Eran los tiempos de los “independientes”, el del progresismo que
siempre tuvo la irritación más fácil con el que se le parece mucho que con el
que no se le parece en nada. Dice un periodista.
Eran los tiempos de los periodistas conversos, aquellos que eran
progres, pero que desafiados a pensar, desafiados a sostener sus inventivas
taquilleras, sus bolsillos, en suma, aumentan la apuesta a como de lugar, así
pasan de escribir un libro sobre los “Dueños de la Argentina, como Majul, a
defenderlos a ultranza. O desafiados a dejar de ser “los intelectuales” pasan a
agraviar a subestimar como la Sarlo. Digo yo.
Bienvenidos a la militancia. Dice Sandra Russo.
La militancia en mi época implicaba que estar encabezando la
marcha era un signo de prestigio, todos queríamos llevar los trapos y ser los
lideres o estar cerca de los lideres. Acá no había líderes, que quisieran
llevar la bandera lo importante era que no me visibilizaran en la multitud. La confesión
de que la marcha era antipolitica y ellos tampoco eran bienvenidos. Dice un humilde periodista local de El Bolsón
con un poco de buen sentido.
El escocés John Holoway piensa que hay un nuevo tipo de revoluciones, las que quieren cambiar las
cosas sin la toma del poder del Estado, que
lo importante es realizar acciones de antipoder contra el estado Capitalista.
Si viniera a la Argentina el 8N sería su Némesis, la versión de la revolución de
las clases medias pedorras, que alguien haga lo que ellas quieren sin calentarse
en ponerse los zapatos de jefe, así, en un descarnado capitalismo, ellas siguen
atendiendo sus pymes y viajan por el mundo o se gastan todo el tiempo en imitar
los gustos de los ricos. Digo yo.
Abdul: “mira esto ya es un proceso lanzado, las redes sociales son
tanto armas de manipulación, de mentiras como de comunicación y libertad, ya son
parte de la política socialmente construida, no existe más la inocencia de las
redes, si es que alguna vez hubo algo así.”
Esto me decía mientras yo leía asombrado, en
Publico. es, que: “ En "La
Cueva", una sala secreta del cuartel general de campaña demócrata en
Chicago, se estableció la mayor maquinaria electoral cibernética jamás
construida en EEUU. El éxito de sus operaciones a través de las redes sociales
es innegable. Obama triunfó en casi todos los Estados en especial en los
llamados bisagra, es decir aquellos que según su votación modifican la
tendencia.
Como lo
definiría al día siguiente el Financial Times, se trataba de "la mayor
maquina política construida jamás en EEUU, con delegaciones establecidas
durante más de un año en los estados decisivos y apuntalada por herramientas
digitales pioneras". Lo que estaban haciendo secretamente aquellos nerds
en su cueva era convertir la estrategia presidencial -hacer palanca sobre la
nueva realidad demográfica de EEUU- en un poderosísimo ariete informático capaz
de manipular las redes sociales en beneficio propio.
Primero,
esos ciber-investigadores se dedicaron durante 18 meses a unificar todas las
bases de datos que emplearon los diversos equipos de campaña de Obama para
arrollar a McCain en su histórica victoria de 2008. De ese primer esfuerzo
titánico surgió una colosal database que combina todas las listas de
donantes, las recogidas por los encuestadores, las manejadas por los
voluntarios en cada uno de los estados y condados, las de los ficheros del
Partido Demócrata, las recopiladas en las redes sociales sobre los que
especifican sus preferencias políticas y, en la cúspide de esa gigantesca
pirámide de información, las de electores indecisos en cada uno de los swing
States, los estados basculantes cuyos votos deciden quién será el
presidente. Así se construyó un megacerebro artificial digno de Star
Trek que cruza, compara, verifica y corrige continuamente hasta el
último detalle personal de cada potencial votante.
Los
técnicos dedicaron supercomputadoras a testear los perfiles de decenas de
millones de electores
Después, ya
armados con ese tremendo arsenal de conocimiento, los técnicos dedicaron sus
supercomputadoras a testear los perfiles de decenas de millones de electores,
con programas informáticos de predicción de los diferentes estímulos que
podrían impulsarles a apoyar a Obama. Tres cuartas partes de los factores
introducidos en los ordenadores eran básicos: edad, sexo, raza, zona de
residencia, nivel de ingreso, inclinaciones políticas, historial de
participación electoral... Pero todo ello se completó con sus perfiles de
consumo, de aficiones, de preferencias, de círculo de amigos... y allí se
descubrió la clave de la victoria: Facebook.”
Abdul me hablaba
mirando por la ventana, Rusvi acá ya se hizo, en tibios ensayos si vas a
comparar, acordarte de Macri y su campaña, dirigida por Durán Barba, para
destruir a Filmus por judío y padre chorro.
También la
marcha por 6,7,8 se lanzó en una convocatoria vía facebook hace un año y pico,
y hoy los llamados al 8N se hacen primero por ese medio. La gente esta más
tiempo en la compu que en la cama, tiene una nueva amante, más barata y menos
peligrosa, bromea Abdul.
El esfuerzo
por la lucha cultural se agiganta día a día, y como en muchas otras cosas nos
exige mucho “nucleo de buen sentido” y poco sentido común, continúa.
¿Que queres
decir? pregunte. Y que el sentido común me dice ¿por que no puedo comprar dólares
si este es un país libre? y el núcleo de buen sentido me dice: cada vez que el dólar
fue barato y fácil de comprar nos fue para el orto.
Rusvi Tahan
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