Nota corta sobre la participación en la memoria

Hace pocas horas en la puerta del Banco de La Nación Argentina se inauguró El espacio de Memoria `Julio César Schwartz´ una plazoleta con el nombre de un desaparecido de Río Negro .
Del acto participaron los hijos de Julio Cesar, su esposa, María Adela Antokoletz (hija de María Adela Gard de Antokoletz, la fundadora de Madres de Plaza de Mayo), integrantes de la Agrupación H.I.J.O.S. Bariloche, de la Comisión del Personal del Banco de la Nación Argentina por la Memoria, la Verdad y la Justicia, autoridades municipales y organizaciones sociales.
Schwartz fue empleado del Banco de la Nación Argentina, en Buenos Aires, hasta 1977, fecha en que renunció a su cargo ante la escalada represiva de las Fuerzas Armadas y los Grupos de Tareas y se radicó en la ciudad de El Bolsón donde se dedicó a la actividad turística.
El 1º de abril de 1978, a sólo tres cuadras de su domicilio de Villa Turismo, fue interceptado por un Grupo de Tareas y hasta el día de hoy continúa desaparecido.
¿Por qué he decidido dedicarle estas pocas líneas? , porque cada día aparecen a la luz más desaparecidos invisibilizados, incluso por sus propios compañeros o vecinos.
La concurrencia no era enorme, pero significativa, por las presencias tanto como por las ausencias; estaba el Intendente Municipal Caleuche Garcia quién habló muy poco, la oratoria no es su fuerte, pero su sola presencia marca un antes y un después con la gestión del Cacho Romera, la APDH, la gente de UNTER, la gente de ATECH, los siempre visibles compañeros de ALAS, que dicho sea de paso salió del aire luego de tantas luchas, la gente de la actual conducción de Coopetel. Varios periodistas cubriendo el hecho.
Pero, a decir verdad, me impactaron las ausencias, en especial, y es el motivo de la nota, de los empleados del Banco Nación, estaba visible y sacando fotos el tesorero del banco, pero no pude detectar a ninguno más, ni siquiera al delegado de la bancaria en Bolsón. Quizás hubiese otro, pero son muchos y conocidos y no era visible su presencia. Es más esa mañana en hall del Banco, donde están los cajeros automáticos, había un cartel que cuidadosamente había sido tapado por un importante macetero con un frondoso arbolito.
Hay empleados que quizás lo hayan conocido y ex empleados que seguro deben haber conocido a Julio, el simbolismo del cartel tapado y su ausencia nos dice que la memoria y su reconstrucción son un camino muy cuesta arriba.
Tampoco vi a la gente del nuevo sindicato docente rionegrino de izquierda, el SITERN, ni a los muchachos de la Rojinegra, siempre tan entusiastas para impulsar ir a armar bardo frente a la comisaria. Presumo, con mala leche, que una convocatoria sin bardo era aburrida.
Bueno a seguir avanzando que hay más Julio Cesar ocultos tras los velos de nuestra región.
Rusvi Tahan