”, igual que los obreros sin trabajo pero con la diferencia que tenían los fierros y los grupos de poder debían garantizarse su “silencio” y futuras colaboraciones.
Ahora bien decía antes que hay tres grandes cuestiones, a mi parecer, que agregan dramatismo a este cuadro que nos dejó la dictadura y que se debe agregar al museo de la acción de las Fuerzas de Seguridad en la Argentina, solo las enumerare para evitar que esta nota, de por si extensa, sea interminable, ellos son: La aparición dramática del fenómeno del narcotráfico, el reciclamiento de muchos de los miembros de esas fuerzas en agentes de “seguridad privada”, y finalmente la creciente presión del establishment ideológico mundial para transformar a las policías en ejércitos interiores.
C. La renovación de la cultura, y la construcción de un relato pedagógico que se enfrente al gran relato construido por la generación del 80 y la degeneración de los 90.
Este tema engloba a los anteriores. Ha habido a lo largo de la historia del país una secuencia de pensadores nacionales que promovieron un futuro diferente y políticos, hombres de acción que llevaron adelante esto. Pero este futuro diferente se vio muchas veces escamoteado por una línea de pensamiento construida para favorecer a las minorías y que está enraizada en las profundidades del Sistema Economico Capitalista Mundial. Es allí entonces donde hay que bucear para lograr desahecer el relato de una Argentina cipaya y construir el relato de la Argentina soberana.
Al igual que en las Fuerzas de Seguridad intentaré señalar algunos aspectos del relato que hay que cambiar:
La Argentina Blanca
La Argentina Granero del mundo
La cultura europeizante o yanquizante
El Estado como una lastre a destruir
El salvese quién pueda del individualismo de las clases medias.
El pensamiento binario
Etc., etc., pueden agregar amigos.
Solo y a manera de último ejemplo, para entender lo necesario que se hace cambiar el relato, me remitiré a la nota editorial de Clarín sobre el Golpe del 76 firmada por Ricardo Kisrchbaum, en ella escribió, palabras más o menos, que todos los argentinos teníamos parte de responsabilidad en el golpe y su accionar, haciendo un remedo del último discurso del General Bignone, exponente final de la dictadura, en 1983 parado frente a cámara pidió a los argentinos que se sacaran las piedras de los bolsillos pues todos tenían alguna y siguiéramos hacia adelante olvidando agravios. Es decir casi 30 años después el diario que más se leía en la Argentina, dueño de la mayoría de los medios del país repetía el relato, como en el 2008 repitió Argentina granero del mundo para proteger a los intereses agroexportadores, que participó del saqueo del estado, etc. etc.
Estamos en un momento excepcional, hay un nuevo relato y la acuarela del futuro esta pintándose con colores luminosos, saquemosnos estos lastres, sumemos más pinceles y matices para poder terminar en esta etapa el cuadro de una Argentina diferente.
Luego obvio vendrán otros jóvenes a pintar un nuevo futuro.
Rusvi Tahan

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