Tal cuál prometí en una nota anterior que hablaba del Dialogo hoy les mando mi humilde reflexión.
Como en otros eneros, tuve la suerte, más extendida en
número que hace una década para muchos argentinos, de poder irme unos días al
mar. La familia eligió Mar Chiquita a unos pocos quilómetros de Mar del Plata,
esto para evitar pasar de la minima ciudad a la mega ciudad, íbamos a Mar del
Plata casi día por medio, pero era una “visita”.
Mar del Plata tiene, la costa atlántica en general, la
ventaja de poder hacerse una idea de lo que vendrá en política ya que todos,
tirios y troyanos, se dan una vueltita. Lo primero que debo señalar es que, a
diferencia de otros años, me resultó caro, el cine, los mercados, los
alquileres, casi todo.
Nosotros que vivimos en una ciudad patagónica y turística no
notamos diferencias, cuando antes eran abismales. En la región de la papa, la
papa estaba igual de cara que 1800 km más al sur.
Cada mañana hacia una caminata por la playa (que repetía
casi siempre por la tarde) entre Mar Chiquita y Mar de Cobo. Esa caminata
terminaba indignándome. La de la tarde era realizada entre un estrecho sendero
que dejaban las cañas de pescar sobre el mar y las 4x4 de los “pescadores”
sobre las dunas , una línea sin solución de continuidad en 4 kilómetros o 5.
Cientos de miles de dólares estacionados, los más junto a cuatriciclos para
todos, había casos de uno por hijo, 4 cuatriciclos. A eso súmenle mesas,
gazebos, carpas, etc.
Los jóvenes hijos de las 4x4 no se amedrentaban ante nada y
bajaban a la playa 8 o 10 cubiertas para armar sus “circuitos de competencia”
entre la playa y las dunas. Todo un esplendoroso muestrario de riqueza y poder,
eran “dueños” de la playa pública.
Distinto era por la mañana, allí caminaba solo, pero en el
sendero que protegiera mis pies de tanzas abandonadas, anzuelos, botellas,
restos de carnada, bolsas de plástico, botellas de vidrio, anzuelos y peces, mutilados
y abandonados, llenos de moscas y despidiendo un olor hediondo.
Esos tipos de entre 50.000 y 100.000 dólares por barba, que
venían a pescar para comer sano y deportivo, eran unos ricos mugrientos. Llenan
el mar de basura que luego comen de vuelta con su corvina.
Esos tipos ¿son propensos al dialogo?. ¿Les falta
información sobre como comportarse con la naturaleza?. ¿Sus hijos no tienen multicanal para ver
programas ambientales de NatGeo?.
Mientras tanto y como una contracara al simple hecho de que
apenas llegado a la costa lei que habían separado a dos comisarios el de
Dolores y el de Mar del Plata uno por chorro y otro por dejar chorear, me
regocijaba leyendo como en Punta del Este choreaban de lo lindo a uno de la
FIAT, a Santiago Soldati, a….Ahí parecía que la policía la manejaba Clouseau.
Vuelvo a la idea de con quién dialogaría este gobierno,
quién sería el receptor de semejante esfuerzo, y pensaba para mi, seguro que no
las decenas de tipos que la Agencia de Recaudación Tributaria de Buenos Aires
detectó con sus coches de lujo debiendo las patentes desde que los compraron.
Dos casos por graciosos y por entender que escondían el mismo comportamiento
que mis amigos pescadores playeros llamaron mi atención, el primero una señora
muy oronda que ante la requisitoria de sus impuestos del automotor y
verificándose que debía casi 10.000 pesos, se negó a bajarse del auto y llamo
por celular a su marido, que, presto, se apersonó en otra nave importada y oh
sorpresa, este peor, debía 20.000 pesos, así que tuvieron que dejar sus dos
autos e ir por plata para recuperarlos. El segundo llamó más mi atención, un
señor es consultado por sus patentes automotores y le dicen : señor deberá
dejar su auto porque debe $ 24.000, el tipo sin hesitar se baja, abre el baúl
de su auto y saca un maletín de él extrae los 24.000 y paga y se va.
Además y como señala muy bien E. Mocca “La otra dimensión
agitada por el caso es la de los enconos entre los argentinos. La política
separa a los amigos y hasta a las familias, se declama, sin dejar lugar a las
dudas sobre quién es el que promueve la división. Así planteada la cuestión sobrevuela una duda a tanta apelación a la
concordia cuando no directamente a la fórmula nostálgico-clerical de la
“reconciliación” entre los argentinos. ¿Cómo se va a hacer para incluir en esa
hora del consenso y del diálogo a las personas que apoyan muchas de las
políticas que han sido objetos centrales del conflicto? Y no es pequeño
detalle el hecho de que esas personas –hasta que se demuestre lo contrario–
constituyen la mayoría de nuestra sociedad. Tal vez el problema pueda ser
pensado de otra manera si la intención verdadera apunta en la dirección de una
atenuación de la polarización política. Es posible pensar que el proceso
político kirchnerista abrió, o más precisamente reabrió, una agenda política
marcadamente distante a las de las dos décadas anteriores. Se podría admitir,
por ejemplo, que la recuperación de la renta de nuestros recursos naturales, la
intervención reguladora del Estado en el mercado, las políticas de
redistribución social de los recursos y la recuperación de nuestra soberanía,
son temas que merecen un lugar en el debate público y no su rotunda condena
como “autoritarismo”, “demagogia social” o “nacionalismo trasnochado”. (E.Mocca
Pagina 12. 27-01.13)
Las negritas son
mías, es decir tenemos tipos con guita que se apoderan del espacio publico, es
más de bienes ambientales los usan y literalmente los basurean, tenemos tipos
que, ricos, sin duda, no están dispuestos a
aportar ni para el sostenimiento de las mismas rutas en las que ruedan
sus lujosos vehículos, y a ellos es a quienes el gobierno debe llegar para
dialogar, pues de eso se trata el dialogo, el dialogo no es entre Pepe y Carla
de Villa 31 y Cristina, el dialogo es entre Mirta Legrand, Suar o Susana, con
Cristina, ella aparentemente no dialoga con ellos, ni con los que sostienen su
imaginario con dólares de la soja, solo “los utiliza” para intentar cobrarles
impuestos por actividades “bien ganadas”. Impuestos encima que van a la “asignación
universal para fabricar vagos”.
El dialogo, el consenso, palabras vacías viniendo de los que
solo entienden la religión neoliberal, en la mayoría de los casos, al igual que
los troskos, irán a las reuniones para salir y decir que esas reuniones no
sirven porque no se habla de los que los “argentinos” necesitan. Imagínense a
Macri , mientras cambia pañales pensando lo que los porteños necesitan.
Hace falta dialogo, si, en especial con aquellos que creen
que el “modelo” debe profundizarse.
Y hace falta ajustar aún mas tuercas en el cuidado del “bien
común” tanto da una playa como una ruta, y no solo que agarren a estos tipos en
verano y para las cámaras, que los agarren con las manos en la masa, pues si no
pagan las míseras patentes, menos van a pagar ganancias. Impuesto que pagan
maestros, bancarios, choferes….
Rusvi Tahan
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