jueves, 24 de enero de 2013

El hincha de chatarra,






EL HINCHA DE CHATARRA

Dedicado a mi amigo Felipe

 
Arrancó igual, como aquel que habla para si. Hace años, bastantes en verdad yo trabajaba en contacto con una oficina de asesoramiento impositivo. Los tipos era dos grossos, por lo que sabían de impuestos y, más que nada en verdad, porque eran dos ex inspectores de la DGI ( asi se llamaba antes lo que hoy es la Agencia tributaria). Y por ende tenían las puertas ( y los anaqueles) abiertos para reordenar líos de impuestos.
Evasores dirás, me metí.
Si evasores, o futuros evasores, tipos que no querían pagar impuestos y querían dibujar los números.
Como todo argentino. ¿ Ya estaba De Narvaes en esa época?.
Seguro, pero no con ellos. Bueno, y ahora cállate. Una tarde llegue a la oficina,un semipiso moderno en Lavalle y Montevideo. Fui más de sociales, estaba al pedo en el centro y pase a tomar un café.
Me abre Cris la puerta y me hace un gesto de que me calle, me lleva a su oficina y me dice: hablemos despacio, ahí adentro están Juan Carlos y Rodolfo con los hermanos chatarreros. Hay un clima de mierda, hace 4 horas que están allí y la cosa está muy densa.
Vengo otro día.
Mejor, me dijo Cristina.
Rusvi: un breve encuadramiento de la situación,  a inicios de la década del 50 cuando estábamos pum para arriba había una familia de Nueva Pompeya, padre y dos hijos varones, que juntaban chatarra, tipos curtidos, buena gente. Les iba relativamente bien, cuando el padre muere los dos hermanos continúan con el negocio, aunque Santiago tenía pasta para más y Roberto era un laburante a full, que confiado en la capacidad de su hermano dejo hacer. Primero, un vecino que también juntaba chatarra tuvo un problema familiar y los hermanos lo bancaron un tiempo, como contrapartida, cuando el tipo salió de la mala los hermanos le pidieron que juntara chatarra para ellos. Habían alquilado un predio y se transformaron en mayoristas, la política era siempre  la misma, ellos apoyaban a otro chatarrero, le mejoraban el caballo, le compraban una camioneta luego un camioncito, etc. y a cambio cobraban en chatarra y fidelidad.
Crecieron y se diversificaron, primero invirtieron en propiedades en la Capital, dos terrenos de los que hicieron sendas playas de estacionamiento en pleno centro, luego ya en las ligas mayores, la juntaban con pala, y como todo burgués argentino, compraron una estancia en Loberia 10.000 hectareas, luego otra en Misiones donde armaron una cabaña de cebúes. Total que en 20 años eran ricos, muy ricos.
Se hicieron fuertes en sociales, el Club Huracán era su reducto, estaban o bancaban siempre a las comisiones ganadoras. Fanaticos quemeros no se perdían un partido.
Igual eran un poco paranoicos y salvo el estudio de Juan Carlos y Rodolfo, solo los hermanos sabían cuanto tenían. Cada empresa era una unidad que no estaba vinculada con la otra.
El golpe militar del ´76, les generó problemas, como a todos, primero se compraron el discurso de Martinez de Hoz e importaron una maquina usada de EEUU para desguazar coches. A los dos años habían perdido casi un millón de dólares, era más barato importar hierro desde Brasil que comprar chatarra en la Argentina.
Igual eso eran monedas. Un conocido los embaló para entrar al negocio de la construcción con los militares, era la época del Intendente Cacciatore y sus autopistas en la Capital. En esa época con contactos con los milicos se ganaban fácil las obras o los contratos, ellos armaron con este tipo de contacto una empresa de Grúas y, previo “aceitada” de los milicos, agarraron la obra de la autopista a Liniers.
Dos años viento en popa, pero cuando se licitó la bifurcación a  Ezeiza, perdieron la licitación. ¿Juego de oferta o demanda, libre competencia neoliberal de los milicos?. No y allí nace este quilombo. Como me vine a enterar dos días después, cuando pase nuevamente por la oficina. Todo estaba calmo entonces, Rodolfo me saludo, me invito a su oficina, pidió dos cafés y se fue a lavar las manos ( era un TOC de cuidado).
Volvió, se sentó y me dijo: no sabes Abdul los días que tuvimos.  Santiago y Roberto enloquecieron, estuvimos un día calmándolos y creo, solo creo, que logramos evitar una tragedia.
¿Pero que fue lo que pasó?.
Mirá , en la nueva empresa de Gruas para la construcción, el socio los cagó, sotto vocce había armado otra en paralelo y les birlo la licitación.
¡Que hijo de puta!
Si, flor de hijo de puta, la guita la hizo con ellos y podía seguir juntándola con pala, pero un milico, me parece, que iba por allí, le dijo que armaran otra en sociedad y le garantizaba todas las obras, asi que de cayetano les armó otra empresa y los recago.
Bueno Bussnisess are bussiness, me hice el canchero.
Si, pero ellos manejan otros códigos, más de barrio, de chatarreros, de calle. Estaban re locos, se persiguen, su lógica es: si otros se enteran que nos cagaron todos nos cagarán.
Bueno es una cagada pero…
Mirá Abdul, la verdad es que ellos eran macanudos, pero si alguno en el negocio de la chatarra los engañaba lo cagaban a palos, esto es así, como en los mataderos con los matarifes, es un ambiente pesado, llevadero pero pesado.
¿ Bueno y que querían hacer? Denunciarlo por trucho, por cometear más que ellos o a sus espaldas, comenté.
No hermano querían matarlo, y toda la tarde de ese día fue un loquero,  Juan Carlos convenciéndolos que ellos estaban forrados, que no tenían ningún problema que justificara que alguno muriera o uno de ellos fuera preso. Era de locos, la discusión giro durante seis horas en si lo mataba Roberto que era el mayor o Santiago que tenía los hijos adultos.
No me jodan: les dije
Abdul, no es joda, pero bueno la cosa creo que pasó. Y los tipos se fueron más tranquilos.
Abdul se detuvo en el cuento, y reflexionó ¡Cuán equivocado estaba Rodolfo. Ayer lo mataron.!
¿Qué decis Abdul? tantos años después. ¿Cómo sabes?
Fácil, el tipo que mataron ayer en Velez era el cagador.
¿Y eso? ¿ de donde sacas la data?
Me pasa el Clarin deportivo, leo “ El presidente del Club Huracan Roberto….., lamentó la muerte del hincha de Velez y garantizó que ayudarían a buscar al responsable, si fue un hincha del club, aunque estaba convencido que era por un problema de robo…...”
Rusvi Tahan
  

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